/ lunes 6 de enero de 2020

La catástrofe que no fue; confianza disponible


Interesante, sin lugar a duda, es la entrevista que el pasado jueves publicó, como su “nota de ocho”, El sol de México. Dice María Ariza que el año que inicia no será “miel sobre hojuelas”, pues “todavía hay condiciones que generan incertidumbre alrededor de la economía mexicana”. Sin embargo, a pesar de la complejidad que observa, el panorama, afirma, no le quita optimismo.

Hace poco más de un año algunos analistas vaticinaban un “desastre” para la economía del país con la llegada del gobierno de la 4T. Efectivamente será necesario un crecimiento más allá del 2%; lo ideal es que se pueda superar este porcentaje.

Es claro, como destaca Ariza, “los precios del petróleo, el ajuste en la recaudación fiscal, el crecimiento económico, y la inseguridad, significarán “condiciones que generan incertidumbre alrededor de la economía mexicana”.

Desde luego el gobierno debe hacer crecer la inversión pública. Allí está su propuesta donde no sólo habrá de invertir el propio gobierno sino también los mercados nacionales e internacionales; me refiero a los megaproyectos como son la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya.

Es claro que la inversión gubernamental no quedará sólo ahí. A todo lo largo y ancho del país se deberá de invertir. El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció, en noviembre pasado, un plan de mil 700 proyectos de infraestructura por un valor de 859 mil 22 millones de pesos o 43 mil millones de dólares; de éstos “147 son esenciales para impulsar la economía”.

Desde luego es de destacar el análisis de María Ariza, no sólo por ser directora general de Biva, de quien se considera “ha cambiado las reglas del juego en el mercado bursátil” en el país, sino también por ser nieta de Don Antonio Ariza, su abuelo paterno, originario de Jerez de la Frontera, en España, y fundador de la casa Pedro Domecq, México.

En la entrevista festeja el hecho de que el T-MEC va a “fortalecer la posición de México” al traducirse en un crecimiento económico y de oportunidades para las empresas.

Ha señalado la necesidad de crear confianza, desde luego, se entiende, por parte del gobierno para que haya inversión privada y “Estado de derecho”, es decir, “seguridad para que haya apetito de inversión”.

En junio pasado, los empresarios que conforman el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) se comprometieron a invertir 32 mil millones de dólares en 2019, y si lo hicieron fue porque encontraron en el gobierno de la 4T un ambiente propicio para la inversión.

El líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, anunció, en ese momento, el propósito de los empresarios de aumentar la inversión privada de 17.5% a 20% del PIB en los próximos dos años, en particular en cuatro áreas prioritarias: el sector energético, infraestructura de transporte, inversión social y desarrollo del sur-sureste nacional.

Evidentemente se necesita, en buena medida, para crecer, “un país libre de violencia y de inseguridad” como señala María Ariza. Avanzar hacia ese propósito no es cosa fácil después de cómo nos dejaron el país los gobiernos anteriores, donde tampoco descarto que ciertos intereses estén buscando crear, a propósito, un clima para descalificar al gobierno morenista.

A pesar de esto, hay confianza empresarial. La especialista bursátil se dice confiada de que este año haya al menos una colocación (de inversiones) en el corto plazo, aunque desconoce la fecha exacta, pues algunas empresas, resalta, “ya están en fila, pero todavía afinan detalles para llegar al mercado”.

Cuando afirma que “definitivamente empezaremos el año con el pie derecho”, porque algunas empresas están preparadas, “en los últimos ajustes, con un proyecto y con un rumbo definido”, esto es más que motivante, pues viene a echar abajo las versiones de que el proyecto económico del gobierno de la 4T iba a ahuyentar las inversiones de los capitales nacionales e internacionales.

Mario Alavez -el entrevistador-, destaca en la nota: “La complejidad del panorama no le quita optimismo a la directora general de BIVA, quien señala que ya se dieron los primeros pasos para generar confianza entre la iniciativa privada y el gobierno, a través de la firma del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado”.

Aquel panorama catastrófico que se nos había anunciado no fue tal, y si bien, por ejemplo, es menor dinamismo en comparación con 2018, a decir de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en 2019, los bancos en México ganaron 148 mil 400 millones de pesos en 11 meses, según publicó el diario La Jornada.

El año pasado fue muy distinto al vaticinio de quienes aseguraron que en materia económica le iba a ir muy mal al país. No fue lo mejor, sí, pero no ocurrió el desastre que se anunció.

Carlos Slim observa otro panorama: "(La economía) no creció este año (2019), pero como dije no era importante. Ya sabíamos que no iba a haber crecimiento, entonces se sentaron las bases para finanzas públicas. Hubo mucha disciplina por parte del sector público, no subió la deuda, la inflación bajó… entonces eso creó una gran confianza para la inversión financiera que es la que está disponible. Lo trascendente no era que crecíamos sino que se sentaran las bases de lo que hoy se plantea", aseguró el empresario.

*Senadora de Morena.


Interesante, sin lugar a duda, es la entrevista que el pasado jueves publicó, como su “nota de ocho”, El sol de México. Dice María Ariza que el año que inicia no será “miel sobre hojuelas”, pues “todavía hay condiciones que generan incertidumbre alrededor de la economía mexicana”. Sin embargo, a pesar de la complejidad que observa, el panorama, afirma, no le quita optimismo.

Hace poco más de un año algunos analistas vaticinaban un “desastre” para la economía del país con la llegada del gobierno de la 4T. Efectivamente será necesario un crecimiento más allá del 2%; lo ideal es que se pueda superar este porcentaje.

Es claro, como destaca Ariza, “los precios del petróleo, el ajuste en la recaudación fiscal, el crecimiento económico, y la inseguridad, significarán “condiciones que generan incertidumbre alrededor de la economía mexicana”.

Desde luego el gobierno debe hacer crecer la inversión pública. Allí está su propuesta donde no sólo habrá de invertir el propio gobierno sino también los mercados nacionales e internacionales; me refiero a los megaproyectos como son la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya.

Es claro que la inversión gubernamental no quedará sólo ahí. A todo lo largo y ancho del país se deberá de invertir. El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció, en noviembre pasado, un plan de mil 700 proyectos de infraestructura por un valor de 859 mil 22 millones de pesos o 43 mil millones de dólares; de éstos “147 son esenciales para impulsar la economía”.

Desde luego es de destacar el análisis de María Ariza, no sólo por ser directora general de Biva, de quien se considera “ha cambiado las reglas del juego en el mercado bursátil” en el país, sino también por ser nieta de Don Antonio Ariza, su abuelo paterno, originario de Jerez de la Frontera, en España, y fundador de la casa Pedro Domecq, México.

En la entrevista festeja el hecho de que el T-MEC va a “fortalecer la posición de México” al traducirse en un crecimiento económico y de oportunidades para las empresas.

Ha señalado la necesidad de crear confianza, desde luego, se entiende, por parte del gobierno para que haya inversión privada y “Estado de derecho”, es decir, “seguridad para que haya apetito de inversión”.

En junio pasado, los empresarios que conforman el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) se comprometieron a invertir 32 mil millones de dólares en 2019, y si lo hicieron fue porque encontraron en el gobierno de la 4T un ambiente propicio para la inversión.

El líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, anunció, en ese momento, el propósito de los empresarios de aumentar la inversión privada de 17.5% a 20% del PIB en los próximos dos años, en particular en cuatro áreas prioritarias: el sector energético, infraestructura de transporte, inversión social y desarrollo del sur-sureste nacional.

Evidentemente se necesita, en buena medida, para crecer, “un país libre de violencia y de inseguridad” como señala María Ariza. Avanzar hacia ese propósito no es cosa fácil después de cómo nos dejaron el país los gobiernos anteriores, donde tampoco descarto que ciertos intereses estén buscando crear, a propósito, un clima para descalificar al gobierno morenista.

A pesar de esto, hay confianza empresarial. La especialista bursátil se dice confiada de que este año haya al menos una colocación (de inversiones) en el corto plazo, aunque desconoce la fecha exacta, pues algunas empresas, resalta, “ya están en fila, pero todavía afinan detalles para llegar al mercado”.

Cuando afirma que “definitivamente empezaremos el año con el pie derecho”, porque algunas empresas están preparadas, “en los últimos ajustes, con un proyecto y con un rumbo definido”, esto es más que motivante, pues viene a echar abajo las versiones de que el proyecto económico del gobierno de la 4T iba a ahuyentar las inversiones de los capitales nacionales e internacionales.

Mario Alavez -el entrevistador-, destaca en la nota: “La complejidad del panorama no le quita optimismo a la directora general de BIVA, quien señala que ya se dieron los primeros pasos para generar confianza entre la iniciativa privada y el gobierno, a través de la firma del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado”.

Aquel panorama catastrófico que se nos había anunciado no fue tal, y si bien, por ejemplo, es menor dinamismo en comparación con 2018, a decir de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en 2019, los bancos en México ganaron 148 mil 400 millones de pesos en 11 meses, según publicó el diario La Jornada.

El año pasado fue muy distinto al vaticinio de quienes aseguraron que en materia económica le iba a ir muy mal al país. No fue lo mejor, sí, pero no ocurrió el desastre que se anunció.

Carlos Slim observa otro panorama: "(La economía) no creció este año (2019), pero como dije no era importante. Ya sabíamos que no iba a haber crecimiento, entonces se sentaron las bases para finanzas públicas. Hubo mucha disciplina por parte del sector público, no subió la deuda, la inflación bajó… entonces eso creó una gran confianza para la inversión financiera que es la que está disponible. Lo trascendente no era que crecíamos sino que se sentaran las bases de lo que hoy se plantea", aseguró el empresario.

*Senadora de Morena.