No fue en la Ciudad de México, como se había planteado las primeras horas de ayer. Al mediodía se acordó que los aspirantes de Morena a la candidatura al gobierno de Morelos se vieran en Cuernavaca, en la oficina del Consejo Estatal del partido, para platicar sobre la famosa encuesta de reconocimiento que sería la segunda fase en la sinuosa carretera rumbo a la nominación del partido. Más allá no hubo muchas sorpresas para quienes sabían que la famosa encuesta de reconocimiento tendría todos los problemas obvios de un instrumento que de inicio evitó medir a una de las aspirantes más sólidas en conocimiento y preferencia del electorado, y cuyos defectos metodológicos resultaban más que obvios. Probablemente por ello la advertencia del dirigente nacional sobre los resultados de la encuesta de marras que servirán sólo como un nuevo insumo para el dictamen final de la Comisión de Elecciones.
¿Los resultados de la encuesta de reconocimiento son poco creíbles? Sin conocer los detalles técnicos de la misma, que difícilmente serán socializados, es muy difícil decirlo. Algunos de los datos parecen coherentes, por ejemplo, Juan Salgado Brito tiene como cincuenta años haciendo política en Morelos, lo que hace bastante obvio que estaría entre quienes tienen mayor reconocimiento entre los aspirantes. Al tratarse de una encuesta telefónica, sin embargo, la presencia de otro Salgado (Jorge) a quien aparentemente nadie conoce en los círculos de la vida pública, podría haber generado confusión, por lo que el dato de ventaja de Juan Salgado podría ser aún mayor. No medir a Lucy Meza, una de las figuras más reconocidas de Morena en Morelos, podría haber generado también alguna alteración en los resultados, desde el principio de que la eliminación de una variable altera todo el sistema.
Margarita González, conocida entre la izquierda y con una campaña de difusión ciertamente relevante ocupa la primera posición tras la eliminación de Lucy Meza (que según nos dicen, fue operada por el equipo del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, mediante la solicitud de procedimientos de sanción en el partido por una presunta relación con el fiscal general, Uriel Carmona, con quien hay dos o tres fotos públicas, él en su carácter de fiscal y ella en el de senadora, olvidando que la senadora ha exigido la renuncia del fiscal en más de una ocasión. Uno pensaría que si fuera por la censura a sujetos con quienes se han tomado fotos el gobernador, por ejemplo, no tendría oportunidad alguna en Morena. Lo cierto es que el grupo de Cuauhtémoc Blanco teme horrores a dos aspirantes a la gubernatura, Lucy Meza y Rabindranath Salazar, a quienes han traído de bajada todo el sexenio, porque piensan que si cualquiera de ambos fuera nominado a la gubernatura por Morena, el futuro del gobernador y sus cercanos sería terrible en Morelos, a pesar de que ambos candidatos han advertido no ser gente de rencores ni de venganzas).
Además de Juan Salgado y Margarita González, sólo Rabindranath Salazar tuvo un reconocimiento superior al 40%; otros por debajo de esa línea pero con más de 30% fueron Juan Ángel Flores, Rafael Reyes, Agustín Alonso, Víctor Mercado y Tania Valentina Rodríguez. Llama la atención que a pesar de una exhaustiva campaña de espectaculares y con todo el aparato del estado a su servicio, Víctor Mercado parece no crecer más, y Sandra Anaya, la otra aspirante del grupo de Cuauhtémoc Blanco, no alcanzó siquiera el 20%.
Este viernes, afirma Mario Delgado, la Comisión de Elecciones, considerando los insumos de que dispone, tendría que definir los nombres de quienes realmente vayan a la encuesta final. Es decir, hasta ahora no hay nada definido y por ello muchos de los aspirantes aún confían en ser considerados para medirse en el instrumento que no solamente definirá la nominación a la gubernatura, también permitirá que los inscritos muestren su relativo tamaño político con lo que podrían negociar nuevas posiciones. A lo mejor algunos tendrán que llevarse ese tamaño relativo a otros partidos o alianzas, porque como se ve hasta ahora, Morena se va a romper, y con ello arriesgaría la posibilidad de refrendar el gobierno estatal, que no parece nada sencilla.
@martinellito
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