El día de ayer se conmemoró el Día del estudiante en México, una fecha con gran simbolismo en nuestra historia, digno de recordarlo para las nuevas generaciones, por ello; me permito hacer una reflexión que considero pertinente en nuestros tiempos.
A 95 años de aquel movimiento estudiantil de 1929 ante el presidente Portes Gil, a quién lo presionaron lo universitarios a través de la Confederación Estudiantil Mexicana, para reconoce la autonomía de la Universidad, después de la represión a estudiantes en la Escuela de Derecho, el presidente Gil, mediante la publicación de la Ley Orgánica de la Universidad en ese año, se le otorgó la autonomía y se reconocido al 23 de mayo como el Dia del Estudiante.
En julio del 1929, se designa al abogado Ignacio García Téllez, quien es el primer rector que surgió electo por el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma, donde en su primer mensaje al Consejo Universitario, señala (texto palabras García Téllez, julio, 1929):
“Toca, en consecuencia, a los miembros honorables de este Consejo que hoy se instala y a las Academias que lo asesoran, revisar los planes de estudios, haciendo que el alumno no se indigeste de enciclopedismo teórico, sino que complete su enseñanza con el conocimiento exacto de nuestro ambiente, con el contacto frecuente con los problemas que el campesino, el obrero, el industrial o el comerciante plantean constantemente dentro de nuestro medio, haciendo de cada estudiante un hombre útil para la sociedad, no un burócrata mendicante que, congestionando su espirito con ideas extranjeras, sólo inculca principios irrealizables, predica falsas utopías y presta servicios a quienes en la defensa de sus intereses crearlos fomentan la Lucha de clases, mantienen sin perfeccionar la técnica industrial y desean la prosperidad del monopolio capitalista sobre la explotación del esfuerzo humano”.
Por ello, las nuevas generaciones de estudiantes universitarios deben conocer el significado del Dia del Estudiantes, una lucha por la autonomía universitaria, sello máximo de las universidades estatales de educación superior en México, donde a través de las organizaciones estudiantiles deben velar por ser la Universidad, un ente que no calla y que al contrario busca enarbolar las necesidades sociales del pueblo.
Con base en el respeto irrestricto a los derechos humanos fundamentales de cada individuo, en este caso de nuestros estudiantes. La autonomía universitaria va más allá de delimitar el acceso a las fuerzas policiales, el verdadero sentido de lucha de los estudiantes trascendido al obtener un espacio de reflexión, del libre debate de ideas, de la libre cátedra, así como del autogobierno universitario.
Deberán seguir siendo los estudiantes universitarios agentes de cambio, hoy más que nunca, la revolución de las ideas, se debe gestar en las juventudes.
Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!
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