Por: María Fernanda Solano Diaz
Imagina vivir en una realidad donde cada una de tus acciones, compras, ideales; se vigilen, se registren y con estos datos se cree un perfil complejo y detallado de ti, que a su vez se evalué con un puntaje relativo a tus acciones generándote castigos o beneficios, como si se tratase de un videojuego, como una película de ficción o como la lista negra de Santa Claus… Esto resulta ser una realidad para la población china, pues si bien el acceso a una infinidad de tecnología y datos genera una gran comodidad... ¿es realmente justo y beneficioso este sistema?
¿QUÉ ES?
Podemos descifrar el crédito social chino como un sistema de control digital desarrollado por el gobierno de la República Popular China, que, a través de un estricto monitoreo; controla, registra y con ello puntualiza el actuar de las personas, organizaciones y empresas dentro del país. De este modo, el gobierno es capaz de clasificar la reputación de cada individuo.
¿CÓMO NACE?
Este proyecto surge en 1980 tras el intento de desarrollo de un sistema de calificación crediticia bancaria y personal para un grupo de personas rurales, el cual buscaba mejor la confianza y la responsabilidad de los ciudadanos, y que, al pasar del tiempo, este proyecto fue cambiando poco a poco de objetivo.
En 2009 se iniciaron pruebas regionales y para el 2011 el proyecto fue entonces presentado en una de las reuniones del consejo de estado por el primer ministro chino Wen Jiabao. Fue entonces que en el 2014 se realizó una prueba piloto nacional para cerca de ocho empresas de calificación crediticia conocida como “Proyecto de planificación para el desarrollo de un sistema de crédito social (2014-2020)”. Para 2020 el sistema se estableció de manera ininterrumpida y desde entonces el gobierno ha invertido importantes recursos para la planeación, el desarrollo y la implementación de este sistema. Asimismo, el gobierno ha establecido una variedad de asociaciones con empresas privadas para la recopilación de datos y para el desarrollo de la tecnología necesaria para la ejecución de este proyecto.
Aunque el sistema siga establecido como prueba y existan solo cerca de 70 pruebas piloto en principales ciudades y en zonas pobladas, estas pruebas se han implementado principalmente en industrias de finanza, transporte, medicas, etc, y se encuentra en análisis la implementación de este para zonas rurales.
OBJETIVOS
Este sistema está dirigido a cuatro pilares diferentes de la sociedad: para ciudadanos, empresas y organizaciones, funcionarios del gobierno y para el poder judicial. El gobierno tiene como principal objetivo crear una sociedad de confianza y honestidad. Gracias a este régimen, se logra registrar el comportamiento de cada individuo a nivel social, moral y político.
El gobierno busca vigilar los potenciales riesgos de desestabilidad social, es decir, prevenir y eliminar el comportamiento negativo del entorno, como es el evitar escándalos alimentarios, combatir con la corrupción, aumentar la seguridad, entre otros. En cuanto lo económico, el gobierno busca cubrir las actividades económicas y empresariales, buscando regular el mercado. A su vez, este busca la evaluación de solvencia de millones de personas que no cuentan con algun sistema bancario.
¿CÓMO FUNCIONA?
El gobierno a través de tecnología y bases de datos (recopilada mediante una gran variedad de fuentes como videovigilancias, reconocimiento facial, redes sociales, agencias gubernamentales, etc.) a cada individuo u organización juzga y asigna un puntaje de acuerdo con los comportamientos registrados y este mismo representa el crédito social, creando asi una especie de calificación.
El gobierno crea listas negras con la designación oficial de “lista de entidades de escasa confianza” para aquellos individuos u organizaciones que han violado leyes, normas, o hayan dejado rastro de una mala conducta, y es que no solo se trata de estar “anotado” de estas listas, sino que tambien son expuestos en pantallas de centros comerciales, paradas de autobuses o en camiones, revelando así información y afectando a organizaciones, individuos y hasta a familiares. Estas bases de datos son de acceso público en el país, y según informes, actualmente son más de 20 millones de individuos que forman parte de esta lista negra, dando como resultado que varios sujetos tengan que recurrir a pedir disculpas públicas a través de redes sociales. El tiempo dentro de estas listas puede ser de 5 años hasta un mínimo de 6 meses.
En cambio, el gobierno crea listas rojas para aquellos que actúen de manera destacada y ejemplar, dejando compensaciones como
descuentos en el transporte público, admisión en hospitales o en consultas médicas sin fianza, acceso gratuito a parques, incluso hasta privilegios a la hora de solicitar un visado para viajar al extranjero. "La idea es que, si acumulas puntos, puedes utilizarlos para beneficiarte de accesos privilegiados a determinados servicios públicos", explica el profesor de Derecho de la universidad de Tsinghua, Xin Dai.
DESVENTAJAS
Muchos críticos del sistema aseguran que este proyecto viola ciertos derechos legales como son el derecho a la privacidad; ya que se calcula que hay una cámara por cada dos habitantes, (20 ciudades con mayor número de cámaras en el mundo, 18 son chinas.) y tambien el derecho a la reputación. (la mala reputación de los individuos les deja como castigos: la prohibición de viajar, la exclusión a cierto tipo de lugares, el rechazo a trabajos u créditos, en etc.)
Y BIEN, ¿QUÉ OPINA LA POBLACIÓN?
Existe una cierta aceptación por la población china, ya que, de algun modo les genera mayor comodidad ante las nuevas tecnologías y aseguran no incomodarse con esta amplia y contaste recopilación de datos, y es que tambien la escasa oposición a este régimen, podría deberse al temor de las posibles sanciones que esto pueda generarles.
Entender los usos y funciones de esta estrategia resulta beneficioso para aquellos que interactúan con el entorno chino, como son los inversores extranjeros, los cuales, con un adecuado y actualizado conocimiento de este sistema, les permitiría tener una mejor ventaja competitiva y un cumplimiento adecuado de las normas.
María Fernanda Solano Diaz es alumna de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás.