Recientemente compartí la idea de que Alejandro Moreno Cárdenas sería el sepulturero del PRI, pero no olvidemos en nuestra cultura popular existe un refrán que reza “es de sabios cambiar de opinión” pues bien, hoy quiero retractarme, derivado de los continuos cambios en el escenario político, finalmente he concluido que “Alito” no será el responsable directo de la debacle tricolor y que el Revolucionario Institucional morirá de causas naturales, víctima de su propios vicios y envejecimiento.
Golpeado en su endeble credibilidad, tanto el líder como su partido tuvieron que soportar estar en medio del escándalo nacional ya por varias semanas consecutivas, debido a unos audios exhibidos por la Gobernadora de Campeche Layda Sansores en una emisión titulada “martes del jaguar” ahí se escuchó la voz de Moreno Cárdenas hablar desde presionar a proveedores, pasando por el despojo, desvíos y hasta verdaderos ataques a la libertad de expresión, frases como “a los periodistas no hay que matarlos a balazos, hay que matarlos de hambre” o “lo que queremos es agarrar lana” han significado entre otras, verdaderas joyas para un manual de la corrupción en México.
Los dardos certeros cimbraron desde los cimientos al partido, aunque difiero del punto de vista de los que opinan pudo influir en el resultado de las últimas elecciones, creo que en ese caso la suerte ya estaba echada con mucha antelación.
Ante el turbio panorama, las cúpulas priistas, la crema y nata tricolor llamó a cuentas al actual líder, en una reunión de análisis de resultados se pidió a “Alito” ceder la estafeta, opción descartada por él mismo y con un forzado “voto de confianza” se le otorgó la venia para seguir con su labor destructiva, contentos o al menos fingiendo estarlo se tomaron la clásica foto del recuerdo.
Es precisamente esa imagen difundida en medios la que planta en la cara la realidad del otrora omnipresente y omnipotente partido político, al ver a remanentes del “Diazordacismo” como el Senador Gómez Villanueva con un paso más que turbio en la administración de Luis Echeverría cuando fue Secretario de la Reforma Agraria arrastrando con diversos escándalos entre los que se cuentan el fideicomiso “Bahía de Banderas” que significó un quebranto al erario de más de 1200 millones de pesos, siguiendo con los que sonrieron en la imagen encontramos a Humberto Roque Villanueva, el autor de la tristemente célebre “roqueseñal” cuando siendo coordinador de la bancada priista y en plena sesión celebró de forma soez el aumento del IVA que pasó del 10 a un 15%
En ese selecto grupo de “templarios” también estuvieron Roberto Madrazo, Manlio Fabio Beltrones y Jorge de la Vega Domínguez, verdaderos íconos de la época del “oscurantismo priista”, resulta evidente entonces que “Alito” no debe cargar con toda la culpa en la decadencia del “imperio”, ante un partido que exhibe no poder sacudirse prácticas ni personajes vetustos y con un “insoportable hedor a corrupción” todo resulta ser crónica de una muerte anunciada;
el 2 de Octubre, el halconazo, el error de Diciembre, Aguas Blancas, Acteal, el Fobaproa, los 43 de Ayotzinapa y tantas afrentas que malos gobiernos nos hicieron sufrir, son la verdadera causa del derrumbe, el que fuera poderoso partido hoy simplemente resulta un aliado incómodo y un lastre en la coalición tripartita que planea contender en las elecciones federales de 2024.
Tal vez la historia juzgue a Alejandro Moreno Cárdenas por diversas faltas, pero la inminente desaparición del PRI definitivamente tendrá muchos arquitectos.