/ lunes 20 de enero de 2020

Entendiendo la vida

Lo que entendemos por vida depende de la perspectiva desde la cual reflexionemos. Para la filosofía y la religión la vida se concibe desde la individualidad de la persona y busca dotarla de sentido, en el primer caso con base en el razonamiento y en el segundo en la creencia. Por otro lado, para la ciencia la vida se concibe como un fenómeno natural y por lo tanto no es la persona el sujeto desde la cual emanan su definición, alcances y consecuencias.

Es más, para la ciencia la definición de vida no es terminal sino que está sujeta a revisión permanente, como todos los conceptos científicos. Actualmente, existen diferentes perspectivas entre los científicos. Por ejemplo, para los químicos la vida es el único estado natural en el que se rompe el equilibrio de las leyes de la termodinámica a las cuales está sujeto el resto del universo. Para los biólogos, la vida está definida por la ocurrencia espontánea de siete procesos: movimiento, respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción, excreción y nutrición.

Las diferentes definiciones no solo no son contradictorias sino complementarias y es a partir de esta diversidad que se deben abordar temas de frontera como el estudio de los virus, los cuales son partículas que cumplen con algunas de las definiciones de vida pero solo por momentos perteneciendo al mundo mineral el resto del tiempo, o la búsqueda de vida en otros planetas. Más cercano a nosotros pero no por eso menos importante, se encuentra la discusión de a partir de qué momento durante la gestación un grupo de células se convierte en un individuo.

Por si no fuera suficientemente excepcional, la vida posee una característica adicional: evoluciona. No importa cuántos millones de años pasen, una roca seguirá siendo una roca pero para los seres vivos la evolución es el proceso mediante el cual un linaje de organismos se vuelve más apto para la supervivencia con respecto a sus competidores y por lo tanto, cambia con el tiempo. Entre las características de los organismos más evolucionados se encuentra la complejidad. Para poner en contexto, si discutiéramos qué es más complejo y por lo tanto más evolucionado si un insecto, una planta o un animal tendríamos argumentos para rato pero donde no hay ninguna duda es que son más complejos cualquiera de estos organismos que una bacteria.

Las bacterias son aquellos organismos unicelulares microscópicos que realizan procesos tan diferentes como la fermentación de la lecha para dar yoghurt, la descomposición de la celulosa dentro del rumen de las vacas, la oxidación de los metales, la fotosíntesis en los mares o la ocurrencia de enfermedades como la tuberculosis o la lepra. Las bacterias son menos complejas por su simplicidad a nivel celular así como por su incapacidad para diferenciarse y formar tejidos y órganos especializados. Sin embargo, no existe ninguna duda de que todos los organismos terrestres incluidos los humanos provenimos, mediante rutas ciertamente intrincadas, de las bacterias.

La semana pasada se dió un avance importante para entender el proceso mediante el cual una bacteria del grupo de la arqueas se transformó en el primer organismo del grupo de los eucariotes al cual pertenecemos los humanos. Se trata de Prometheoarchaeum syntrophicum, un organismo cuyo hábitat natural se encuentra a 2,500 metros de profundidad en el mar de Japón y cuyo aislamiento tomó casi seis años de trabajo ininterrumpido de un extenso grupo de investigadores dirigidos por los Doctores Imachi y Nobu.

Esta bacteria es excepcional en el sentido que se es la más cercana a los eucariotes en su fisiología y forma siendo ramificada a pesar de ser una sola célula. Gracias a estos filamentos es que se propone que en algún momento, hace dos mil millones de años, un ancestro de esta bacteria engulló a otra bacteria formando la primera célula pre-eucariote. Lo que pasó a partir de allí hasta la aparición del Homo sapiens hace cien mil años es consecuencia de la evolución. Aunque no conocemos el proceso y los conceptos pueden cambiar en cualquier momento que haya nueva evidencia por lo pronto se suma a nuestro entendimiento de la vida y con eso estamos satisfechos.


Información adicional de éste y otros temas de interés: http://reivindicandoapluton.blogspot.mx

Lo que entendemos por vida depende de la perspectiva desde la cual reflexionemos. Para la filosofía y la religión la vida se concibe desde la individualidad de la persona y busca dotarla de sentido, en el primer caso con base en el razonamiento y en el segundo en la creencia. Por otro lado, para la ciencia la vida se concibe como un fenómeno natural y por lo tanto no es la persona el sujeto desde la cual emanan su definición, alcances y consecuencias.

Es más, para la ciencia la definición de vida no es terminal sino que está sujeta a revisión permanente, como todos los conceptos científicos. Actualmente, existen diferentes perspectivas entre los científicos. Por ejemplo, para los químicos la vida es el único estado natural en el que se rompe el equilibrio de las leyes de la termodinámica a las cuales está sujeto el resto del universo. Para los biólogos, la vida está definida por la ocurrencia espontánea de siete procesos: movimiento, respiración, sensibilidad, crecimiento, reproducción, excreción y nutrición.

Las diferentes definiciones no solo no son contradictorias sino complementarias y es a partir de esta diversidad que se deben abordar temas de frontera como el estudio de los virus, los cuales son partículas que cumplen con algunas de las definiciones de vida pero solo por momentos perteneciendo al mundo mineral el resto del tiempo, o la búsqueda de vida en otros planetas. Más cercano a nosotros pero no por eso menos importante, se encuentra la discusión de a partir de qué momento durante la gestación un grupo de células se convierte en un individuo.

Por si no fuera suficientemente excepcional, la vida posee una característica adicional: evoluciona. No importa cuántos millones de años pasen, una roca seguirá siendo una roca pero para los seres vivos la evolución es el proceso mediante el cual un linaje de organismos se vuelve más apto para la supervivencia con respecto a sus competidores y por lo tanto, cambia con el tiempo. Entre las características de los organismos más evolucionados se encuentra la complejidad. Para poner en contexto, si discutiéramos qué es más complejo y por lo tanto más evolucionado si un insecto, una planta o un animal tendríamos argumentos para rato pero donde no hay ninguna duda es que son más complejos cualquiera de estos organismos que una bacteria.

Las bacterias son aquellos organismos unicelulares microscópicos que realizan procesos tan diferentes como la fermentación de la lecha para dar yoghurt, la descomposición de la celulosa dentro del rumen de las vacas, la oxidación de los metales, la fotosíntesis en los mares o la ocurrencia de enfermedades como la tuberculosis o la lepra. Las bacterias son menos complejas por su simplicidad a nivel celular así como por su incapacidad para diferenciarse y formar tejidos y órganos especializados. Sin embargo, no existe ninguna duda de que todos los organismos terrestres incluidos los humanos provenimos, mediante rutas ciertamente intrincadas, de las bacterias.

La semana pasada se dió un avance importante para entender el proceso mediante el cual una bacteria del grupo de la arqueas se transformó en el primer organismo del grupo de los eucariotes al cual pertenecemos los humanos. Se trata de Prometheoarchaeum syntrophicum, un organismo cuyo hábitat natural se encuentra a 2,500 metros de profundidad en el mar de Japón y cuyo aislamiento tomó casi seis años de trabajo ininterrumpido de un extenso grupo de investigadores dirigidos por los Doctores Imachi y Nobu.

Esta bacteria es excepcional en el sentido que se es la más cercana a los eucariotes en su fisiología y forma siendo ramificada a pesar de ser una sola célula. Gracias a estos filamentos es que se propone que en algún momento, hace dos mil millones de años, un ancestro de esta bacteria engulló a otra bacteria formando la primera célula pre-eucariote. Lo que pasó a partir de allí hasta la aparición del Homo sapiens hace cien mil años es consecuencia de la evolución. Aunque no conocemos el proceso y los conceptos pueden cambiar en cualquier momento que haya nueva evidencia por lo pronto se suma a nuestro entendimiento de la vida y con eso estamos satisfechos.


Información adicional de éste y otros temas de interés: http://reivindicandoapluton.blogspot.mx