/ jueves 2 de septiembre de 2021

Abascal, un apellido de rancio abolengo

Respiro hondo para no escribir temas que no atañen a las mujeres, pero resulta que algunos temas siempre terminan entreverados. Me explico: el pasado jueves no había terminado de contestar los comentarios que amablemente me habían escrito las personas que leen mis artículos, ese día a propósito del Yunque, cuando me entero de una nueva patraña que mucho tiene que ver con este tema.

Se trata de Rodrigo Abascal Olascoaga, notario 183 de la Ciudad de México, quien también ha desarrollado diferentes cargos en la política y que no tengo ganas de nombrar, además de ser miembro élite del Yunque, ahora acusado por violencia intrafamiliar. Según la entrevista que le hicieron a su esposa en varios medios a través de internet, lejos de ser el hombre que se esperaría bajo la máscara de la religión, es un hombre violento y manipulador, —como muchos de ellos— que prácticamente no “deja ni respirar” a su esposa, porque el sí es la “cabeza” de su hogar, y ella sólo un par de pies que deben seguirlo en todo coartando totalmente su libertad, y ahora quiere hasta despojarla de sus hijos y de sus bienes —como así se estila en este país, principalmente en la política —porque ella ha decidido abandonarlo y no continuar con esa relación tan tóxica para ella y sus hijos. Rodrigo, según su esposa, alardea con poner a toda la ralea de la Ley a su servicio para que actúen en contra de ella.

Pero, pensándolo bien, esta actitud patriarcal, cruel e hipermachista derivada de todas sus creencias es también hereditaria. No olvidemos que su padre, el exsecretario de gobernación durante el sexenio de Fox e hijo de Salvador Abascal —uno de los líderes de la tendencia católica contrarrevolucionaria—, redujo el papel de la mujer a ama de casa y madre, porque el feminismo causaba ‘‘desastre moral’’ pero desde Gobernación regalaba Virgencitas de Guadalupe compradas con erario público en un país que no ha dejado de luchar por un gobierno laico.

Y qué tal cuando Carlos Abascal quiso censurar a Carlos Fuentes por su libro "Aura". Según él, el personaje representaba uno de los papeles que la mujer no debe desempeñar y dirigió una queja a la dirección de una escuela privada en contra de la maestra de literatura por encargar ese tipo de libros en su clase. La verdadera polémica de dio cuando tuvo la idea de que el libro podría ser prohibido en las escuelas de educación pública, a lo cual Carlos Fuentes le contestó en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara: «Aura fue objeto de un acto de censura que yo agradezco, porque gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro; brincaron a 20 mil ejemplares a la semana. Imagínense ustedes, cosa que nos tenía felices a mi editor y a mí».

Pero ahí no termina todo, hay otro ˝gran˝ personaje en la familia: Salvador Abascal Álvarez, sobrino de Carlos Abascal, quien, conjuntamente con Luis López Panadero, hijo de la española María Panadero, exdirectora del Colegio Iberomexicano —otra triquiñuela que contar—defraudaron a más de tres mil personas, principalmente de la tercera edad, por más de cuatro mil quinientos millones de pesos a través de la empresa Alta Inversiones.

Esta empresa pedía un monto mínimo de inversión para tener una rentabilidad hasta del 16% anual, a través de un programa de telefonía llamado "Fontástico”, principalmente.

El modelo de inversión fue rentable al principio, de ahí que mucha gente invirtiera gran parte de su capital, muchos de ellos respaldándose también en las "buenas intenciones de familia". Después crearon otras empresas tales como: sofipo Alta Financiera, tiendas Mambo, la sociedad financiera de objeto múltiple (sofom) Genera Destino, a través de las cuales triangularon las inversiones, desviando los capitales ajenos a los otros negocios —mientras se les veía viajando felizmente por el mundo— y ya no pudieron pagar los intereses, ni regresar el capital invertido y entonces revendieron los teléfonos en varias ocasiones sin pagar sus créditos a los bancos, hasta que se declararon insolventes. Este escándalo financiero sucedió en México en 2015, y parece ser que este “sistema de inversión” se está extendiendo a varios países de América Latina bajo los nombres de Xifra, Xifra Group o Xifra Lifestyle.

Salvador Abascal Álvarez y Luís López Panadero estuvieron presos en el reclusorio norte y posteriormente liberados bajo fianza. A Abascal, según el artículo de Julio Pilotzi, en "Eje Central", este mes de junio de 2021 se le encontró culpable de fraude condenado a: 1) Una pena de prisión de 7 años y tres meses 2) pagar una multa 3) reparar el daño causado a los ofendidos y víctimas esta causa penal 4) la suspensión de sus derechos políticos durante el tiempo de su condena. Abascal estaba llevando su proceso en libertad y, como consecuencia y cumplimiento dictada por la Sala Penal, el Juez Penal libró una orden de reaprehensión en su contra, misma que fue suspendida de manera inmediata, porque Abascal presentó un amparo. ¿Estará también la Ley a su servicio?

López Panadero se encuentra todavía “prófugo de la justicia”.

Y concluyo: El único desastre moral, pero también físico y económico proviene de todos estos extraños personajes siempre hambrientos de poder y gloria que andan pululando en nuestro país embaucando a la gente, ya sea con sus ideas “metafísicas” o vendiendo sus “buenas” intenciones.

¿Hasta dónde tendremos que llegar para ponerles un alto?

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