Durante años, el consumo interno ha sido uno de los pilares del crecimiento económico del país y hoy, está dando señales de desgaste, nada dura para siempre y menos en tiempos de volatilidad económica y es una mala noticia justo ahora, cuando más lo necesitamos en el país y, sobre todo, en Morelos.
Uno de los pilares de la economía mexicana es sin duda, el sector exportador, el cual está formado, sobre todo, por las empresas más grandes y productivas, que invierten en tecnología y automatización, pagan mejores salarios, pero ocupan relativamente menos trabajadores. Es el caso de las armadoras automotrices, los fabricantes de autopartes, la industria de electrónica y línea blanca, petróleo y petroquímica, farmacéutica y unas pocas más.
El resto del empleo, el de veras masivo, y el que por contraste es menos productivo y recibe salarios más bajos corresponde a las Micro, pequeñas y medianas empresas de capital nacional y estructura familiar. Hay compañías grandes que sirven al mercado interno (bancos, telefónicas, panificadoras, empacadoras, productos lácteos y conservas y algunos prestadores de servicios), pero el grueso son las MyPIMES, donde lo mismo están los talleres mecánicos, las gasolineras, las imprentas y las fábricas de muebles o uniformes escolares. Aunque podrían clasificarse en diferentes niveles socioeconómicos, todos los trabajadores, aquellos del sector manufacturero exportador contribuyeron con sus salarios y sus aguinaldos a sostener el consumo interno.
Obviamente que, para que los empresarios realicemos inversión directa, debemos garantizar y tener la expectativa de que lo producido y ofrecido se demandará y comprará, pero la demanda y compra de bienes y servicios no es la causa de su producción y oferta, producción con la que se mide el crecimiento de la economía. Estamos hablando de actividades económicas distintas: producción, oferta y venta, por un lado; demanda, compra y consumo, por el otro, relacionadas entre sí por el intercambio de la compra – venta de productos y servicios.
Morelos necesita detonar la economía de sus municipios con proyectos sustentables y rentables, hoy en día, la capacidad instalada no nos permite pensar en grandes resultados, pero si nos debe generar el compromiso de implementar políticas públicas basadas en actividades que permitan el desarrollo económico de la región, El grupo principal de estas actividades económicas es el sector primario y son las actividades que satisfacen una necesidad empleando para ello elementos o procesos naturales. Las cinco principales actividades primarias son: la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y la explotación forestal.
No debemos perder de vista en enfocarnos en las actividades secundarias, aunque corremos el riesgo de distraernos y no concretar y ubicar nuestra verdadera vocación como estado, las actividades secundarias que incluyen a las empresas que crean productos terminados listos para su consumo. Estas labores toman los productos provenientes de las actividades primarias y manufacturan nuevos bienes que son luego comercializados en el mercado interno o exportados a otros países, aquí debemos analizar qué sucederá con los planes de la 4T en el tema de comercio exterior, para buscar las alianzas y beneficios para emigrar a otros mercados.
El sector terciario, el cual se refiere a los servicios comerciales que acompañan a los procesos de producción y distribución, es uno de los que debemos alentar y proponer en el largo plazo, hoy, garantizar como estado a los empresarios dos rubros importantes, tenencia de la tierra y seguridad, deberá de ser prioritario e incluido en el plan estatal de desarrollo.
El crecimiento de la economía, entonces, tendrá que recaer otra vez en las grandes industrias manufactureras y de exportación, en la inversión extranjera directa y las remesas.
¡Que así sea!