Este es el título de una película italiana estrenada en 1978, con música del genial Ennio Morricone y que contaba entre sus protagonistas a Claudia Cardinale, Francisco Rabal y Michele Placido, además de Giuliano Gemma, quien obtuviera por su actuación el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Montreal, Canadá.
El filme original, dirigido por Pasquale Squitieri era “Corleone” (apellido que ubicamos por la saga “El Padrino”), que es el nombre del pueblo donde se desarrolla la historia. Esta se resume en que un político se une con un gánster para destronar a los dictadores que se han apoderado de su barrio. ¿Les suena familiar? Hoy en día hay una y mil versiones y adaptaciones de este clásico, que ha derivado en parodias, remakes y cuyo título ha sido parafraseado en innumerables ocasiones. Hoy, ya hasta elementos de la recién creada Guardia Nacional fueron detenidos por presuntamente dedicarse al secuestro en el Estado de México.
Todavía hay quien la mienta cuando se ironiza si el largo brazo de la ley alcanzará a los criminales de cuello blanco o descamisados que la hayan torcido. Y ejemplos hay para aventar para arriba: a nivel nacional, destacan las acusaciones a Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), por actos de corrupción que tienen que ver con el Caso Odebrecht, del abogado Juan Collado, acusado de delincuencia organizada y de Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz, quien asegura que pactó con el Senador Miguel Ángel Osorio Chong, su entrega a las autoridades, “y que no molestarían a su familiar”, lo que el ex Secretario de Gobernación negó categóricamente. También ha causado indignación la red de poder que mueve a Baja California y donde Jaime Bonilla, sin rendir protesta aún, logró que diputados de un partido diferente al suyo alargaran su mandato de dos a cinco años. Voces como la de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo lo han denunciado.
En Morelos, , gravísima, la investigación realizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre el “Caso Temixco”, que derivó en la Recomendación 21VG/2019 por violaciones graves a derechos humanos ocurridas durante tres operativos policiales en los límites de Temixco y Cuernavaca, el 30 de noviembre del año 2017. En el expediente de 358 páginas, la CNDH sintetiza: “Se acreditó que personal de la Comisión Estatal de Seguridad incurrió en allanamientos a las casas habitación en que estaban las víctimas; detenciones arbitrarias en agravio de 7 personas, incluido un adolescente; uso excesivo de la fuerza que derivó en la ejecución arbitraria de 6 personas, incluidas dos personas menores de edad; trato cruel, inhumano y/o degradante derivado de las lesiones a 4 personas, incluidos 2 infantes; dilación en la puesta a disposición de los detenidos ante el Agente del Ministerio Público del Fuero Común en Cuernavaca, Morelos, y colocación deliberada del arma de fuego y los indicios balísticos que se relacionaron con el cadáver de una víctima….”
El Sol de Cuernavaca, de manera amplia y puntual detalló en una magnífica nota de Miriam Estrada, lo que ocurrió en ese entonces, cuando la CES informó que seis personas murieron, entre ellas cuatro mujeres, un bebé y un hombre en un presunto enfrentamiento entre elementos de la Policía Morelos y presuntos integrantes de un grupo delictivo. Las autoridades reportaron que dicho enfrentamiento duró más de dos horas en un domicilio de la colonia Rubén Jaramillo de Temixco. El entonces comisionado de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra precisó que entre los detenidos estaba José Alberto, alias "El Señor de la V". Asimismo, precisó que fue detenido José Manuel, hijo de otro presunto delincuente.
A decir de las autoridades los detenidos portaban armas y las utilizaron contra los elementos, a pesar de que en el interior de la vivienda había menores de edad. Autoridades del Gobierno del Estado se han manifestado declarando que le darán respuesta a la recomendación sin importar quién caiga y que se ha solicitado al Fiscal General, Uriel Carmona, cumpla con la aplicación de la ley aun cuando tenga que ser llamado el ex titular de la CES, Jesús Alberto Capella Ibarra. En pocas palabras, la CNDH dice: lo que ocurrió fue una ejecución arbitraria.
Y como decía Raúl Velasco, aún hay más. Está latente el caso de la ex diputada Beatriz Vicera, acusada de malversar los fondos del Poder Legislativo y de diversos servidores públicos de la anterior administración sexenal en Morelos que se encuentran sujetos a proceso por su probable responsabilidad en cuanto a su desempeño y manejo de recursos públicos. Hasta se ha reactivado la investigación en contra del ex rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, por su presunto enriquecimiento ilícito, Pero no solo ellos.
En este mismo espacio, la semana pasada nos referimos al tres veces diputado federal, ex asambleísta en el otrora DF y heredero de una de las más célebres dinastías de poder en el país, Juan Del Rosal Martínez, nieto del militar y abogado Alfonso Corona del Rosal, ex gobernador de Hidalgo, Secretario del Patrimonio Nacional, Presidente Nacional el PRI y Regente del Departamento del Distrito Federal. En la pasada entrega “Juanito” defendió a Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, gobernador con licencia del Estado de Campeche, ante la acusación, a través de una nota periodística publicada por Reforma, sobre una suntuosa propiedad de Moreno, quien fuera presidente nacional del Frente Juvenil Revolucionario.
Bueno, pues ahora el evidenciado es Del Rosal Martínez, luego de que se hicieran públicas sus múltiples estafas, fraudes y triquiñuelas, utilizando la fama del apellido y su “talento” como mitómano. Hay un grupo importante de afectados por el ex titular del Fideicomiso de Fomento Minero (FIFOMI) en Puebla y que presume de influyente en Morelos, que ya recurrió a las autoridades para que las practicas delincuenciales de Juan Del Rosal Martínez (robo, abuso de confianza) no queden impunes.
Ya lo dijo el escritor y político francés Montesquieu: “Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa”.
Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.