/ miércoles 4 de diciembre de 2024

El Espectador / Rubén Rocha Moya dice que fue un petardo

“Sobre la pregunta del explosivo, de lo que ocurrió, se descarta que haya sido un coche bomba. Al parecer, es un artefacto como un tipo dron”, dijo Omar García Harfuch ayer. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana confirmó un vehículo incendiado, no hubo heridos y no fue dentro de Culiacán.

El caos sigue controlando Sinaloa. Los medios de comunicación no pueden reportar todo. Trabajan en equipo. Esperan a que salga la versión oficial antes de publicar para que no piensen que apoyan a algún grupo del narco en guerra. No hay autoridades combatiendo a los hombres armados. Las fuertes explosiones ahora tienen a la población más atemorizada. Y los militares, los marinos ni los policías aparecen.

Mientras tanto, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, también sigue fingiendo que no pasa nada. Ayer, por ejemplo, dijo que la fuerte explosión fue un petardo. Es decir, sigue pensando que la gente a la que debe responder es idiota, que se pueden suavizar cada vez que se presenta en su mañanera o manda una foto sonriente con la crema y nata de la 4T, las nuevas élites.

Ayer mismo empresarios de Sinaloa llegaron al Senado de la República para exigir apoyo ante la crisis económica que ahoga al estado, producto de la violencia desatada hace más de cuatro meses por el enfrentamiento entre Los Chapitos y Los Mayos por el control territorial. Ante la inacción del gobernador Rubén Rocha Moya, porque no pasa nada, las pérdidas económicas superan los 18 mil millones de pesos.

En conferencia de prensa, acompañados de senadores, los empresarios denunciaron que el cierre de comercios genera pérdidas diarias de 500 millones de pesos en sectores como eventos masivos, espectáculos y festividades. Además, 25 mil empleos se han perdido, lo que ha forzado a las empresas a reducir horarios y personal. Los reporteros de la zona nos cuentan que ya no hay vida nocturna.

Martha Reyes, presidenta de la Coparmex Sinaloa, alzó la voz en nombre del sector empresarial: “Lo único que pedimos es que se asegure la economía y los empleos. No podemos seguir llevando a nuestros hijos a la escuela con la incertidumbre de que puedan ser alcanzados por las balas”.

Reyes recordó que la seguridad ha sido rebasada y exigió acción inmediata: “No queremos que el gobernador se vaya, queremos que actúe. La sociedad, el gobierno y los empresarios debemos enfrentar juntos esta crisis”.

Los empresarios solicitaron al Senado un paquete de incentivos fiscales y medidas de emergencia que incluyan empleo temporal, atención a la salud mental, créditos para pequeñas empresas, fortalecimiento de la seguridad pública y apoyo a infraestructura.

Paloma Sánchez Ramos, senadora por Sinaloa, exigió al Gobierno Federal atender la emergencia: “La federación debe actuar con responsabilidad. La violencia y la crisis económica están destruyendo nuestras vidas”.

Sánchez detalló la magnitud del problema: 523 homicidios, 582 personas desaparecidas, más de mil 600 vehículos robados y 672 negocios saqueados desde el 9 de septiembre. Los incidentes recientes —como la aparición de cuerpos mutilados y la explosión que se pensó fue un coche bomba y que las autoridades dicen que fue un drone o un petardo— solo han profundizado el miedo.

Sinaloa, atrapado en una espiral de terror, enfrenta no solo una crisis de seguridad, sino un colapso económico que exige respuestas inmediatas. Mientras tanto, el gobernador Rocha Moya hace como que nada pasa. Y Omar García Harfuch lanza números mareadores y trata de decirnos que todo va a estar bien.