Tan cerca y tan lejos te tengo ingrata, aún así pienso en ti y en esa noche que me dejaste ver tus colores, tus olores, pero sobre todo esos sabores que hipnotizan y por supuesto conquistan.

La Ingrata está en Cuautla pero aunque vivas al otro lado del mundo es justo que no te prives de su placer.

Aquí la hamburguesa es un lujo, un golpe de lujuria al paladar y como no, pues la receta de su carne es artesanal, los vegetales frescos y raya en el exceso de la minuciosidad, esa combinación exacta –por ejemplo-, de unos champiñones sarandeados en la plancha con cebollita caramelizada que inundan el emparedado.

También es casi pornográfica la imagen y el aroma de un buen trozo de tocino fresco, que hace las veces de cama, para recibir un huevo frito, ya sea tierno o bien cocido, según pienses o no escurrir de placer.

Además de ingrata, muestras tu desvergüenza cuando apilas una carne sobre otra, solo como base para una torre de tocino, que al final envuelves en una costra de queso, con el único propósito de hacerme sentir en la panza, eso que alguna vez pensé que era amor.

Ay ingrata, que ingrata eres, ingrata, que me ofreces tus encantos como una hamburguesa vegana que engaña al carnívoro más obstinado, o los mojitos que están de lujo y que endulzan hasta el ambiente más amargo.

Tienes para todos ingrata, como la cerveza artesanal Perro & Gato que sabe a gloria con notas de mezcal y tonos suaves que me recorren la boca.

Que ingrata eres ingrata, que te quisiera tener diario, pero prefieres estar en los brazos de muchos otros que -a diferencia de mi dolor- te tienen tan cerca, allá en la región oriente de Morelos.

La Ingrata Cuautla (así la encuentras en Facebook) está ubicada en Avenida Insurgentes 140 Bis, a unos metros del crucero de la Uva, y ofrece una experiencia de sabor como pocas.

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