Entramos a una nueva ola de contagios de Covid-19. Los casos se incrementan cada día respecto al día anterior, principalmente en la población entre 24 y 44 años. La variante Delta ya está presente en México y ya tenemos algunos casos en Morelos. Esta variante es muchísimo más contagiosa que las otras, esto quiere decir que bastan unos segundos de contacto con el virus para que este se arraigue en la persona.
En contraste el estado sigue en semáforo verde, la gente en las calles relaja las medidas sanitarias y la vida transcurre como si no pasara nada. Hasta en las instalaciones del IMSS se relaja la sana distancia y las medidas preventivas. Si no me creen dense una vuelta por la clínica 20 de bulevar Juárez a las 7 de la mañana.
Por otro lado la vacunación avanza y ya están vacunando a la población de treinta en adelante; eso es alentador porque si bien la vacuna no previene el contagio, lo que sí hace es reducir la gravedad y la intensidad de la enfermedad en personas vacunadas que se hayan infectado con el Covid-19.
Llevamos más de un año y tres meses de pandemia, en México más de quinientos mil muertos, esta es la secuela más dolorosa y más de dos millones y medio de contagios registrados oficialmente.
También la pandemia ha tenido secuelas en todos los ámbitos de la vida. En el gasto familiar por la pérdida de empleos y la contracción económica, el trabajo desde casa para los que lo pudieron hacer, el home office que ahora muchas empresas lo han dejado permanente porque les funciona muy bien y se ahorran algunos gastos propios de una oficina tradicional. En la convivencia familiar por permanecer en casa todo el día. En la educación de las niñas y los niños que han cursado todo el ciclo escolar a distancia, sin convivir con los amigos de la escuela y dependiendo de la televisión o la computadora para seguir sus cursos. En la dieta diaria afectada por exceso de alimentos chatarra y sedentarismo obligatorio.
En general la vida ha cambiado mucho para todas y todos.
En algunos países de Europa vuelve otra ola de contagios con una propagación vertiginosa, algunos están pensando implementar nuevamente el toque de queda regional para prevenir sobretodo los contagios entre los jóvenes, ahora que el buen clima del verano europeo invita a salir de fiesta por las noches.
La variante Delta se ha esparcido rápidamente incluso en algunos lugares en donde la vacunación está muy avanzada, principalmente entre la población de mayor riesgo o entre los jóvenes que aún no han sido vacunados.
Lo que está pasando con esta pandemia es que cuando creemos que vamos de salida, aparece otra variante en algún lugar del planeta y es como volver a empezar o a retroceder.
Un amigo comentó en un chat de compañeros que esto le parecía una pesadilla y sí, a veces nos sentimos como atrapados en una puerta giratoria. La experiencia nos dice que se requieren pruebas, muchas pruebas accesibles para toda la población, inclusive poderlas comprar en farmacias a precios módicos para detectar el virus en personas infectadas y apurar vacunas para toda la población, así de sencillo. Espero que a la autoridad le quede claro.
Mucho se ha escrito y falta más por escribir de la vida en la pandemia y después de ella; historias dolorosas de familia y de amigos cercanos, de planes pospuestos o de trabajos perdidos.
También habrá que valorar los cambios que en sentido positivo generará esta emergencia sanitaria mundial, también en las crisis hay oportunidades.
Gracias a los avances científicos que han permitido desarrollar vacunas en tiempo récord y las "benditas" redes y al Internet que nos permite difundir mensajes con gran rapidez para informar y prevenir, se han evitado millones de muertes.
En la pandemia de 1918 se dice que murieron más de 50 millones de personas (algunos dicen que entre 50 y 100 millones), la llamaron gripe "española" porque España que no estaba participando en la primera guerra mundial, no censuraba la información sobre la enfermedad, a diferencia de los países involucrados que mandaban tropas al frente de batalla con soldados infectados por la gripe. En 1918 las muertes por la gripe española fueron equivalentes al 2.6% de la población mundial, actualmente las muertes por Covid-19 a nivel mundial equivalen al 0.05% de la población total, enorme diferencia. Si la tasa de mortalidad de hoy por el Covid-19 fuera la tasa de mortalidad de 1918 por la influenza H1N1, la humanidad habría perdido 195 millones de personas.
No nos queda más remedio que seguir cuidándonos e insistir a que todos lo hagamos.