/ jueves 15 de septiembre de 2022

Herencia maldita

El gobierno del presidente López Obrador está entrando a su etapa final, al último tercio.Históricamente el más complicado, cuando los errores se acumulan y pasan factura. El sexenio de la 4T no es la excepción, todo lo contrario, se espera una crisis económica de fin de sexenio y sobre todo una crisis en materia de seguridad nunca antes vivida.

Escuchaba con atención una interesantísima plática de Guillermo Valdés (ex director del CISEN 2007-2011), sobre la herencia maldita que en materia de seguridad nos dejará la 4T y sobre eso hice la siguiente reflexión:

La gran tragedia nacional es el debilitamiento del Estado mexicano. Esto ha propiciado el empoderamiento del crimen organizado (CO) a niveles muy preocupantes, al grado de tener territorios, pueblos y ciudades bajo el control del CO. Acabamos de ver hace unos días en Arcelia estado de Guerrero, a un grupo de personas impidiendo que un grupo de soldados del ejército instalaran una base de operaciones; literalmente los corren del lugar de manera muy humillante; o la balacera en Orizaba Veracruz que aterrorizó a la población por horas; por mencionar dos hechos de tan solo esta semana.El gobierno que venga en el 2024 tendrá que empezar a revertir la terrible ecuación si quiere que México siga siendo un estado viable. Fortalecer al Estado como única estrategia para debilitar a la delincuencia organizada.

El próximo gobierno, sea quien sea, del color que sea, recibirá un país devastado por el CO y una herencia que según nos dice Valdés, se concentra en cinco puntos:

1.-Crecimiento anual de la violencia a niveles nunca antes vistos, casi 100asesinatos al día, además de un incremento muy significativo de casos de personas desaparecidas.

2.-Empoderamiento económico de los grupos delincuenciales; extraen, expolian el patrimonio de la sociedad mediante cobro de piso, extorsiones, asaltos en transporte. Control de sectores productivos, campo, pesca, forestal, etcétera.

3.-Participación creciente del CO en política: apoyando y financiando candidatos, poniendo funcionarios municipales y estatales, participando activamente en las elecciones, inclinando la balanza.

4.-Instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia muy debilitadas.

5.-Militarización de la seguridad pública.

Es muy claro que los grupos delincuenciales tienen un gran olfato político y reaccionan de acuerdo a las circunstancias. Si la política y el discurso oficial plantea abrazos y no balazos y desde la mañanera se afirma que el gobierno debe de cuidar a los delincuentes porque también son seres humanos, entonces no nos extrañemos que los grupos poderosos de delincuentes interpreten esto como debilidad del estado, ganen terreno y se apoderen de las funciones que el mismo estado debería de cumplir.

Cuando desde el poder se pretende debilitar al INE y a las instituciones democráticas, el crimen organizado lo interpreta y reacciona imponiendo candidatos y participando en las elecciones. Esto debilita a la democracia y se va imponiendo la ley del terror.

La organización Causa en Común publicó un estudio que comprende de enero a agosto de este año, en donde se han registrado, en medios de comunicación, 4134 eventos de extrema violencia o atrocidades: asesinatos con crueldad extrema, feminicidios, desapariciones, violaciones, descuartizados y embolsados, linchamientos y otros hechos de la galería del horror.

Morelos ocupa el cuarto lugar nacional con 254 casos de atrocidades, después de BajaCalifornia, Guanajuato y Michoacán. No es casual que el gobernador de Morelos es el peor evaluado del país.

Esta es la realidad nacional que todos los días se minimiza en las mañaneras, la herencia maldita que la llamada 4T dejará en el 2024.

La debilidad del estado es la fortaleza del crimen organizado.

El gobierno del presidente López Obrador está entrando a su etapa final, al último tercio.Históricamente el más complicado, cuando los errores se acumulan y pasan factura. El sexenio de la 4T no es la excepción, todo lo contrario, se espera una crisis económica de fin de sexenio y sobre todo una crisis en materia de seguridad nunca antes vivida.

Escuchaba con atención una interesantísima plática de Guillermo Valdés (ex director del CISEN 2007-2011), sobre la herencia maldita que en materia de seguridad nos dejará la 4T y sobre eso hice la siguiente reflexión:

La gran tragedia nacional es el debilitamiento del Estado mexicano. Esto ha propiciado el empoderamiento del crimen organizado (CO) a niveles muy preocupantes, al grado de tener territorios, pueblos y ciudades bajo el control del CO. Acabamos de ver hace unos días en Arcelia estado de Guerrero, a un grupo de personas impidiendo que un grupo de soldados del ejército instalaran una base de operaciones; literalmente los corren del lugar de manera muy humillante; o la balacera en Orizaba Veracruz que aterrorizó a la población por horas; por mencionar dos hechos de tan solo esta semana.El gobierno que venga en el 2024 tendrá que empezar a revertir la terrible ecuación si quiere que México siga siendo un estado viable. Fortalecer al Estado como única estrategia para debilitar a la delincuencia organizada.

El próximo gobierno, sea quien sea, del color que sea, recibirá un país devastado por el CO y una herencia que según nos dice Valdés, se concentra en cinco puntos:

1.-Crecimiento anual de la violencia a niveles nunca antes vistos, casi 100asesinatos al día, además de un incremento muy significativo de casos de personas desaparecidas.

2.-Empoderamiento económico de los grupos delincuenciales; extraen, expolian el patrimonio de la sociedad mediante cobro de piso, extorsiones, asaltos en transporte. Control de sectores productivos, campo, pesca, forestal, etcétera.

3.-Participación creciente del CO en política: apoyando y financiando candidatos, poniendo funcionarios municipales y estatales, participando activamente en las elecciones, inclinando la balanza.

4.-Instituciones de seguridad pública y de procuración de justicia muy debilitadas.

5.-Militarización de la seguridad pública.

Es muy claro que los grupos delincuenciales tienen un gran olfato político y reaccionan de acuerdo a las circunstancias. Si la política y el discurso oficial plantea abrazos y no balazos y desde la mañanera se afirma que el gobierno debe de cuidar a los delincuentes porque también son seres humanos, entonces no nos extrañemos que los grupos poderosos de delincuentes interpreten esto como debilidad del estado, ganen terreno y se apoderen de las funciones que el mismo estado debería de cumplir.

Cuando desde el poder se pretende debilitar al INE y a las instituciones democráticas, el crimen organizado lo interpreta y reacciona imponiendo candidatos y participando en las elecciones. Esto debilita a la democracia y se va imponiendo la ley del terror.

La organización Causa en Común publicó un estudio que comprende de enero a agosto de este año, en donde se han registrado, en medios de comunicación, 4134 eventos de extrema violencia o atrocidades: asesinatos con crueldad extrema, feminicidios, desapariciones, violaciones, descuartizados y embolsados, linchamientos y otros hechos de la galería del horror.

Morelos ocupa el cuarto lugar nacional con 254 casos de atrocidades, después de BajaCalifornia, Guanajuato y Michoacán. No es casual que el gobernador de Morelos es el peor evaluado del país.

Esta es la realidad nacional que todos los días se minimiza en las mañaneras, la herencia maldita que la llamada 4T dejará en el 2024.

La debilidad del estado es la fortaleza del crimen organizado.

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