/ jueves 22 de agosto de 2024

Días de soltar / ¿Cómo le hacemos?

Chalco se inundó. Esa pequeña oración puede no significar nada para ti, pero para miles de personas que viven ahí, eso significó perder sus cosas. Desde zapatos, hasta la casa. Una vida de ahorros. Las calles de la Ciudad de México se inundaron. Esa oración también te puede resultar poco relevante, pero para millones de personas que salieron de trabajar y tardaron horas en llegar a su casa, mojados, apretados en un sistema de transporte público que colapsó, no fue tan poca cosa.

Tanto en el Estado de México como en la Ciudad de México, un fenómeno predecible como la temporada de lluvias pone de cabeza a sus poblaciones. Enfrenta a millones de habitantes, los del percentil más bajo de ingresos, a sufrir la temporada, cuando se supone como Gobierno deberían evitar precisamente esos malestares. ¿Por qué habrían de pagar impuestos ese sector afectado de la población? si el día que más necesitan al gobierno es el día que no los pueden ayudar. Imagínate que pagas un seguro de coche, y el día que chocas, llega el gestor de tu seguro y te dice que lamenta mucho no poder ayudarte, pero simplemente no tiene capacidad de hacerlo. ¿Para qué pagaste?

Esos son el tipo de retos que enfrentan los gobiernos modernos. Sociedades que se han desarrollado y hoy necesitan la presencia del Estado para planificar el futuro de las ciudades, ejecutar la modernización de estas, mantener la seguridad, el orden, la certeza, para llegar al futuro que queremos.

Desgraciadamente, es lo que menos les interesa a los gobiernos. Hace décadas que la zona metropolitana de la Ciudad de México se inunda cada temporada de lluvias y seguimos sin tener las obras de infraestructura para evitar suceda. Así como también seguimos sin tener un plan concreto para solucionar el problema de escases de agua a futuro, o de vivienda accesible para la población, o un sistema de salud digno, o uno educativo decente. En fin, la lista es interminable. Pero el discurso público es la sobrerrepresentación en el Congreso de MORENA. Todo el esfuerzo de la Presidenta electa y el Presidente saliente está enfocado en lograr dominar a sus contrincantes políticos. Eso no tiene nada que ver con un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, pero es a lo que dedica su atención. Asegurar el control político del país. Esa Presidenta entrante, por cierto, que tuvo 5 años para hacer algo por problemas como el de las inundaciones en la ciudad de México, pero era más importante la campaña presidencial que comenzó desde su tercer año.

No estoy diciendo que sean problemas sencillos que con la simple atención de las autoridades se van a resolver. Estamos hablando de problemas complejos que tomarán muchos años, dinero y esfuerzo resolverse. El problema de fondo, que se asoma en este ejemplo, es que las prioridades de la clase gobernante están en otro lado, no en los problemas que aquejan a la población del país.

¿Qué diagnostico serio tenemos sobre los problemas que causa el narcotráfico en el país? ¿Qué propuesta pública tenemos para resolverlo? No me refiero a un plan para atrapar a un capo, o explicar porque lo atraparon los gringos sin avisarnos. Me refiero a un proceso a través del tiempo para resolver problemas como la corrupción, la inseguridad, la ilegalidad, la informalidad en México.

El gran mérito de AMLO fue hablarle al oído a la mayoría del país generalmente olvidada. Ellos le han dado márgenes divinos en las elecciones. Pero poco a poco se van a dar cuenta que les mintió igual que los de antes. Esta lógica política en la que vivimos es una espiral a través del tiempo que nos mantiene en el hoyo. ¿Cómo la rompemos? ¿Cómo le hacemos para tener gobiernos que tengan como prioridad atender los problemas públicos, y no nada más tener el poder por tenerlo? más allá de eufemismos como aquel clásico “Primero los pobres”.

Chalco se inundó. Esa pequeña oración puede no significar nada para ti, pero para miles de personas que viven ahí, eso significó perder sus cosas. Desde zapatos, hasta la casa. Una vida de ahorros. Las calles de la Ciudad de México se inundaron. Esa oración también te puede resultar poco relevante, pero para millones de personas que salieron de trabajar y tardaron horas en llegar a su casa, mojados, apretados en un sistema de transporte público que colapsó, no fue tan poca cosa.

Tanto en el Estado de México como en la Ciudad de México, un fenómeno predecible como la temporada de lluvias pone de cabeza a sus poblaciones. Enfrenta a millones de habitantes, los del percentil más bajo de ingresos, a sufrir la temporada, cuando se supone como Gobierno deberían evitar precisamente esos malestares. ¿Por qué habrían de pagar impuestos ese sector afectado de la población? si el día que más necesitan al gobierno es el día que no los pueden ayudar. Imagínate que pagas un seguro de coche, y el día que chocas, llega el gestor de tu seguro y te dice que lamenta mucho no poder ayudarte, pero simplemente no tiene capacidad de hacerlo. ¿Para qué pagaste?

Esos son el tipo de retos que enfrentan los gobiernos modernos. Sociedades que se han desarrollado y hoy necesitan la presencia del Estado para planificar el futuro de las ciudades, ejecutar la modernización de estas, mantener la seguridad, el orden, la certeza, para llegar al futuro que queremos.

Desgraciadamente, es lo que menos les interesa a los gobiernos. Hace décadas que la zona metropolitana de la Ciudad de México se inunda cada temporada de lluvias y seguimos sin tener las obras de infraestructura para evitar suceda. Así como también seguimos sin tener un plan concreto para solucionar el problema de escases de agua a futuro, o de vivienda accesible para la población, o un sistema de salud digno, o uno educativo decente. En fin, la lista es interminable. Pero el discurso público es la sobrerrepresentación en el Congreso de MORENA. Todo el esfuerzo de la Presidenta electa y el Presidente saliente está enfocado en lograr dominar a sus contrincantes políticos. Eso no tiene nada que ver con un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, pero es a lo que dedica su atención. Asegurar el control político del país. Esa Presidenta entrante, por cierto, que tuvo 5 años para hacer algo por problemas como el de las inundaciones en la ciudad de México, pero era más importante la campaña presidencial que comenzó desde su tercer año.

No estoy diciendo que sean problemas sencillos que con la simple atención de las autoridades se van a resolver. Estamos hablando de problemas complejos que tomarán muchos años, dinero y esfuerzo resolverse. El problema de fondo, que se asoma en este ejemplo, es que las prioridades de la clase gobernante están en otro lado, no en los problemas que aquejan a la población del país.

¿Qué diagnostico serio tenemos sobre los problemas que causa el narcotráfico en el país? ¿Qué propuesta pública tenemos para resolverlo? No me refiero a un plan para atrapar a un capo, o explicar porque lo atraparon los gringos sin avisarnos. Me refiero a un proceso a través del tiempo para resolver problemas como la corrupción, la inseguridad, la ilegalidad, la informalidad en México.

El gran mérito de AMLO fue hablarle al oído a la mayoría del país generalmente olvidada. Ellos le han dado márgenes divinos en las elecciones. Pero poco a poco se van a dar cuenta que les mintió igual que los de antes. Esta lógica política en la que vivimos es una espiral a través del tiempo que nos mantiene en el hoyo. ¿Cómo la rompemos? ¿Cómo le hacemos para tener gobiernos que tengan como prioridad atender los problemas públicos, y no nada más tener el poder por tenerlo? más allá de eufemismos como aquel clásico “Primero los pobres”.