Innumerables ejemplos de todo el mundo muestran que, contrariamente a la concepción popular, las y los jóvenes no están esperando a llegar una edad específica para comenzar a tener un impacto en el mundo como líderes.
Con su sesgo instintivo por el cambio, su habilidad con la tecnología como nativos digitales, su mentalidad colaborativa y su compromiso con el progreso social, los estudiantes y los jóvenes profesionales son "agentes de cambio" naturales.
Como jóvenes, siempre buscamos superar la adversidad, aportamos entusiasmo, frescura y creatividad. Son los jóvenes los que se enfrentan con flexibilidad al desafío de las innovaciones tecnológicas, quienes buscan influir en las decisiones y ser parte activa en la solución de los problemas que afectan a las personas en su vida diaria; pues en ellos se encuentra la posibilidad de revolucionar la cultura política y la renovación de liderazgos nacionales bajo una visión moderna, democrática, incluyente y equitativa.
Sin lugar a dudas estamos viviendo un tiempo de cambios profundos en todos los sentidos, y en los jóvenes recae la responsabilidad de trabajar por un mundo con mayores oportunidades para todos, con líderes que trabajen por la paz y seguridad, y por un planeta más sano donde la vida sea más justa y posible para todos.
No cabe duda que los jóvenes ocupan un lugar central en la sociedad mexicana actual, desempeñando roles esenciales en la política, la economía, la educación y el emprendimiento.
El progreso o creación de una mejor sociedad no depende solamente de la elaboración de planes y proyectos técnicamente bien elaborados, sino fundamentalmente de los miembros de la sociedad de introducir cambios, de tomar iniciativas y de implementar nuevas experiencias.
Por ello, es que como voz y representación de este importante sector, mis acciones van dirigidas justamente a eso, a crear nuevas experiencias y nuevas formas de hacer política; una política cercana y honesta.
Hay que buscar en las doctrinas políticas todo aquello que conduzca a la consecución de esa nueva sociedad deseada, de acuerdo con la realidad. Y junto a la juventud, buscar en ellas la posibilidad de alcanzar las metas que exige la sociedad en la época actual como son: la participación política y las libertades públicas, un desarrollo económico eficaz y compartido, y la calidad de vida y el desarrollo integral; sin perder de vista que ninguna de ellas es la única determinante.
Los jóvenes son la mayoría de la población, los principales protagonistas del cambio y quienes tienen en sus manos el presente y el futuro de la sociedad, es fundamental que cuenten con las herramientas y políticas públicas que les permitan ejercer ese derecho.
Porque tenemos en claro, que la organización y participación juvenil es un elemento fundamental en la conducción de una sociedad incluyente y democrática; es también una alternativa viable para que adolescentes y jóvenes puedan canalizar sus necesidades, demandas y propuestas.
Los jóvenes deben comprender que su participación debe ser responsable, privilegiando el diálogo y respetando la diversidad de pensamiento, para lo cual deben prepararse. No basta con entregar energía y pasión a la política; también se necesita preparación. La incapacidad es igualmente mala, provenga de un adulto o de un joven. En otras palabras, a la retórica juvenil de exigir poder, hay que enriquecerla con ideas, con contenido.
Por ello, nuestro compromiso desde la Comisión de la Juventud es aportarles desde la experiencia, los conocimientos necesarios en beneficio de la sociedad, y fortalecer el trabajo con las juventudes, porque tenemos la convicción de que ser joven es sinónimo de cambio, progreso y futuro.
Esta es una coyuntura digna de análisis, especialmente para los partidos políticos, con el fin que tomen conciencia, de una vez por todas, de la capacidad de organización y movilización que tienen los jóvenes, así como de la importancia de la participación de las y los jóvenes en los mismos, como dirigentes y tomadores de decisiones.
Porque ser joven es enfrentar los desafíos y crear o recrear un espacio para el desarrollo pleno y el futuro. Convertir problemas en oportunidades, en soluciones, ser el motor impulsor de la sociedad, en definitiva, ser joven implica todo aquello que nuestro país requiere para crear un mejor Morelos.