/ viernes 25 de mayo de 2018

Cuauh ganó el debate…

Por supuesto que hay una trampa que le han tejido a Cuauhtémoc Blanco, candidato a la gubernatura que lleva la delantera en prácticamente todas las encuestas que se han levantado fuera de las casas de campaña de sus adversarios. Trampa y no, porque a final de cuentas en la política hay muchas cosas que, aunque tramposas para el Cuauh, resultan perfectamente encuadraras en la ley, como el hacerle bulla al candidato puntero.


Lo cierto es que Blanco Bravo sabía que los cinco o seis puntos que le habrían representado un extraordinario desempeño en las cuatro rondas del debate, no eran suficientes para ameritar su presencia en él si, como dicen las encuestas tiene más de quince puntos sobre su más cercano perseguidor, Víctor Caballero Solano, a quien no le fue mal en el ejercicio, pero tampoco tan bien como para representar, a estas alturas, un problema real para el puntero en las encuestas. Asumiendo desde el principio que Caballero ganaría el debate, en la casa de campaña de Blanco Bravo le sumarían cinco o seis puntos, que lo colocarían rondando el 20 por ciento de las preferencias electorales, lejos aún, muy lejos del 30-25 por ciento que se calculan para el ex futbolista.


A lo mejor por eso, más que por el cálculo de una trampa, el equipo de Blanco Bravo determinó que no pasaría mucho si en lugar de asistir al debate se reunía con algunos militantes de Morena para reconciliar de alguna forma la coalición rota que muchos perciben. El símbolo de reconciliación con los morenistas y la presencia del Obispo de Cuernavaca , Ramón Castro Castro pudo haberle apuntado a Blanco los votos que habría perdido por no asistir al debate. Es decir, en el peor de los casos, Blanco Bravo salió tablas y quienes apostaban a su caída en los debates tienen que reconsiderar su estrategia.


El equipo de Víctor Caballero, por ejemplo, deberá de concebir que no ganó más de diez puntos, cinco o seis propios y cuatro o cinco que habría perdido el Cuauh que además, tendrá con qué salir mañana en los medios, entre la trampa ridícula que advierte, la reunión con morenistas y hasta la presencia del obispo (¿Tendrá claro monseñor Castro el uso electoral que se le ha comenzado a dar?). contra las propuestas de Caballero, Gayosso y Meade que, sinceramente en un debate sin el Cuauh, pasan mediáticamente a un segundo plano. Ni que fueran tan espectaculares como para ganarle a los goles de aquél en algún partido europeo (ya sé que no fueron tantos, pero la gente se acuerda).


Y mientras los equipos de campaña aseguran que sus candidatos ganaron el debate, lo cierto es que quien triunfo pudo verlos tranquilos desde su casa. Nadie parece hacerle sombra al Cuauh, y aunque se le acercan, el tepiteño ex futbolista confía en que los puntos que aún llevará de ventaja, unos diez en el peor de los escenarios, le sirvan para derrotar a cualquiera el 1 de julio.


Claro aún falta el debate oficial del Impepac en julio próximo al que Blanco Bravo aseguró que asistirá y en el que, en el peor de los casos podía perder unos cinco puntos que, si los gana Caballero Solano, podrán ponerle bastante pimienta a unas campañas que, hasta ahora lucen, por decir lo menos, bastante deslucidas.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Por supuesto que hay una trampa que le han tejido a Cuauhtémoc Blanco, candidato a la gubernatura que lleva la delantera en prácticamente todas las encuestas que se han levantado fuera de las casas de campaña de sus adversarios. Trampa y no, porque a final de cuentas en la política hay muchas cosas que, aunque tramposas para el Cuauh, resultan perfectamente encuadraras en la ley, como el hacerle bulla al candidato puntero.


Lo cierto es que Blanco Bravo sabía que los cinco o seis puntos que le habrían representado un extraordinario desempeño en las cuatro rondas del debate, no eran suficientes para ameritar su presencia en él si, como dicen las encuestas tiene más de quince puntos sobre su más cercano perseguidor, Víctor Caballero Solano, a quien no le fue mal en el ejercicio, pero tampoco tan bien como para representar, a estas alturas, un problema real para el puntero en las encuestas. Asumiendo desde el principio que Caballero ganaría el debate, en la casa de campaña de Blanco Bravo le sumarían cinco o seis puntos, que lo colocarían rondando el 20 por ciento de las preferencias electorales, lejos aún, muy lejos del 30-25 por ciento que se calculan para el ex futbolista.


A lo mejor por eso, más que por el cálculo de una trampa, el equipo de Blanco Bravo determinó que no pasaría mucho si en lugar de asistir al debate se reunía con algunos militantes de Morena para reconciliar de alguna forma la coalición rota que muchos perciben. El símbolo de reconciliación con los morenistas y la presencia del Obispo de Cuernavaca , Ramón Castro Castro pudo haberle apuntado a Blanco los votos que habría perdido por no asistir al debate. Es decir, en el peor de los casos, Blanco Bravo salió tablas y quienes apostaban a su caída en los debates tienen que reconsiderar su estrategia.


El equipo de Víctor Caballero, por ejemplo, deberá de concebir que no ganó más de diez puntos, cinco o seis propios y cuatro o cinco que habría perdido el Cuauh que además, tendrá con qué salir mañana en los medios, entre la trampa ridícula que advierte, la reunión con morenistas y hasta la presencia del obispo (¿Tendrá claro monseñor Castro el uso electoral que se le ha comenzado a dar?). contra las propuestas de Caballero, Gayosso y Meade que, sinceramente en un debate sin el Cuauh, pasan mediáticamente a un segundo plano. Ni que fueran tan espectaculares como para ganarle a los goles de aquél en algún partido europeo (ya sé que no fueron tantos, pero la gente se acuerda).


Y mientras los equipos de campaña aseguran que sus candidatos ganaron el debate, lo cierto es que quien triunfo pudo verlos tranquilos desde su casa. Nadie parece hacerle sombra al Cuauh, y aunque se le acercan, el tepiteño ex futbolista confía en que los puntos que aún llevará de ventaja, unos diez en el peor de los escenarios, le sirvan para derrotar a cualquiera el 1 de julio.


Claro aún falta el debate oficial del Impepac en julio próximo al que Blanco Bravo aseguró que asistirá y en el que, en el peor de los casos podía perder unos cinco puntos que, si los gana Caballero Solano, podrán ponerle bastante pimienta a unas campañas que, hasta ahora lucen, por decir lo menos, bastante deslucidas.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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