México inicia la semana con un semáforo epidemiológico que ya no es tan verde, hay cinco entidades pintadas de amarillo:
Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua y Coahuila, el resto del país continuará en color verde al menos hasta el 12 de diciembre, el total de defunciones durante el calvario llamado Covid-19 es de 293 mil 897 y los casos de la enfermedad acumulados suman 3 millones 883 mil 842.
En vacunas las cifras no están mal, hemos recibido casi 175 millones de dosis de las cuales se han aplicado 132 millones 308 mil 788 dosis y contando, la población objetivo en las últimas jornadas se concentra en rezagados de 18 años o más, en adolescentes de 15 a 17 años y en menores de 12 a 17 años este último rango de edad únicamente en caso de presentar alguna comorbilidad.
➡️Vacunas anticovid ofrecen inmunidad de seis meses: OMS
Hasta hoy, la pandemia ha costado a nivel global 5 millones 203 mil vidas con una cifra de 261 millones 795 mil contagios (1.4 millones en las últimas 72 horas) el mundo parecía ir saliendo poco a poco del punto más crítico de la crisis sanitaria, sin embargo desde la provincia de Gauteng en la lejana Sudáfrica la nueva variante Ómicron trajo al mundo el miedo que parece faltarnos para vivir, la cepa con 50 mutaciones fue detectada en los primeros días de noviembre y se dio a conocer a toda la comunidad científica hace unos días; ya fue considerada como “preocupante” por parte de la OMS, la organización por cierto parece no tener suficiente capacidad de persuasión para establecer estrategias uniformes en el mundo o al menos así lo mostrado durante esta epidemia.
La palabra “preocupante” parece tener significados distintos en cada país, Israel se encuentra entre los países que han decidido (una vez más) cerrar sus fronteras a viajeros provenientes del país discriminado en turno, estrategia que no dió ningún resultado positivo en 2020 ¿qué les hace pensar que ahora sí los tendrá? Así la economía es la más afectada, los mercados internacionales no han sido ajenos a la alarma y ya reflejan los primeros impactos, lo anterior antes de existir estudios más completos sobre la nueva variante, para determinar la transmisibilidad y virulencia, en fin todo el escenario se prepara hacia la añoranza apocalíptica que hemos convertido en adicción.
Entre los errores ignorados, el egoísmo representa la principal causa de un viacrucis sanitario con tendencia a extenderse, escuchando un mensaje del Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden (en el cual llama a sus gobernados a la calma) se encuentran frases como “tenemos la mejor vacuna del mundo” y “las mejores medicinas y los mejores médicos” estas frases “yoyistas” encierran el verdadero problema, los países ricos se consideran como el único objetivo de una eventual salvación, siguiendo el ejemplo israelí, Japón se preocupó por cerrar sus fronteras a visitantes extranjeros, el tío Sam restringió los viajes desde Sudáfrica y otros 8 países africanos, no sin antes felicitar al gobierno sudafricano por dar a conocer oportunamente el surgimiento de la cepa y claro, afectando después con tales medidas, lo cual podría llevarlos a no ser tan “sinceros y honestos”
La Unión Europea no podía quedarse atrás y a pesar de la probada dispersión de la variante ómicron en varios países de esa comunidad, han aplicado restricciones para todo el sur de África, precisamente el continente de la variante y el que menos acceso a las vacunas ha logrado. En América las ineficaces pero populares medidas han iniciado en Canadá y se prohibirá la entrada de ciudadanos extranjeros que hayan viajado por el sur del continente africano en los últimos 14 días.
En el colmo de la ceguera y la necedad los gobiernos de los países ricos están más preocupados por una tercera dosis de “las mejores vacunas del mundo”, olvidando inmunizar al resto de la humanidad, parecen no entender que la solución será global o no será, así de simple y llano, pero esta conducta no se limita a países ricos, en México una lluvia de amparos ha obligado a las autoridades sanitarias a modificar su estrategia y anunciar un programa de vacunación para menores de 15 años sin ninguna comorbilidad, es importante inmunizar a todos los que estén en condición, pero es innegable que el mayor peligro de Covid-19 para estos sectores es la orfandad; caeremos en la misma equivocación de los países desarrollados si olvidamos apoyar a Centroamérica mientras caravanas interminables de migrantes circulan y se establecen a todo lo largo y ancho de nuestro territorio, resulta indignante, inhumano y peligrosamente errado que el 67% de la población de los países de ingresos altos esté completamente vacunado mientras esa cifra solo alcance el 5% en los países pobres.
Ómicron representa apenas un eslabón en la larga cadena de consecuencias que el egoísmo del ser humano va a facturar en la primera crisis pandémica del siglo XXI.