El INE otorgó “súper” mayoría calificada a Morena y aliados. En una larga sesión, el viernes 23 de agosto, siete de los once consejeros del máximo órgano electoral decidieron que los partidos oficialistas tendrán 364 diputados, es decir, el 73% de la cámara de diputados con tan solo el 55% de los votos obtenidos en las urnas; esta decisión otorga una sobrada mayoría calificada al oficialismo para hacer y deshacer la Constitución a su antojo. Un robo a la voluntad ciudadana.
Evidentemente para estos siete consejeros no son relevantes las consecuencias políticas, sociales y económicas de su decisión. Esta mayoría calificada fraudulenta abre la puerta a reformas constitucionales, como la del Poder Judicial, que serán no solo un retroceso, sino el inicio de un régimen autoritario concentrador del poder que podría desembocar en una dictadura.
Reformas que van a limitar y acotar derechos, que van a destruir al Poder Judicial; reformas que eliminan contrapesos haciendo del ejercicio público un manejo discrecional; entre mayor discrecionalidad mayor corrupción. Por eso quieren desaparecer al INAI y a otras seis instituciones autónomas; la transparencia no se lleva con los gobiernos autoritarios.
Los embajadores de México y Canadá, los principales socios comerciales de México, expresaron su desacuerdo y preocupación con la reforma judicial, también lo hicieron los principales empresarios agrupados en el CCE. El presidente y la futura presidenta rechazaron estas opiniones y acusaron de intervencionistas a los embajadores, de oportunistas y conservadores a los empresarios. Reaccionan igual que Maduro o cualquier otro vulgar dictador: descalificando y acusando.
Los grandes inversionistas no es que defiendan a la democracia en sí, lo que exigen es confianza, esa misma confianza que México ha perdido y está perdiendo a pasos agigantados.
Hay que reconocer el valor de las y los cuatro consejeros que votaron en contra, en especial a la consejera Claudia Zavala que presentó una propuesta basada en el sentido del voto de la ciudadanía. En dicha propuesta la coalición oficialista, atendiendo el sentido del voto de la ciudadanía por partido, llega a la cifra de 317 diputados, algo muy cercano al porcentaje de votos expresados en las urnas.
Ahora la decisión pasa al TRIBUNAL ELECTORAL del Poder Judicial en donde cinco magistrados decidirán el futuro de la democracia en México.
Quiero pensar que como los cuatro consejeros del INE que privilegiaron la voluntad de la gente expresada el dos de junio en las urnas, los magistrados o una mayoría de ellos, harán lo mismo.
Sin embargo, Morena está tratando de influir de la manera más obscena en la voluntad de los magistrados electorales ofreciéndoles que la reforma judicial no los va a afectar hasta el 2027, pudiendo después ocupar un lugar como Ministros de la Suprema Corte. Ese es el nivel de obscenidad de la 4T.
Habrá que recordar a los magistrados del Tribunal Electoral del PJF que la democracia se nutre de votos, que los votos representan la voluntad ciudadana y esto es precisamente lo que deben de tutelar como bien mayor.
Morena y aliados no tuvieron en las urnas el 73% de los votos, obtuvieron solo el 55%; el otro 45% que no votó por el oficialismo lo quieren reducir al 27%. Eso se llama FRAUDE.
Los votos cuentan igual para Morena y aliados que para los otros partidos, si pretenden darles un peso mayor estarían cometiendo un tremendo fraude a la ciudadanía y la destrucción de la democracia mexicana.
Los magistrados se juegan todo en esta decisión, la posibilidad de dar continuidad a la incipiente democracia en México, o enterrarla para dar paso a un régimen autoritario.
La democracia agoniza, el desenlace será antes de que termine este mes, ojalá que resistan, que dejen a un lado intereses personales, que resistan a las obscenas propuestas del gobierno y a posibles amenazas.
Son días de mucha incertidumbre, de desafíos y de decisiones que marcarán el rumbo de México; ojalá que el Tribunal Electoral esté a la altura.
PD: En el Senado Morena y aliados no alcanzan mayoría calificada. Seguramente recurrirán a las propuestas obscenas para tratar de convencer a tres senadores y obtener lo que pretenden.