/ viernes 22 de noviembre de 2024

La Educación Superior en México y su presupuesto en la 4T

La semana pasada, el 15 de noviembre, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, presentó a la Cámara de Diputados el proyecto del Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2025 (de acuerdo a la fracción IV del artículo 74 constitucional), generando polémica por la reducción a los presupuestos de la UNAM y del IPN (en comparación al ejercicio 2024), instituciones medulares en la educación superior en México. Y claro que era de preocupación dicha reducción porque la educación superior debe contar con las herramientas para su impulso y desarrollo.

Es inverosímil plantear el desarrollo de un país limitando el tema educativo, específicamente la educación a nivel superior, siendo ésta la que configurará a los futuros profesionistas del país, y también el hecho de que se redujese la partida correspondiente a la máxima casa de estudios del país y una de las más importantes a nivel Latinoamérica, siendo la titular del Ejecutivo Federal egresada de dicha institución.

Obviamente la UNAM manifestó su inconformidad porque bajo la lógica de avanzar año con año para contar con mayores recursos económicos y así cubrir las demandas de su matrícula estudiantil, y ver que este proyecto de presupuesto representaba un retroceso, pidieron sensatez a los diputados para hacer las correcciones necesarias, porque al final el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone (aunque en México, al estar configurado con un régimen presidencialista, el Legislativo pasa a un segundo plano). Claro que inmediatamente el gobierno de Claudia Sheinbaum expresó que se corregiría ese lamentable error, vaya error. Claro, que el argumento de ese “error” fue que se reducirían los recursos económicos de dichas instituciones para redirigirlos y darle mayor empuje a las universidades del bienestar Benito Juárez. Y en este sentido, podemos observar que el estilo de gobernar de AMLO está permeando en esta nueva administración, donde la directriz es “primero los pobres”. La idea es correcta, hay que darle énfasis a reducir la pobreza, voltear a ver a los que menos tienen, tener esa sensibilidad como sociedad respecto a los sectores más vulnerables, pero pretender quitar presupuesto a una de las mejores universidades del mundo para ensalzar un proyecto de este gobierno, no es la solución, ¿por qué? Porque la educación es el instrumento ideal para lograr la movilidad social y por ende el desarrollo social.

Es oportuno mencionar que conmemorando la Revolución Mexicana en este mes de noviembre, uno de los logros de este movimiento social que reconfiguró al México del siglo XX, fue precisamente el tema de la educación plasmado en el artículo tercero constitucional, ya que contribuiría con la democracia, porque la educación es un derecho de todos, su acceso es un derecho humano que el Estado mexicano debe garantizar, pero gran parte del siglo XX, al menos en el ámbito de educación superior, su acceso estaba muy limitado, enfocándose los gobiernos mexicanos a “garantizar” la educación básica. Con reformas constitucionales recientes, se plasmó que se debía garantizar la educación superior, pero para ello, se deben generar políticas públicas que busquen una formación integral con una visión humanista en los futuros profesionistas del país.

Es importante recalcar que dentro de las instituciones fundamentales para el desarrollo de todo Estado es la Universidad la que juega un papel estratégico, ya que es un espacio para la generación de conocimiento al servicio de la sociedad, dando énfasis a la investigación, pero no solo eso sino también fomentando el arte y la cultura, así como el deporte. Es la universidad el ágora del libre pensamiento y su expresión, elementos esenciales en todo régimen democrático.

En esta sinergia, las instituciones de educación superior representan ese puente para lograr la movilidad social, son pilares de la educación, entendiendo ésta no solo como un conjunto de saberes que constituyen una cultura y que se transmite de generación en generación, sino como una estructura que determinará la formación de las personas como humanos, como lo planteo en su momento Fernando Savater que el humano es humano por una cuestión biología, esto significa, nace humano, pero debe buscar ser un humano completo, es decir, respetable, nacer para la humanidad, y esto se puede lograr mediante la educación.

Ahora bien, viendo su gran error de recortar presupuesto para la UNAM y el IPN, el gobierno de la 4T hará las correcciones debidas en conjunto con los legisladores para aumentar los recursos en un 3.5%, pero quedando aun latente que la austeridad republicana debe permear en la Universidad de México.

No se trata de ajustar la educación a un modelo ideológico de gobierno, sino dotarla de las mejores condiciones para su desarrollo y contar con la certeza de que cada vez sea en una tendencia al crecimiento, ya que como dijo Nelson Mandela, la educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo.

Facebook: Juan Carlos Jaimes

X: @jcarlosjaimes

La semana pasada, el 15 de noviembre, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, presentó a la Cámara de Diputados el proyecto del Presupuesto de Egresos para el ejercicio fiscal 2025 (de acuerdo a la fracción IV del artículo 74 constitucional), generando polémica por la reducción a los presupuestos de la UNAM y del IPN (en comparación al ejercicio 2024), instituciones medulares en la educación superior en México. Y claro que era de preocupación dicha reducción porque la educación superior debe contar con las herramientas para su impulso y desarrollo.

Es inverosímil plantear el desarrollo de un país limitando el tema educativo, específicamente la educación a nivel superior, siendo ésta la que configurará a los futuros profesionistas del país, y también el hecho de que se redujese la partida correspondiente a la máxima casa de estudios del país y una de las más importantes a nivel Latinoamérica, siendo la titular del Ejecutivo Federal egresada de dicha institución.

Obviamente la UNAM manifestó su inconformidad porque bajo la lógica de avanzar año con año para contar con mayores recursos económicos y así cubrir las demandas de su matrícula estudiantil, y ver que este proyecto de presupuesto representaba un retroceso, pidieron sensatez a los diputados para hacer las correcciones necesarias, porque al final el Ejecutivo propone y el Legislativo dispone (aunque en México, al estar configurado con un régimen presidencialista, el Legislativo pasa a un segundo plano). Claro que inmediatamente el gobierno de Claudia Sheinbaum expresó que se corregiría ese lamentable error, vaya error. Claro, que el argumento de ese “error” fue que se reducirían los recursos económicos de dichas instituciones para redirigirlos y darle mayor empuje a las universidades del bienestar Benito Juárez. Y en este sentido, podemos observar que el estilo de gobernar de AMLO está permeando en esta nueva administración, donde la directriz es “primero los pobres”. La idea es correcta, hay que darle énfasis a reducir la pobreza, voltear a ver a los que menos tienen, tener esa sensibilidad como sociedad respecto a los sectores más vulnerables, pero pretender quitar presupuesto a una de las mejores universidades del mundo para ensalzar un proyecto de este gobierno, no es la solución, ¿por qué? Porque la educación es el instrumento ideal para lograr la movilidad social y por ende el desarrollo social.

Es oportuno mencionar que conmemorando la Revolución Mexicana en este mes de noviembre, uno de los logros de este movimiento social que reconfiguró al México del siglo XX, fue precisamente el tema de la educación plasmado en el artículo tercero constitucional, ya que contribuiría con la democracia, porque la educación es un derecho de todos, su acceso es un derecho humano que el Estado mexicano debe garantizar, pero gran parte del siglo XX, al menos en el ámbito de educación superior, su acceso estaba muy limitado, enfocándose los gobiernos mexicanos a “garantizar” la educación básica. Con reformas constitucionales recientes, se plasmó que se debía garantizar la educación superior, pero para ello, se deben generar políticas públicas que busquen una formación integral con una visión humanista en los futuros profesionistas del país.

Es importante recalcar que dentro de las instituciones fundamentales para el desarrollo de todo Estado es la Universidad la que juega un papel estratégico, ya que es un espacio para la generación de conocimiento al servicio de la sociedad, dando énfasis a la investigación, pero no solo eso sino también fomentando el arte y la cultura, así como el deporte. Es la universidad el ágora del libre pensamiento y su expresión, elementos esenciales en todo régimen democrático.

En esta sinergia, las instituciones de educación superior representan ese puente para lograr la movilidad social, son pilares de la educación, entendiendo ésta no solo como un conjunto de saberes que constituyen una cultura y que se transmite de generación en generación, sino como una estructura que determinará la formación de las personas como humanos, como lo planteo en su momento Fernando Savater que el humano es humano por una cuestión biología, esto significa, nace humano, pero debe buscar ser un humano completo, es decir, respetable, nacer para la humanidad, y esto se puede lograr mediante la educación.

Ahora bien, viendo su gran error de recortar presupuesto para la UNAM y el IPN, el gobierno de la 4T hará las correcciones debidas en conjunto con los legisladores para aumentar los recursos en un 3.5%, pero quedando aun latente que la austeridad republicana debe permear en la Universidad de México.

No se trata de ajustar la educación a un modelo ideológico de gobierno, sino dotarla de las mejores condiciones para su desarrollo y contar con la certeza de que cada vez sea en una tendencia al crecimiento, ya que como dijo Nelson Mandela, la educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo.

Facebook: Juan Carlos Jaimes

X: @jcarlosjaimes