/ jueves 7 de noviembre de 2024

Días de soltar / El regreso de Trump

Pues que vuelve a ganar Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos de América. Aunque eso no es tanta noticia, si bien no era un hecho, se veía probable. Terminó la campaña con una ligera ventaja sobre Kamala Harris. La mayoría de los especialistas calificaban esta elección, previo al día, como una que se decidiría por poco. La gran sorpresa fue precisamente que no fue tan cerrada. Trump y los republicanos arrasaron y se llevaron el Voto Electoral, el Voto Popular, el Congreso y el Senado.

De los denominados estados “Péndulo” o “Bisagra” que son los que tradicionalmente definen la elección y antes del día estaban indefinidos, Trump acabó llevándose la gran mayoría. Es más, para que entendamos el nivel de sorpresa: los republicanos entre 1992 y hoy solo han ganado dos veces el voto popular: en el 2004 cuando Jorge W. Bush se reeligió (y tuvo mucho que ver el patriotismo desbordado que generó el atentado contra las Torres Gemelas) y la segunda vez fue este martes 5 de noviembre de 2024.

¿Cómo se recuperó un candidato que ha estado relacionado con la banca rota y fraudes de varias de sus empresas, reality shows burdos, escándalos de acoso, fraudes fiscales y atentados tan graves como aquel asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021, que además fue uno de los presidentes peor evaluados en la historia? La respuesta es fácil, siendo el más gritón. Bienvenidos al populismo del siglo XXI sean los gringos, una época política en la que gana no el más capaz para gobernar, sino el más capaz para llamar la atención. No es poca cosa, creo que así como en México lo logró AMLO, en USA Trump ha sabido construir un mensaje que resuena en el corazón de una mayoría importante de votantes en su país. El famoso “Make America Great Again” es un discurso poderoso a varios niveles, particularmente con esos ciudadanos que consideran no les ha cumplido su país, ya sean originarios o inmigrantes. Estas elecciones, a reserva de analizar los resultados con calma y lupa, Trump mantuvo su base de electorado rural, blanco de clase media y baja, pero además le sumó a muchas mujeres blancas (a pesar de ir en contra del aborto) y hombres latinos y negros (a pesar de estar a favor de una frontera cerrada). Le fue mejor que en 2016, su primera vez, cuando no pudo ganar el voto popular.

¿Por qué pasó esto? Se asoman algunas causas ovias, probablemente la más importante es la situación económica del país. La calidad de vida del americano promedio no es la que tenían las generaciones pasadas, a pesar de todos los avances tecnológicos, y además cuesta mucho mantenerla. Solo en junio de este año la inflación llegó a su máximo en cuarenta años. Eso les pega particularmente a los americanos mal llamados “de cuello rojo” que se rompen la espalda trabajando el campo y apenas ven dividendos. Tampoco le ayuda al clase mediero que siente los extranjeros que llegan le roban trabajos. Todos ellos sueñan con un USA mejor, con volver a hacerlo el mejor país. A eso sumémosle los jóvenes latinos y negros con pocos estudios que ya tiene su pasaporte americano y no les da miedo los deporten, como podría haberle pasado a sus papás o abuelos. Ese latino ya no quiere que lleguen más latinos a competirle, a crecer el estigma. Por ellos, que se cierre la frontera, al fin que ya están de lado correcto.

A esos temas agreguémosle que la política no le atrae a las nuevas generaciones, cada vez es más difícil que un Político se gane el interés de una generación que da por hecho que estamos jodidos y tenemos que trabajar. Esta elección votaron menos gringos que en el 2020. Ahí también le falló la estrategia a los demócratas que perdieron muchos de esos votos, particularmente mujeres blancas, que daban por hecho los azules. Trump y su equipo desde la campaña pusieron especial énfasis en movilizar a los electores para que llegaran a las casillas, y parece su estrategia funcionó hasta en eso.

Donald no tendrá limites en este nuevo mandato: tiene la voluntad del pueblo (esa que tanto presumía AMLO), tiene el Congreso, tiene el Senado y, ahora sí, tiene la experiencia. Si acaso, su avanzada edad sería el límite más visible. Es de la rodada de Joe Biden quien perdió la candidatura por eso. En defensa de Trump, el siempre ha sonado a demente, así que aunque tuviera demencia senil la cosa no cambiaría mucho. Además, el partido republicano es suyo, no tiene quien le diga que no. El nuevo Vicepresidente JD Vance es el mejor posicionado para heredar ese liderazgo a futuro en el partido que se quedó sin lideres al no poder competir contra el raro carisma de Trump.

Van a ser años muy duros parra los demócratas y quienes se identifiquen con esos valores. Ellos también sufren una carencia de liderazgos. Aunque, hay quienes despuntan, creo que en general se quedan cortos ante la figura de Trump. Sobre todo, lo que les falta es un proyecto y discurso que le gane al de Trump.

Pues que vuelve a ganar Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos de América. Aunque eso no es tanta noticia, si bien no era un hecho, se veía probable. Terminó la campaña con una ligera ventaja sobre Kamala Harris. La mayoría de los especialistas calificaban esta elección, previo al día, como una que se decidiría por poco. La gran sorpresa fue precisamente que no fue tan cerrada. Trump y los republicanos arrasaron y se llevaron el Voto Electoral, el Voto Popular, el Congreso y el Senado.

De los denominados estados “Péndulo” o “Bisagra” que son los que tradicionalmente definen la elección y antes del día estaban indefinidos, Trump acabó llevándose la gran mayoría. Es más, para que entendamos el nivel de sorpresa: los republicanos entre 1992 y hoy solo han ganado dos veces el voto popular: en el 2004 cuando Jorge W. Bush se reeligió (y tuvo mucho que ver el patriotismo desbordado que generó el atentado contra las Torres Gemelas) y la segunda vez fue este martes 5 de noviembre de 2024.

¿Cómo se recuperó un candidato que ha estado relacionado con la banca rota y fraudes de varias de sus empresas, reality shows burdos, escándalos de acoso, fraudes fiscales y atentados tan graves como aquel asalto al Capitolio del 6 de enero del 2021, que además fue uno de los presidentes peor evaluados en la historia? La respuesta es fácil, siendo el más gritón. Bienvenidos al populismo del siglo XXI sean los gringos, una época política en la que gana no el más capaz para gobernar, sino el más capaz para llamar la atención. No es poca cosa, creo que así como en México lo logró AMLO, en USA Trump ha sabido construir un mensaje que resuena en el corazón de una mayoría importante de votantes en su país. El famoso “Make America Great Again” es un discurso poderoso a varios niveles, particularmente con esos ciudadanos que consideran no les ha cumplido su país, ya sean originarios o inmigrantes. Estas elecciones, a reserva de analizar los resultados con calma y lupa, Trump mantuvo su base de electorado rural, blanco de clase media y baja, pero además le sumó a muchas mujeres blancas (a pesar de ir en contra del aborto) y hombres latinos y negros (a pesar de estar a favor de una frontera cerrada). Le fue mejor que en 2016, su primera vez, cuando no pudo ganar el voto popular.

¿Por qué pasó esto? Se asoman algunas causas ovias, probablemente la más importante es la situación económica del país. La calidad de vida del americano promedio no es la que tenían las generaciones pasadas, a pesar de todos los avances tecnológicos, y además cuesta mucho mantenerla. Solo en junio de este año la inflación llegó a su máximo en cuarenta años. Eso les pega particularmente a los americanos mal llamados “de cuello rojo” que se rompen la espalda trabajando el campo y apenas ven dividendos. Tampoco le ayuda al clase mediero que siente los extranjeros que llegan le roban trabajos. Todos ellos sueñan con un USA mejor, con volver a hacerlo el mejor país. A eso sumémosle los jóvenes latinos y negros con pocos estudios que ya tiene su pasaporte americano y no les da miedo los deporten, como podría haberle pasado a sus papás o abuelos. Ese latino ya no quiere que lleguen más latinos a competirle, a crecer el estigma. Por ellos, que se cierre la frontera, al fin que ya están de lado correcto.

A esos temas agreguémosle que la política no le atrae a las nuevas generaciones, cada vez es más difícil que un Político se gane el interés de una generación que da por hecho que estamos jodidos y tenemos que trabajar. Esta elección votaron menos gringos que en el 2020. Ahí también le falló la estrategia a los demócratas que perdieron muchos de esos votos, particularmente mujeres blancas, que daban por hecho los azules. Trump y su equipo desde la campaña pusieron especial énfasis en movilizar a los electores para que llegaran a las casillas, y parece su estrategia funcionó hasta en eso.

Donald no tendrá limites en este nuevo mandato: tiene la voluntad del pueblo (esa que tanto presumía AMLO), tiene el Congreso, tiene el Senado y, ahora sí, tiene la experiencia. Si acaso, su avanzada edad sería el límite más visible. Es de la rodada de Joe Biden quien perdió la candidatura por eso. En defensa de Trump, el siempre ha sonado a demente, así que aunque tuviera demencia senil la cosa no cambiaría mucho. Además, el partido republicano es suyo, no tiene quien le diga que no. El nuevo Vicepresidente JD Vance es el mejor posicionado para heredar ese liderazgo a futuro en el partido que se quedó sin lideres al no poder competir contra el raro carisma de Trump.

Van a ser años muy duros parra los demócratas y quienes se identifiquen con esos valores. Ellos también sufren una carencia de liderazgos. Aunque, hay quienes despuntan, creo que en general se quedan cortos ante la figura de Trump. Sobre todo, lo que les falta es un proyecto y discurso que le gane al de Trump.