/ jueves 7 de noviembre de 2024

Una noche para el olvido: Clapton

El 2 de noviembre de 1967 se publicó el álbum Disraeli Gears, del grupo británico Cream, y en el que figuraba Eric Clapton, por lo que es oportuno tratar sobre dicho personaje.

Considerado por muchos como el mejor guitarrista de rock, Eric Clapton, después de 23 años regresó a México a dar un concierto muy prometedor en el pasado mes de octubre, sin embargo, no cumplió con las expectativas para muchos.

Pero ¿quién es el Eric Clapton, también conocido como “Slowhand” (“Mano lenta” en español)? Bueno, quien guste por escuchar de buen rock habrá oído los riffs magistrales de “Sunshine of your love” o “Cocaine”, que son una muestra del sello característico del estilo de tocar la guitarra por parte de Clapton, quien a través de las décadas ha sido parte de agrupaciones de rock que han dejado huella en la música, pero no sólo eso, sino también su obra en lo individual ha destacado con temas como “Tears in heaven” o “Wonderful tonigh”.

Es la década de los años sesenta donde el rock y la psicodelia tienen un boom que marcaría la música contemporánea, y es quizás en esta época donde encontramos las piezas que no solo proyectaron a esta gran guitarrista sino que son sus grandes referentes, principalmente con la agrupación Cream conformada también por Jack Bruce en el bajo eléctrico y Ginger Baker en la batería. De esta agrupación formada en 1966 destacan temas como “I feel free”, “Strange brew”, “White room”, “Crossroads”, “Badge”, “World of pain”, “Dance the night away”, y por supuesto “Sunshine of your love” todo un himno de la época sesentera. Cabe mencionar que Clapton participó en el tema “While my guitar gently weeps” de The Beatles con ese excelente requinto que es un deleite para los oídos.

Para 1970, con la agrupación de blues rock Derek and The Dominos se publica el álbum “Layla and Other Assorted Love Songs”, donde se encuentran otras canciones emblemáticas en la carrera de Calpton como “Bell bottom blues”, “Nobody knows you when you're down and out”, “Key to the highway”, así como “Layla”, uno de los temas más sobresalientes en la carrera del músico británico.

A partir de la década setentera el trabajo de Clapton se desenvuelve en un plano individual inclinándose por el blues principalmente. Y bueno, bajo esta lógica así se configuraría su carrera hasta nuestros días dejando atrás el rock explosivo y psicodélico, aunque hay que destacar su álbum de 1977: Slowhand, que contiene los temas de “Cocaine”, “Wonderful Tonigh” y “Lay Down Sally”.

En 1992 se publica su disco Unplugged donde destaca sin duda el tema “Tears in heaven”, que se vuelve su más grande éxito comercial y además la versión acústica de “Layla”, que contribuyen a revitalizar la carrera de Clapton. Sin duda, la obra de Eric es muy extensa, tratándose de uno de los músicos más importantes del rock por lo que verlo en concierto sería todo un suceso para las nuevas generaciones.

Y en esta tesitura, después de su último concierto en México en 2001, su retorno después de 23 años generó una gran expectativa para muchos fans tanto de la vieja guardia como un poco más contemporáneos, y es que se estaría presenciando a uno de los músicos de rock de las grandes ligas, un verdadero peso pesado. El lugar sería El Foro Sol ahora llamado Estadio GNP Seguros, donde un año antes estuvo un contemporáneo de él: Paul McCartney, quien ofreció a sus 81 años no solo un lindo concierto de casi tres horas sino también un buen espectáculo de luces y juegos pirotécnicos; por lo que se esperaba algo así con Clapton, sin embargo, la realidad fue otra.

Si bien es cierto, una vez que culminó la presentación de Clapton el 3 de octubre del presente año, las redes sociales de muchos medios elogiaron el concierto, por lo que consideramos que fue más un tema de diplomacia y cortesía que una crítica objetiva. Lo real es que fue una noche donde predominó el blues, un estilo que caracteriza a Clapton pero que debió equilibrarlo con más éxitos sesenteros y setenteros. Es verdad que la obra de Clapton es amplia pero no por ello tenía que privar a las nuevas generaciones de escuchar “White room”, “I feel free” y principalmente de “Layla”. No bastó con escuchar “Sunshine of your love” como tema inicial, ni tampoco éxitos como “Tears of heaven”, “Badge”, “Change the world”, “Nobody knows you when you're down and out”, “I’m Your Hoochie Coochie Man” y “Cocaine”, se debía que escuchar más, que te dejase extasiado y generara la catarsis.

Fue un concierto limitado no solo de tiempo, tan solo una hora y media cuando el mínimo ya es de dos horas, sino también en la interacción con el público, pues Clapton solo decía “thank you!” esporádicamente. Nada que ver con otros conciertos rockeros a los que hemos asistido, y bueno, también no fue un concierto espectacular, las luces no hicieron gala, en fin, se tuvo una gran oportunidad de realizar una velada inolvidable para bien, pero lo que se notó más fue un concierto hecho a las carreras, a la inmediatez, le urgía bajarse e irse del escenario. Lo más rescatable es que sí, fue una tocada de buen blues donde los músicos que lo acompañaban destacaron pero pudo ser mejor. Muchos nos quedamos con las ganas de escuchar el gran riff de “Layla”, tema que nos acercó en la adolescencia a la música del también llamado “god”, y bueno aunque sea de perdis escucharla en su versión unplugged hubiera bastado, pues se pagó por un boleto, no fue regalado.

El considerado uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, quedó a deber en México 2024.



El 2 de noviembre de 1967 se publicó el álbum Disraeli Gears, del grupo británico Cream, y en el que figuraba Eric Clapton, por lo que es oportuno tratar sobre dicho personaje.

Considerado por muchos como el mejor guitarrista de rock, Eric Clapton, después de 23 años regresó a México a dar un concierto muy prometedor en el pasado mes de octubre, sin embargo, no cumplió con las expectativas para muchos.

Pero ¿quién es el Eric Clapton, también conocido como “Slowhand” (“Mano lenta” en español)? Bueno, quien guste por escuchar de buen rock habrá oído los riffs magistrales de “Sunshine of your love” o “Cocaine”, que son una muestra del sello característico del estilo de tocar la guitarra por parte de Clapton, quien a través de las décadas ha sido parte de agrupaciones de rock que han dejado huella en la música, pero no sólo eso, sino también su obra en lo individual ha destacado con temas como “Tears in heaven” o “Wonderful tonigh”.

Es la década de los años sesenta donde el rock y la psicodelia tienen un boom que marcaría la música contemporánea, y es quizás en esta época donde encontramos las piezas que no solo proyectaron a esta gran guitarrista sino que son sus grandes referentes, principalmente con la agrupación Cream conformada también por Jack Bruce en el bajo eléctrico y Ginger Baker en la batería. De esta agrupación formada en 1966 destacan temas como “I feel free”, “Strange brew”, “White room”, “Crossroads”, “Badge”, “World of pain”, “Dance the night away”, y por supuesto “Sunshine of your love” todo un himno de la época sesentera. Cabe mencionar que Clapton participó en el tema “While my guitar gently weeps” de The Beatles con ese excelente requinto que es un deleite para los oídos.

Para 1970, con la agrupación de blues rock Derek and The Dominos se publica el álbum “Layla and Other Assorted Love Songs”, donde se encuentran otras canciones emblemáticas en la carrera de Calpton como “Bell bottom blues”, “Nobody knows you when you're down and out”, “Key to the highway”, así como “Layla”, uno de los temas más sobresalientes en la carrera del músico británico.

A partir de la década setentera el trabajo de Clapton se desenvuelve en un plano individual inclinándose por el blues principalmente. Y bueno, bajo esta lógica así se configuraría su carrera hasta nuestros días dejando atrás el rock explosivo y psicodélico, aunque hay que destacar su álbum de 1977: Slowhand, que contiene los temas de “Cocaine”, “Wonderful Tonigh” y “Lay Down Sally”.

En 1992 se publica su disco Unplugged donde destaca sin duda el tema “Tears in heaven”, que se vuelve su más grande éxito comercial y además la versión acústica de “Layla”, que contribuyen a revitalizar la carrera de Clapton. Sin duda, la obra de Eric es muy extensa, tratándose de uno de los músicos más importantes del rock por lo que verlo en concierto sería todo un suceso para las nuevas generaciones.

Y en esta tesitura, después de su último concierto en México en 2001, su retorno después de 23 años generó una gran expectativa para muchos fans tanto de la vieja guardia como un poco más contemporáneos, y es que se estaría presenciando a uno de los músicos de rock de las grandes ligas, un verdadero peso pesado. El lugar sería El Foro Sol ahora llamado Estadio GNP Seguros, donde un año antes estuvo un contemporáneo de él: Paul McCartney, quien ofreció a sus 81 años no solo un lindo concierto de casi tres horas sino también un buen espectáculo de luces y juegos pirotécnicos; por lo que se esperaba algo así con Clapton, sin embargo, la realidad fue otra.

Si bien es cierto, una vez que culminó la presentación de Clapton el 3 de octubre del presente año, las redes sociales de muchos medios elogiaron el concierto, por lo que consideramos que fue más un tema de diplomacia y cortesía que una crítica objetiva. Lo real es que fue una noche donde predominó el blues, un estilo que caracteriza a Clapton pero que debió equilibrarlo con más éxitos sesenteros y setenteros. Es verdad que la obra de Clapton es amplia pero no por ello tenía que privar a las nuevas generaciones de escuchar “White room”, “I feel free” y principalmente de “Layla”. No bastó con escuchar “Sunshine of your love” como tema inicial, ni tampoco éxitos como “Tears of heaven”, “Badge”, “Change the world”, “Nobody knows you when you're down and out”, “I’m Your Hoochie Coochie Man” y “Cocaine”, se debía que escuchar más, que te dejase extasiado y generara la catarsis.

Fue un concierto limitado no solo de tiempo, tan solo una hora y media cuando el mínimo ya es de dos horas, sino también en la interacción con el público, pues Clapton solo decía “thank you!” esporádicamente. Nada que ver con otros conciertos rockeros a los que hemos asistido, y bueno, también no fue un concierto espectacular, las luces no hicieron gala, en fin, se tuvo una gran oportunidad de realizar una velada inolvidable para bien, pero lo que se notó más fue un concierto hecho a las carreras, a la inmediatez, le urgía bajarse e irse del escenario. Lo más rescatable es que sí, fue una tocada de buen blues donde los músicos que lo acompañaban destacaron pero pudo ser mejor. Muchos nos quedamos con las ganas de escuchar el gran riff de “Layla”, tema que nos acercó en la adolescencia a la música del también llamado “god”, y bueno aunque sea de perdis escucharla en su versión unplugged hubiera bastado, pues se pagó por un boleto, no fue regalado.

El considerado uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, quedó a deber en México 2024.