/ viernes 8 de septiembre de 2023

Juan Pablo

El pasado enero de 2022, Juan Pablo Adame, hijo de dos de mis mejores maestros en la escuela militarizada Cristóbal Colón, fue diagnosticado con cáncer.

Con la fe en Dios, puso manos en la obra para llevar su tratamiento, y luego de todas esas vicisitudes, en diciembre de 2022, anunció que su cáncer se había ido.

No obstante, el 12 de julio de 2023 tuvo que someterse a una cirugía pues, de repente, ya no podía comer.

El 14 de julio anunció que debería someterse a un nuevo ciclo de quimios porque el "visitante incómodo" había regresado.

En las últimas semanas la situación de Juan Pablo se ha complicado.

Pero no ha estado pasmado. Ha seguido trabajando en una iniciativa para apoyar a los pacientes de cáncer que se han visto muy afectados por las políticas fiscales de este gobierno.

Ayer, el senador Miguel Ángel Mancera anunció que pediría licencia por un día. Esto, porque su suplente es nada más ni nada menos que Juan Pablo Adame.

Así, que el pasado miércoles el morelense asumió su cargo de senador de la República para, según sus palabras, "aprovechar el tiempo ya que para una persona que pasa por una enfermedad así, el tiempo es el recurso más preciado".

De esta forma, este miércoles 6 de septiembre tomó protesta al cargo de senador de la República y de inmediato aprovechó para presentar dos iniciativas. Una, para dar apoyos a los familiares con pacientes con cáncer y otra para detener los recortes presupuestales a las terapias y tratamiento para niños y adultos que padecen esta terrible enfermedad.

El senador por un día también dio un gran discurso que vale la pena darse un tiempo y escucharlo. Lo puede usted encontrar en el canal de YouTube del Congreso.

Sin caer en dramatismos, señaló que le faltan once quimioterapias pero "no se va a rendir y seguirá luchando".

Me parece que su ejemplo de fe, aun en la adversidad y el dolor; y el que se esfuerce por seguir usando su posición para seguir trabajando por el bien común, es invaluable en medio de un México tan polarizado.

"¿Cuánto tiempo de vida me queda? No lo sé", dijo. Pero lo que yo sí sé, agregó, es que "cada día que amanezco es una oportunidad única e irrepetible para vivir con esperanza, para amar con intensidad y para dejar un legado en cada una de mis acciones".

Conozco la calidad moral de sus padres, Marco Antonio Adame y Mayela Alemán de Adame. Como dije, fueron mis maestros. Y sé que hicieron un gran trabajo con Juan Pablo y con todos sus hijos.

Desde aquí les mando fuerza a esta familia, porque son un ejemplo de bien para todos nosotros los mexicanos y, sobre todo, para todos los que actuamos con cierta timidez al mencionar y referirnos a Dios desde la trinchera que nos tocó en esta vida, como si él no existiera o estuviera muy lejano.

Gracias, Juan Pablo.

José Orlando Carrillo Sosa

carrillososa@yahoo.com

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