Oficialmente ha dado inicio el periodo de precampañas y por tanto veremos desfilar a cuanto personaje político se nos ocurra. Eso puede sonar molesto para algunas personas a las que la política les ha decepcionado, sin embargo, es la naturaleza democrática de nuestro sistema político haciéndose presente y aunque hoy no podamos hablar de elecciones ni justas ni parejas la razón de ser de los pasos del proceso electoral es la de ofrecer en las elecciones constitucionales a los mejores perfiles para la ciudadanía. Se lee como una utopía, pero finalmente se persigue, se logre o no alcanzarla.
Me explico: Aunque pareciera que las campañas políticas empezaron hace más de un año (al menos en el entendido de Morena que desde entonces a razón de argucias legales ha empezado sus procesos internos) la realidad es que a partir de este 5 de noviembre darán por iniciadas las precampañas a las gubernaturas y con eso se inaugura oficialmente la temporada de proselitismo en nuestro país. Hay que decirlo claro, en un ambiente lleno de inequidades y con un partido de régimen que ha decidido, a la vieja usanza, promover elecciones de Estado para favorecer a las y los candidatos de Morena y de paso salpicar a sus aliados.
Tampoco la eterna oposición (el frente “por México”) ha seguido a cabalidad las reglas, hace rato que ya tienen no solo candidata a la presidencia sino la definición en algunos estados en donde su Frankenstein político ya ha terminado de armarse.
Mientras tanto, la confusión de la ciudadanía crece, los tiempos se acercan y al final la utopía de los mejores perfiles se va alejando cada vez más y más rápido. Comienzan “Los juegos del hambre” una lucha por la supervivencia política que revela no solo la desesperación de algunas y algunos políticos por permanecer en la escena, sino la de los partidos de siempre y el propio del régimen por evitar a toda costa el cambio de paradigma de la política vieja que conocen desde siempre.
Para muestra ahí están sus encuestas, precampañas y proselitismos adelantados, no saben respetar la legalidad, ¿qué nos haría creer que van a respetar a las y los mexicanos una vez que lleguen al poder?
En los juegos del hambre caben las alianzas más bizarras, las estrategias más cruentas y desafortunadamente para las y los mexicanos, los personajes más inverosímiles: todo por “ganar” incluso a costa de la seriedad que merecen los cargos. Se pueden ver muchísimos ejemplos, desde quienes pasan de un partido a otro en menos de 6 meses hasta quienes traicionan sus supuestos ideales de una vida para comprarse otros de otra plataforma en cuestión de horas. Hombres y mujeres que venden estructuras electorales gigantescas que nadie ve pero muchos les compran, liderazgos hechizos a partir de la simulación. Gente que le invierte a la política como un negocio. En cambio, muchas y muchos hombres de valor para contender se quedan a media carrera, sin la posibilidad de competir contra quienes han hecho de la política una actividad de lucro y no de servicio. Ojalá como en las películas, los juegos los ganaran los justos, en este caso quienes si desean construir en sus estados y comunidades un legado para todas y todos. Lástima que, por ahora, en muchos casos eso solo siga viéndose como ficción. Hay que entrarle a otra opción en la que la principal alianza sea con la ciudadanía.
Pd: Pedro Kumamoto fue hace unos años un referente del movimiento independiente en este país. Sin duda muchas y muchos le admiramos a aquel joven el ímpetu de cambiar el paradigma. No pasó mucho tiempo para que tomara la vía más fácil y hoy ha decidido sumarse y con ello vender a su partido local en Jalisco, -Futuro-, al partido del régimen, no por convicciones ideológicas sino por pragmatismo, de ese que abunda en los juegos del hambre.