/ viernes 3 de mayo de 2024

1 de mayo: Los retos de los sindicatos como organización

Cientos de trabajadores en la capital morelense, este 1° de mayo, salieron a las calles a Conmemorar el Día Internacional del Trabajo, cabe señalar que como antecedentes puedo comentar que fue con motivo de la represión de una manifestación obrera en la ciudad de Chicago, en Estados Unidos durante el año 1886. Sin embargo, en nuestro país fue hasta el primero de mayo de 1913, que varias organizaciones obreras decidieron tomar las calles como señal de empatía hacia la búsqueda de mejorar las condiciones laborales de la clase obrera.

Hacer visible las demandas de las clases proletariadas, sigue siendo relevante, ya que, al paso del tiempo, no se ha logrado mejorar dichas exigencias y así, poder tener un mejor desempeño laboral. En otras palabras, el ocupar las calles se ha convertido en un ejercicio de búsqueda de la empatía por parte de la sociedad con los reclamos propios de cada gremio.

Las representaciones sindicales blancas, amarillas o rojas, siguen siendo la forma por la cual, buscan la negociación colectiva bajo el amparo de un “Contrato Colectivo de Trabajo” que corresponda con factores positivos de la organización para permitir el desarrollo profesional, económico y personal dentro de la misma.

Consagrado en el art. 123 Constitucional, nos establece como base que “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley”; y dentro de la fracción XVI, nos señala la libertad de los trabajadores tiene para formar sindicatos.

Es oportuno señalar algunos logros, que bajo el auspicio del artículo en mención se han obtenido, como es:

  • Jornada laboral de 8 horas;
  • Prohibición de labores inseguras o peligrosas;
  • El goce de un día de descanso por cada seis laborados;
  • Protección a mujeres trabajadoras embarazadas;
  • Capacitación;
  • Entre otras.

Sin embargo, hoy en día se deben generar nuevos debates propios de los tiempos que vivimos referente al fortalecimiento de las representaciones gremiales, ya que considero que es fundamental para mantener los pesos y contrapesos, que se generan en las relaciones de trabajos y no sólo de las relaciones internas que existen, sino también de las relaciones que las organizaciones guardan con su contexto externo, llámense aquellos políticos, económicos y/o sociales.

Actualmente, algunas agrupaciones enfrentan crisis ya que no están evolucionando hacia las nuevas necesidades de los mercados laborales, así como de los nuevos grupos de población, ejemplo de ello, son los sindicatos que han dejado de ser atractivos para los miles de jóvenes, así como la inclusión de grupos vulnerables, sumado a ello, encontramos temas complejos como son problemas de jubilaciones, de retiro, así como de pensiones y la modificación de la pirámide demográfica, son algunos retos que deben enfrentar dichos sindicatos.

Pensar en la transformación de las representaciones gremiales, nos obliga a poner en la mesa conceptos fundamentales de los derechos humanos, la libertad del individuo y no la sumisión o la disciplina con el Estado. Porque al paso del tiempo, considero que ya no aplica aquella frase icónica de Fidel Velázquez, “El que se mueve, no sale en la foto”. Usted ¿qué opina?

Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!

Correo electrónico fbonilla@uaem.mx

Facebook: @Felipe Bonilla Sánchez

Instagram: fb.sanchez

Cientos de trabajadores en la capital morelense, este 1° de mayo, salieron a las calles a Conmemorar el Día Internacional del Trabajo, cabe señalar que como antecedentes puedo comentar que fue con motivo de la represión de una manifestación obrera en la ciudad de Chicago, en Estados Unidos durante el año 1886. Sin embargo, en nuestro país fue hasta el primero de mayo de 1913, que varias organizaciones obreras decidieron tomar las calles como señal de empatía hacia la búsqueda de mejorar las condiciones laborales de la clase obrera.

Hacer visible las demandas de las clases proletariadas, sigue siendo relevante, ya que, al paso del tiempo, no se ha logrado mejorar dichas exigencias y así, poder tener un mejor desempeño laboral. En otras palabras, el ocupar las calles se ha convertido en un ejercicio de búsqueda de la empatía por parte de la sociedad con los reclamos propios de cada gremio.

Las representaciones sindicales blancas, amarillas o rojas, siguen siendo la forma por la cual, buscan la negociación colectiva bajo el amparo de un “Contrato Colectivo de Trabajo” que corresponda con factores positivos de la organización para permitir el desarrollo profesional, económico y personal dentro de la misma.

Consagrado en el art. 123 Constitucional, nos establece como base que “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a la ley”; y dentro de la fracción XVI, nos señala la libertad de los trabajadores tiene para formar sindicatos.

Es oportuno señalar algunos logros, que bajo el auspicio del artículo en mención se han obtenido, como es:

  • Jornada laboral de 8 horas;
  • Prohibición de labores inseguras o peligrosas;
  • El goce de un día de descanso por cada seis laborados;
  • Protección a mujeres trabajadoras embarazadas;
  • Capacitación;
  • Entre otras.

Sin embargo, hoy en día se deben generar nuevos debates propios de los tiempos que vivimos referente al fortalecimiento de las representaciones gremiales, ya que considero que es fundamental para mantener los pesos y contrapesos, que se generan en las relaciones de trabajos y no sólo de las relaciones internas que existen, sino también de las relaciones que las organizaciones guardan con su contexto externo, llámense aquellos políticos, económicos y/o sociales.

Actualmente, algunas agrupaciones enfrentan crisis ya que no están evolucionando hacia las nuevas necesidades de los mercados laborales, así como de los nuevos grupos de población, ejemplo de ello, son los sindicatos que han dejado de ser atractivos para los miles de jóvenes, así como la inclusión de grupos vulnerables, sumado a ello, encontramos temas complejos como son problemas de jubilaciones, de retiro, así como de pensiones y la modificación de la pirámide demográfica, son algunos retos que deben enfrentar dichos sindicatos.

Pensar en la transformación de las representaciones gremiales, nos obliga a poner en la mesa conceptos fundamentales de los derechos humanos, la libertad del individuo y no la sumisión o la disciplina con el Estado. Porque al paso del tiempo, considero que ya no aplica aquella frase icónica de Fidel Velázquez, “El que se mueve, no sale en la foto”. Usted ¿qué opina?

Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!

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