National Geographic publicó recientemente que es muy probable que el 2019 sea el año más cálido registrado en la historia humana.
Según el artículo, el Climate Protection Center de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense ha determinado que existe una probabilidad del 80 por ciento de que ya haya comenzado el fenómeno de El Niño en toda regla y que dure hasta finales de febrero de 2019. Esto implicaría temperaturas globales más cálidas que las que se han presentado en los últimos meses.
Del 2015 al 2018 han sido de los años más cálidos de la historia, esto se atribuye al aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que producen una capa que atrapa el calor, son esas emisiones que producen el “efecto invernadero” las que también han alcanzado niveles récord, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El clima de la Tierra ha sido más cálido que la media del siglo XX durante los últimos 406 meses consecutivos. Eso significa que nadie de menos de 32 años ha vivido un mes menos cálido que la media, de acuerdo con el artículo de National Geographic.
Los efectos de El Niño han sido más graves en los últimos años debido al calentamiento global y dichos efectos empeorarán conforme aumenten las temperaturas, según un estudio reciente publicado en la revista Geophysical Research Letters.
Un mundo más cálido implica más y mayores extremos en una meteorología destructiva y peligrosa, como olas de calor, incendios forestales, sequías, inundaciones y tormentas violentas.
Según señaló la OMM en un comunicado anual sobre el clima, en 2018 se produjeron 70 huracanes o ciclones tropicales en el hemisferio norte, cuando el promedio a largo plazo es de 53. Las tormentas más potentes que en algunos casos fueron un récord trajeron consigo la devastación a las islas Marianas, las Filipinas, Vietnam, Corea y Tonga. En Estados Unidos, los huracanes Florence y Michael provocaron enormes daños económicos y una pérdida de vidas considerable.
Las olas de calor costaron 153 mil millones de horas de trabajo, casi el triple que en el año 2000, según el informe de 2018 de Lancet Countdown sobre salud y cambio climático publicado el 28 de noviembre. En él se indica que las olas de calor provocaron grandes pérdidas de productividad en 2018, ya que hacía demasiado calor para trabajar o incluso para salir a la calle de forma segura.
El fenómeno El Niño más reciente finalizó en 2016 y a el se le atribuyó la desaparición de corales en la Gran Barrera de Coral, sequías graves en África, Sudamérica y partes del Pacífico y del Sudeste Asiático, e incendios forestales en Indonesia y Canadá. Aunque no se espera que el fenómeno El Niño actual tenga consecuencias tan graves, los científicos advierten de que podría traer consigo una meteorología peligrosa a zonas vulnerables de todo el mundo.
El Niño y su fenómeno opuesto, La Niña, forman un ciclo natural que puede durar de unos pocos meses a dos o tres años. Cuando ocurren, los patrones meteorológicos de todo el mundo se ven afectados, lo que influye de varias formas en el rendimiento de los cultivos, las hambrunas, las demandas de energía debido a la calefacción y/o refrigeración de hogares y edificios, el riesgo de incendios y los fenómenos hidrometeorológicos extremos. Los investigadores sostienen que, durante los últimos 20 años, los efectos de El Niño/La Niña se han agravado debido al calentamiento global.