Por Víctor García Moreno
En un mundo cada vez más competitivo, las habilidades de liderazgo son más importantes que nunca, siendo los líderes quienes tienen la capacidad de adaptarse a los cambios, tomar decisiones difíciles e inspirar a otros para seguir adelante. Además, desarrollar habilidades de liderazgo nos permite convertirnos en personas más seguras y capaces de alcanzar grandes metas tanto en la vida personal como profesional.
Considero que nadie debería prescindir de la educación, ya que logra grandes cambios como lo es en la sociedad o la economía, así como en la vida diaria y, si se pretende llegar a un objetivo como lo es formar líderes escolares, debemos tomar en cuenta la complejidad del sistema, así como los diferentes individuos y grupos implicados en la educación que influyen en la formación de líderes, también debemos tomar en cuenta las relaciones interactivas y colaborativas entre ellos.
Adicionalmente, los líderes escolares necesitan ser capaces de desarrollar relaciones influyentes para “liderar” proactivamente. Más allá aún, necesitan estar familiarizados con las potencialidades con las que puedan encontrarse, y como esos obstáculos pueden convertirse en desafíos que pueden ser superados. Los líderes escolares tienen que estar calificados para intervenir apropiadamente cuando situaciones como esas ocurran. El liderazgo escolar debe dar forma a la escuela de una forma en que los líderes que trabajan en ella puedan ser más efectivos al apoyar a sus estudiantes a alcanzar mejores resultados de aprendizaje. Por lo tanto, el líder escolar se convierte en un facilitar del cambio y en alguien que apoya de manera efectiva a los profesores en su trabajo con los estudiantes. Esto requiere reflexionar sobre el rol, la función y los objetivos de la escuela, y consecuentemente, en el rol, la función y los objetivos de una apropiada dirección y liderazgo.
Sin embargo, ser un líder implica salir de su zona segura y enfrentar la incomodidad que conlleva el crecimiento y la innovación, situaciones que nos permiten evolucionar hacia un liderazgo transformador y donde la resiliencia juega un rol importante para la solución de problemáticas que desafían lo establecido. También, ser un líder implica tener claridad en los valores, metas y prioridades personales, lo que permite tomar decisiones coherentes y alineadas con nuestros principios. Asumir la responsabilidad de nuestras propias acciones y resultados. El liderazgo cumple un rol importante no solo a nivel profesional, sino también a nivel social y por supuesto en el ámbito educativo.
Para la UNESCO un “buen liderazgo escolar consiste en transformar los sentimientos, actitudes y opiniones, así como las prácticas, con objeto de mejorar la cultura de la escuela.” Se considera de fundamental importancia que todo profesor y director sea consciente de que el liderazgo tiene un enorme potencial, de repercutir positivamente, en el rendimiento del sistema educativo, ya que ellos son actores claves en hacer que dicho potencial sea aprovechado. Que el liderazgo pedagógico y el liderazgo docente se realicen y establezcan en la práctica educativa depende, en gran medida, de decisiones políticas mediante las cuales los diversos actores del sistema educativo sean debidamente capacitados.
Pero que profesores y directores sean conscientes de su potencial de influencia y su rol central en el cambio educativo, y de las maneras en las que pueden satisfacer las demandas que estos traen consigo, es ya una condición importante y punto de partida para el mismo. Para renovar prácticas educativas tradicionales y contribuir al desarrollo de la escuela. Ante el nuevo panorama educativo y las demandas sociales y educativas es indispensable la mejora de la escuela, replantearse los modelos de gestión y liderazgo tradicionales y apostar por un enfoque centrado en lo pedagógico, en el liderazgo distribuido y en el desarrollo docente, esto con el fin de que el camino del liderazgo institucional y docente sea más efectivo para lograr mejoras sostenidas en la calidad de enseñanza, en la gestión de las escuelas y, con ello, en el aprendizaje de los estudiantes y el sistema educativo en general.
Considero el liderazgo docente debería ser una manera de actuar intencionada, que busca relacionarse con los alumnos para guiarlos hacia su plenitud personal. Aunque la influencia entre maestro y estudiante es recíproca, en el aula es el maestro quien asume el papel de líder, estableciendo con sus pupilos una relación asimétrica que puede verse como una alianza educativa para el aprendizaje. La relación entre el maestro o la maestra y el alumno o la alumna es crucial para el bienestar emocional, la motivación y el éxito académico de los estudiantes. Además, está directamente relacionado con la satisfacción laboral y el crecimiento profesional de los docentes.
En el liderazgo docente se tendría que hacer un abordaje teórico-conceptual del liderazgo pedagógico y del liderazgo docente, refiriendo los marcos en los que pueden desarrollarse y su papel en la mejora de la escuela. Se concluye que el profesorado, su potencial de liderazgo y el liderazgo pedagógico conforman una nueva noción integral de escuela que tiene como máxima servir al alumno y su aprendizaje, al desarrollo humano y al desarrollo profesional. Para la transformación de la educación y el desarrollo de la escuela es esencial que profesores y directores sean debidamente capacitados y empoderados, y que tomen conciencia de su rol protagónico en dichos procesos.
El liderazgo educativo ejerce una influencia importante en el mejoramiento y cambio escolar, puesto que permite concretar la capacidad potencial de los establecimientos escolares, incidiendo en ámbitos como la motivación, habilidades, prácticas, condiciones de trabajo e impactando indirectamente en los aprendizajes del estudiantado. Aunque el liderazgo educativo es ejercido formalmente por los equipos directivos, también puede ser distribuido a otros miembros de la comunidad educativa.
Construir una nueva concepción de escuela es fomentar su desarrollo como organización que aprende e innova con sus propios recursos y es dirigida de manera democrática y participativa, en este sentido de un cambio de paradigma en relación con lo que hoy se entiende por desarrollo escolar, que resulta del paso de una perspectiva de planeamiento escolar centralista al descubrimiento de la escuela como unidad de diseño y creación. En cada institución educativa se convierte en el motor principal del desarrollo y en la instancia en la que se determina el éxito o fracaso del sistema educativo. En el ejercicio del liderazgo pedagógico se ponen de manifiesto los nuevos paradigmas de educación y escuela. Encontramos en él un perfil de liderazgo más rico, un genuino liderazgo para el aprendizaje, que a través del liderazgo docente y de comunidades profesionales de aprendizaje se extiende y distribuye más allá de la dirección pueden desarrollarse y su papel en la mejora de la escuela y del sistema educativo.
Es indudable que los Directores, los Docentes (lideres) en fin los representantes de la comunidad educativa realicen gestiones para ofrecer una mejor educación, los docentes están preparados como profesional para impartir la educación de la mejor manera pero habría que ver, si las instituciones cuentan con infraestructura adecuada, lugar de esparcimiento, recursos didácticos, equipos informáticos, muebles, ingresos para pagar gastos de mantenimiento y otros que ayuden al aprendizaje de los estudiantes, es importante destacar que “la institución educativa genera el conocimiento que la sociedad en conjunto requiere para su desarrollo armónico y evolutivo.
Mejorar para lograr calidad y equidad en educación, dos palabras muy utilizadas en el ámbito educativo, existen muchas definiciones. Se considera que ambos son dos caras de la misma moneda y que la equidad es una condición necesaria de la calidad.
VICTOR GARCÍA MORENO es Doctor en Planeación, Evaluación y Gestión Educativa por el Centro Universitario Humanista en Educación. Se ha desempeñado como Docente de Primaria y Secundaria. Actualmente es Coordinador Académico y Representante Legal del Centro Universitario Humanista en Educación (CUHE).