/ lunes 12 de junio de 2023

En Cuernavaca nace el arte público

Perdón, queridos amigos, que aplace la segunda parte del impresionante arte olmeca, pero puede esperar un poco; en cambio, el miércoles pasado sucedió un evento cultural-ciudadano que no puedo dejar de reseñar.

Fíjense lo que hace la conjunción de esfuerzos entre autoridades, vecinos y artistas cuando hay voluntad para hacerlo. Llevaba yo lamentándome que al parecer a nadie le interesaba embellecer Cuernavaca pese a las promesas estatales de que se embellecería el centro histórico de Cuernavaca y nada, todo quedó en promesas.

Y lo que seguíamos viendo en muros y paredes eran solo pintas de protestas que dejan las marchas o mensajes cifrados de comunicación de bandas de chavos, pero a eso no se le puede llamar graffiti. Explico por qué. Se llama grafiti, del italiano graffiti a una modalidad de pintura libre, destacada por su ilegalidad, generalmente realizada en espacios urbanos. Su origen se remonta a las inscripciones que se hacían en paredes desde los tiempos del imperio romano, pero lo sucedido hace unos días fue literalmente un día de fiesta en la zona porfirista de la ciudad con un puente inaugurado en 1900 que sigue superfirme y lleva el nombre de quien lo mandó construir.

Ese mediodía el alcalde inauguró un enorme mural de arte público en un lugar por donde circulan 11 tipos de rutas diferentes. Hasta hace poco, en ese espacio libre, manos no educadas hicieron pintas a su antojo, se veía horrible esa transitada avenida. Hoy, desde que terminaron el mural, hay arte e historia protegida con barniz especial como protección, vendido a muy bajo costo como apoyo.

El autor del mural, maestro Víctor Ezkide, Ingeniero en Sistemas, con maestría en una universidad de la zona francesa de Canadá, regresa a la CDMX e ingresa a la Academia de San Carlos, primero como alumno, después ya como maestro y luego de un periplo por varios estados, llega a vivir a Cuernavaca hace más de diez años y se da cuenta de la falta de identidad y sentido de pertenencia que había entre gran parte de los habitantes. Les cuento por qué. Luego del sismo de 1985 miles de defeños se mudaron a Cuernavaca pero sin sentir ni arraigo ni orgullo de llegar a estas tierras zapatistas tan cargadas de historia. Y el resultado de tanta ignorancia es que muy pocos de los nuevos vecinos movieron un dedo para decir: “¿En qué ayudo?”. Aclaro, no todos, pero sí la mayoría.

Así pasaron los años hasta que llegó Ezkide con su proyecto de arte público a la muy transitada avenida Leandro Valle, en el centro de Cuernavaca, y coincidió con vecinos oriundos por tradición a Cuernavaca que sí aportan y autoridades de Cuernavaca que con entusiasmo promovieron el proyecto y permitieron que a lo largo de poco más de 35 metros, en total unos 100 metros cuadrados de espacio totalmente público, el maestro Ezkide acompañado de un grupo de cinco jóvenes pintores, todos del “Colectivo 18 y ½”, participaran en seis meses del enorme mural. Obviamente alentados y apoyados económicamente tanto por el alcalde José Luis Urióstegui, como por vecinos, quienes sí estuvieron dispuestos a aportar a fin de mejorar el aspecto del centro histórico de Cuernavaca.

En el diseño del mural quedaron plasmados flora y fauna, todo de Cuernavaca: el pájaro reloj, tlacuaches, cacomixtles, cangrejito barranqueño, que de todo el mundo solo se encuentra en esta zona; historia y tradición, cultura ancestral con sus 7 cielos, la caña y los siete tipos de maíz morelenses fundamentales en nuestra cultura, sin faltar Quetzalcóatl y la escultura de la entrada al inframundo Olmeca que durante un año se exhibirá en esta ciudad antes de ser devuelta a Chalcatzingo.

Aparece también la primera mujer que sostiene el lienzo de Tetlama es de los pocos documentos mestizos. “Elegí este, dijo Ezkeda, porque es de los pocos códices morelenses no tributarios, es del siglo XVII que viene siendo un códice que representa la migración a partir de Tetlama a lo que hoy es Guerrero, Oaxaca que formaba parte de la Nueva España. Le siguen dos Ollines, el movimiento ya que estamos en la era del Ollin y que esta era desaparecerá por movimiento como dice la tradición; la pacha mama o la madre tierra que representa a la tierra. Y Una mujer en blanco que no tiene ninguna pigmentación para no discriminar ningún tipo de piel, poque del color que seamos, somos mexicanos.

Y hasta el próximo lunes.