/ miércoles 19 de junio de 2024

Chelerías en cintura

Están a pie de carretera, en casas, jardines, afuera de tiendas, en tianguis o mercados. Las autoridades municipales reconocen el incremento en su presencia y la ilegalidad de su operación.

La proliferación de chelerías demanda control, principalmente por las actividades ilegales que se pueden registrarse alrededor de ellas.

En Cuernavaca, zonas como los Ejidos de Acapanztingo, Ahuatepec y Ocotepec, han sido identificadas como lugares donde operan este tipo de establecimientos, en afectación a los formales que pagan impuestos y cumplen con medidas de higiene y protección civil.

Su apertura implica, en muchos casos, un ocultamiento —al menos administrativo porque son plenamente localizables hasta por redes sociales— de las autoridades hacendaria, sanitaria, de protección civil y seguridad.

Verónica Atenco Pérez, síndica municipal en funciones de alcaldesa en Cuernavaca, busca dialogar con los propietarios de estos establecimientos para regularizar su situación y evitar daños mayores. Ya la policía municipal había identificado casas particulares adaptadas como bares, cantinas o salones de fiesta.

Tan solo en mayo fueron intervenidos 25 espacios con esas características y en una semana detuvieron a 55 personas.

De acuerdo con los reportes atendidos desde el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, alrededor de las chelerías se llega a desarrollar venta de drogas y alcohol adulterado, diversas faltas cívicas, riñas, acoso callejero o robo de autopartes.

Controlarlas es un factor fundamental en la recuperación de la seguridad y de una convivencia social sana.

No se trata de prohibir las chelerías ni el consumo de mercancías, sino de integrarlas en un orden legal que garantice la seguridad y certeza en la venta de estos productos. Meterlas en cintura es tarea de autoridades, ciudadanía y empresarios.

@guerrerochipres

Están a pie de carretera, en casas, jardines, afuera de tiendas, en tianguis o mercados. Las autoridades municipales reconocen el incremento en su presencia y la ilegalidad de su operación.

La proliferación de chelerías demanda control, principalmente por las actividades ilegales que se pueden registrarse alrededor de ellas.

En Cuernavaca, zonas como los Ejidos de Acapanztingo, Ahuatepec y Ocotepec, han sido identificadas como lugares donde operan este tipo de establecimientos, en afectación a los formales que pagan impuestos y cumplen con medidas de higiene y protección civil.

Su apertura implica, en muchos casos, un ocultamiento —al menos administrativo porque son plenamente localizables hasta por redes sociales— de las autoridades hacendaria, sanitaria, de protección civil y seguridad.

Verónica Atenco Pérez, síndica municipal en funciones de alcaldesa en Cuernavaca, busca dialogar con los propietarios de estos establecimientos para regularizar su situación y evitar daños mayores. Ya la policía municipal había identificado casas particulares adaptadas como bares, cantinas o salones de fiesta.

Tan solo en mayo fueron intervenidos 25 espacios con esas características y en una semana detuvieron a 55 personas.

De acuerdo con los reportes atendidos desde el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, alrededor de las chelerías se llega a desarrollar venta de drogas y alcohol adulterado, diversas faltas cívicas, riñas, acoso callejero o robo de autopartes.

Controlarlas es un factor fundamental en la recuperación de la seguridad y de una convivencia social sana.

No se trata de prohibir las chelerías ni el consumo de mercancías, sino de integrarlas en un orden legal que garantice la seguridad y certeza en la venta de estos productos. Meterlas en cintura es tarea de autoridades, ciudadanía y empresarios.

@guerrerochipres