Las contiendas por la candidatura presidencial tanto de parte del oficialismo encabezado por Morena como del Frente Amplio por México integrado por los partidos PAN-PRI-PRD llegan a su fin.
Por el lado del oficialismo, las llamadas “corcholatas” hicieron una campaña donde el derroche de recursos fue la característica. Millones de pesos en miles de espectaculares rentados a lo largo del territorio del país, el uso de recursos públicos a través de la Secretaría del Bienestar en favor de la candidata favorita del presidente, no lo digo yo, así lo denunció Marcelo. Tal parece que no habrá sorpresas, la cargada de parte del gobierno, de las estructuras y de la mayoría de los gobernadores morenistas es a favor de Claudia.
Las reglas que fijó el ejecutivo a sus “corcholatas” dejaron un estrecho margen de maniobra para una contienda de verdad, estuvieron prohibidos los debates, foros, encuentros entre los aspirantes, cualquier acción que pudiera generar un contraste. Todo lo contrario, las reglas estuvieron diseñadas para que los aspirantes recorrieran el país llevando el mensaje de la 4T, de su presidente: esparcir la palabra del señor, para decirlo en términos acordes con la sumisión que caracteriza a Morena. Las reglas desde el inicio estuvieron diseñadas para favorecer a Claudia, la cual lo entendió y lo aprovechó para mantenerse como puntera.
A menos que el 6 de septiembre, el gran elector nos deleite con un final inesperado, el resultado de la farsa oficialista está cantado.
Del lado del FAM (Frente Amplio por México), la contienda ha ido de menos a más. Cuando dieron a conocer las reglas del juego, más de uno dudaron en que se pudiera llevar a cabo este proceso que ha tenido varias etapas. La primera fue la posibilidad de registro abierto a toda o todo aquel que quisiera participar, se inscribieron doce aspirantes, algunos a sabiendas que no pasarían el primer filtro de las ciento cincuenta mil firmas de respaldo registradas en la plataforma diseñada expresamente para esta contienda.
En esta primera etapa pasaron cuatro finalistas, los dos del PRD que no pasaron exigieron al Comité Organizador una aclaración, esto generó tensión durante unos días pero finalmente el agua volvió a su nivel y siguió el proceso.
La segunda etapa consistió en dos encuestas, una telefónica y otra territorial, de aquí quedaron tres finalistas, Enrique de la Madrid salió de la contienda por la puerta grande con elegancia y altura de miras. Quedaron Xóchitl, Beatriz y Santiago.
Iniciaron los foros abiertos en diferentes plazas de la república en donde la ciudadanía ha podido valorar las cualidades de los finalistas. Al termino del tercer foro Santiago Creel decidió declinar en favor de Xóchitl, quedando dos mujeres en la recta final. Una de ellas con gran experiencia política, gran oradora y con una enorme trayectoria, me refiero a Beatriz Paredes.
Es un placer escuchar sus intervenciones en donde su visión política nos lleva a las alturas de quien ha estado en esto toda una vida. Por el otro lado Xóchitl Gálvez, sin duda la favorita de la ciudadanía, con una visión de ingeniera, de empresaria, con la claridad que te da el pensamiento analítico propio de su formación académica y la sencillez de quien tiene una historia de vida sustentada en el esfuerzo y la superación.
El día 3 de septiembre votaremos todas y todos aquellos ciudadanos que nos registramos en la plataforma del FAM. Los partidos ya tomaron partido abiertamente y también los liderazgos de las organizaciones civiles que respaldan el proceso: por un lado el PRI y sus estructuras apoyarán a Beatriz, por el otro el PAN, el PRD y una inmensa masa de ciudadanos sin partido que se han volcado en apoyo a Xóchitl.
Uno de los triunfos del FAM fue colocar en la agenda nacional el proceso interno arrebatándole al presidente el monopolio de la agenda política nacional. Por otro lado la participación de la ciudadanía ha sido el motor del proceso y también hay que reconocer la disciplina de los partidos que han respetado, hasta ahora, las reglas del juego.
Desde mi perspectiva, las mexicanas y los mexicanos tendremos a partir de octubre del 2024 una Presidenta de la República, eso será un hecho histórico, sin lugar a dudas.
El debate a partir del 7 de septiembre, será si queremos las y los mexicanos una presidenta de la continuidad que preserve la mal llamada 4T y obedezca las directrices del jefe máximo o elegimos llevar a México por un rumbo acorde con la realidad mundial, con los avances tecnológicos y sobre todo respetando y fortaleciendo la democracia y el estado de derecho.
Si es así la respuesta empieza con X.