El triunfo de la política

Muchos habían soñado con un inminente fracaso del mandatario mexicano, el de verlo derrotado y volver al pasado, al viejo sistema corrupto

Lucía Meza Guzmán / Senadora por Morena

  · lunes 10 de junio de 2019

Lucía Meza Guzmán, senadora de la República/ Cortesía

Aunque a muchos les cuesta trabajo aceptar que las negociaciones entre los equipos de los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, al suspenderse indefinidamente los aranceles que había anunciado el mandatario norteamericano, fue positivo para México.

Muchos habían soñado con un inminente fracaso del mandatario mexicano, el de verlo derrotado y volver al pasado, al viejo sistema corrupto.

El anuncio fue, sin lugar a duda, una buena noticia, porque de lo contrario el derrotado no hubiera sido el presidente de la República, sino el país entero, desde luego la población, pero también los empresarios, muchos de los cuales, lamentablemente regatearon su apoyo al llamado del presidente de asistir a un encuentro de unidad en Ciudad Juárez a unos pasos de Estados Unidos.

Efectivamente, como afirmó el presidente nacional de la Canacintra, José Enoch Castellanos Férez, con un mitin no se iba a resolver el problema de los aranceles. De eso estábamos claros todos, pero era necesario estar unidos en torno al presidente de todos los mexicanos.

Por fortuna, hubo muchos otros que se sumaron como el dirigente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos que celebró la victoria la que calificó de “importante” y pidió “tomar las providencias para que, si en el futuro hay una amenaza similar, estemos preparados para enfrentarla".

Es entendible la frustración que puedan tener muchos por lo que se pudo ceder, por ejemplo, lo del Tercer País Seguro o la presencia de militares mexicanos en nuestra frontera sur para contener el ingreso de centroamericanos.

En la balanza, sin embargo, hay que poner otros temas que deben sopesarse en su justa dimensión. El costo, efectivamente fue alto, pero ¿qué tal el riesgo? ¿Qué hubiera significado, si en sus locuras Trump hubiera llegado a la aplicación de los aranceles porque él necesitaba alimentar a su base electoral, luego de que no ha cumplido por completo con su promesa de construir el muro a todo lo largo de la frontera?

Hay que entender la decisión del porqué Andrés Manuel López Obrador decidió no llevar el conflicto a un escenario de mayor confrontación, de no enseñarles la lengua, y no ponerse con los gringos a las patadas; porque él sabe lo que significa aquello de estar “tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.

Bien como ha señalado el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, la noticia para el país es buena, porque “se recupera la estabilidad económica, se recobra la confianza y se genera la posibilidad de mayores inversiones extranjeras”.

Esto, de alguna manera, representa lo que hemos recuperado, lo que ganamos al final de cuentas, porque de lo contrario, ¿cuál sería el reclamo de nuestros compatriotas, de los empresarios, de los partidos políticos, si el equipo negociador se hubiera cerrado a llegar a acuerdos? No me lo quiero imaginar.

Consideran muchos que Trump solo amenaza, que no llega al final de sus chantajes; era posible, pero, insisto, ¿qué hubiera pasado si no hubiéramos llegado a los acuerdos que de manera excelente negociaron el canciller Marcelo Ebrard y los titulares de Economía, Graciela Márquez y de la SAGARPA, Víctor Villalobos, además de la embajadora en Washington, Martha Bárcena?

El acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con el pueblo de los Estados Unidos fue, a pesar de que se le quiso descalificar, un evento relevante por su significado que si bien tuvo que ver como una muestra de unidad frente a las acciones del gobierno estadunidense, representa también un acto que llama a todos los mexicanos a sumarnos en favor de país y a rechazar a quienes se han dedicado a descalificar, desde adentro, al nuevo gobierno por haber osado a tocar sus intereses corruptos.

En Tijuana, el presidente López Obrador reconoció que en las negociaciones hubo voluntad de la otra parte y por ello extendió a Trump su mano amiga y no su puño, pero afirmó que es injusto que se castigue a México por extender también su mano a quienes viven en la miseria, a los migrantes, pues recordó que el fenómeno migratorio no surge de la nada, emerge, afirmó, de las carencias, de la falta de empleo, por lo que llamó a EU cumplir los compromisos signados de atacar las causas de la migración y se den las soluciones desde donde son originarios.

Por lo pronto, como lo marca claramente la Constitución de la República, en el Senado nos corresponde aprobar o rechazar los tratados que firme nuestro país, y como ha señalado el Senador Monreal y el propio mandatario mexicano, vamos a continuar con el proceso legislativo de rarificación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que deberá ocurrir entre el 18 y 19 de junio.

A pesar de rodo, se impuso la política sobre a confrontación, y esto no hay que perderlo de vista, pero sobre todo entender su significado.

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