/ lunes 1 de mayo de 2023

Maratón legislativo, reformas al vapor

En el 2000 el PRI perdió por primera vez la gubernatura de Morelos, en esa ola azul nacional encabezada por Vicente Fox. Entre el día de la elección y la toma de protesta del gobernador electo, se impulsaron importantes reformas legislativas por parte del PRI y PRD, entre los dos partidos tenían una mayoría suficiente para reformar incluso la constitución local, así lo hicimos. Entre las muchas importantes reformas hubo dos que quiero resaltar en este espacio. La primera fue limitar al ejecutivo para las libres transferencias y en su caso solicitar al Congreso autorización para realizar movimientos financieros de una dependencia a otra, esto obligaba como ahora lo hicieron los diputados locales en este presupuesto 2023, a una disciplina en el gasto y a programar el mismo con eficiencia. Eso no le gusta a ningún gobierno, ni a los de antes ni al de ahora.

La segunda reforma constitucional, vigente hasta nuestros días, tiene que ver con la obligación de aprobar cualquier iniciativa de ley con una mayoría calificada del total de integrantes de la legislatura, es decir, dos terceras partes del pleno.

Esta legislación obliga necesariamente a construir acuerdos entre las distintas fuerzas políticas representadas en el Congreso para modificar cualquier ley y obviamente la Constitución del estado. En ciertos momentos puede ser un freno, sobre todo cuando estás del lado del ejecutivo, desde la aprobación del presupuesto hasta modificar cualquier artículo de una ley vigente requiere de un mayor esfuerzo político para llegar a acuerdos y lograr la mayoría calificada; sin embargo, evita que una mayoría simple de cincuenta por ciento más uno pueda cometer locuras y realizar reformas muy perjudiciales como las que se llevaron a cabo la semana pasada por la mayoría de Morena en el Congreso federal.

En la última sesión del periodo ordinario, que tuvo una duración de 25 horas, aprobaron cosas como una nueva ley de ciencia, a decir de cientos de prestigiados investigadores de importantes instituciones, atenta contra la investigación científica y limita la innovación; es ir en sentido contrario de lo que se hace en el mundo; interrumpieron arbitrariamente el parlamento abierto que se estaba realizando, no les importó cerrar el debate y votar este bodrio de ley.

Así mismo, las reformas fueron encaminadas a dar dos vueltas más a la de por sí apretada tuerca de la militarización del país; mayor control del espacio aéreo, asignar directamente a la SEDENA la operación de infraestructura ferroviaria del tren Maya, otorgar a la misma el 80% de los recursos que ingresan por turismo extranjero, por ejemplo.

Se eliminó la Financiera Rural y desaparecieron al INSABI, institución creada en este gobierno para sustituir al Seguro Popular que a decir del presidente nos iba a llevar a estándares similares a los que tiene Dinamarca en este sector, pero en realidad ha sido el gran fracaso de la 4T en materia de salud. Esto no es menor, va en detrimento de 53 millones de mexicanos que dependían del Seguro Popular y después INSABI.

Morena y aliados aprobaron en 25 horas nueve dictámenes sin conocerlos, sin haberlos leído por la gran mayoría de legisladores, menos aún tratando de construir acuerdos o consensos.

Obedecen órdenes como soldados de la 4T, los soldados mejor pagados del país al servicio de la voluntad de un solo hombre.

Aquí es cuando se hace necesario implementar el candado de la mayoría calificada para aprobar cualquier modificación legal, como en Morelos, evitando con eso las diarreas legislativas en sesiones maratónicas que no hacen más que exhibir la pequeñez de los diputados y diputadas del bloque gobiernista y legitimar una imposición que parte de la voluntad individual.

Es muy factible que muchas de esas reformas sean impugnadas y así como sucedió con el plan B de la reforma electoral, serán los tribunales y la SCJN los que tendrán la última palabra.

PD: El presidente ya dijo claramente que quiere desaparecer al INAI, no tiene los votos para hacerlo, le alcanza para paralizarlo. Si pudiera desaparecería al mismo Congreso, con todo y sus incondicionales levantadedos, bajo su lógica autoritaria de pensamiento único, con su voluntad basta.


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