Con gran expectativa se espera el tradicional desfile cívico-militar este próximo sábado 30 de septiembre, para conmemorar el (258) natalicio de José María Morelos y Pavón. Pues debido a la pandemia acontecida en diciembre de 2020, a partir de septiembre de 2021 no se efectuó para cumplir con las medidas de prevención y sanidad.
Cuautla, al ser uno de los bastiones más importantes de la guerra de independencia, ha venido celebrando desde hace varias décadas mediante el despliegue de contingentes cuyos participantes se ven nutridos por la academia, el aparato gubernamental (Sedena, Semar, Gobierno del Estado) y algunos conjuntos de charrería.
En esta ocasión, toca turno al gobierno morenista de Rodrigo Arredondo, el cual ha sido duramente señalado por la ciudadanía.
Su nula estrategia para atacar los temas de seguridad ha sido la piedra que trae en el zapato. Todos los días hay incidentes en las principales calles de la ciudad. Y todos los días hay balaceras y muertes. Los ciudadanos cuautlenses están ahogados en corrupción y sangre.
Como nunca, el municipio ha sido golpeado por la delincuencia organizada. Los ciudadanos son rehenes de la grave incompetencia de sus gobernantes. Y así en medio de este desastre, el gobierno simula que todo está muy bien.
Total, la verbena continua. Y que se salven por sí solos aquellos pobres indefensos de la violencia cotidiana.
Desde luego que el gran José María Morelos, merece esta gran gala. Empero, seguramente estaría decepcionado al ver cuánta hipocresía existe entre los códigos actuales de ética. Esa palabra que ni conocen muchos de los políticos que nos representan.
Sin duda, lo único destacable es la colaboración de los jóvenes estudiantes de diversas escuelas, que intervienen de una forma auténtica. Es a ellos, a quienes debemos inculcar los valores y amor a nuestros héroes y símbolos patrios.
Pero, repito. Cuánta falsedad hay en el escenario político. Acaba de cumplirse otro año más de desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Y ahora se acerca, este próximo 2 de octubre, el recordatorio de la matanza de un sinnúmero de estudiantes mexicanos. Y caigo en la cuenta de que casi siempre, los mandatarios utilizan a las Fuerzas Armadas para terminar con “los trabajos difíciles”, con la “ropa sucia” que “lavan” los militares.
Ahí van marchando miembros del ejército, participando en este tipo de eventos. Y mientras van al paso, muchos aplaudimos. Olvidando que muchos de ellos, ahí van con las manos manchadas de sangre. Y así con decoro se atreven a marchar para recordar a nuestros verdaderos héroes, ¡en fin la hipocresía!.
