Por María del Mar Oviedo Facundo
Como bien es sabido, la inteligencia artificial (IA) cada día se incluye más a nuestra cotidianidad. Hemos visto como la popular aplicación de mensajería instantánea WhatsApp ha hecho una inserción de Meta AI como un chat en línea, y ahora se puede interactuar con este tipo de IA generativa a través del lenguaje natural en cualquier momento, de manera gratuita y lo puede hacer quién sea que tenga la aplicación instalada en su teléfono inteligente. Lo anterior, es una preparación para aceptar y entender que la convivencia humano-IA es inevitable y la seguiremos viendo de diversas maneras en el futuro; pero sin olvidar que es una heteronomía, ya que estas nuevas tecnologías fueron diseñadas para cumplir con objetivos establecidos por el ser humano pues están subordinadas por nosotros (Evans et al., 2023).
Ahora bien, el sector privado, la comunidad académica y los gobiernos de los países latinoamericanos, son conscientes de la importancia de la IA y sobre cómo ésta puede ayudar a avanzar en aspectos sociales, económicos, ambientales, de salud, entre otros, en donde hay atraso en comparación con los países desarrollados. Es así como algunos países latinoamericanos por mencionar Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Colombia, Perú y México están avanzando en regularizar a la IA con proyectos de ley y estrategias de IA, cada uno a su ritmo. Por su parte, Colombia ha dado el primer paso al establecer la primera facultad de inteligencia artificial en la Universidad de Caldas, siendo ésta la primera de América Latina (Presidencia de Colombia, 2024) y también, el país cafetero ha sacado la Hoja de Ruta para el Desarrollo y Aplicación de la Inteligencia Artificial en Colombia, en el cual, se enfoca en amplificar la adopción ética y sostenible de la IA, promoverla en la educación, establecer marcos éticos y legales, y buscar soluciones basadas en IA (Alberto et al., 2024). Estos son avances en donde la región latinoamericana poco a poco alcanzará una mayor introducción de la IA a la sociedad, manejándose siempre para el bien común.
Entonces ¿cuáles son estos desafíos y oportunidades que tiene la región latinoamericana para desarrollar la IA? Si comenzamos con los retos son en infraestructura digital, conectividad insuficiente, ciberseguridad, escaso acceso a capacidad de cómputo, programas de capacitación en IA, bajo desarrollo de patentes relacionadas a la IA, pequeños niveles de inversión privada en IA, poca colaboración científica entre países de la región en investigaciones relacionadas a la IA, habilidades tecnológicas y disruptivas bajas que afectan en el mercado laboral (CENIA, 2023; fAIr LAC, 2020). Así mismo, las oportunidades son el avenimiento del impulso económico, ya que, la IA puede optimizar procesos en la agricultura, la manufactura y los servicios financieros (WEF, 2023b); también el uso de la IA puede ayudar en el diagnóstico de enfermedades y detección temprana de enfermedades (González & Pombo, 2020); entre otras.
Como se analiza, la inteligencia artificial ha dejado de ser una idea futurista para convertirse en una realidad que transforma industrias, economías y sociedades en todo el mundo y sobre la cual, se debe de realizar una implementación y uso responsables y éticos (WEF, 2023a). La región de América Latina no es la excepción, y aunque Latinoamérica enfrenta desafíos significativos, también tiene la oportunidad de aprovechar la IA para impulsar su desarrollo económico y social (Bosch et al., 2018). Un ejemplo es que, la automatización y la analítica avanzada pueden ayudar a las empresas latinoamericanas a innovar y a ofrecer productos y servicios personalizados a sus clientes, lo que puede aumentar su competitividad.
La IA puede ser una herramienta poderosa para mejorar la atención médica en América Latina. A través de la telemedicina, el análisis de datos y la automatización de procesos clínicos, los sistemas de salud pueden volverse más accesibles y eficientes. El uso de la IA en la administración pública podría mejorar la eficiencia de los gobiernos en América Latina, permitiendo una mejor asignación de recursos y una mayor transparencia. Por ejemplo, mediante el análisis de grandes volúmenes de datos, los gobiernos pueden identificar patrones y diseñar políticas más efectivas para combatir la delincuencia y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Por otro lado, en términos de conectividad, aún existe una disparidad significativa en el acceso a la tecnología, especialmente entre las áreas urbanas y rurales. El desarrollo de la inteligencia artificial requiere una fuerza laboral altamente capacitada. La falta de inversión en educación y capacitación en estas áreas podría dificultar la adopción y el desarrollo de la IA en la región. Es crucial que los países de la región desarrollen marcos regulatorios sólidos que protejan los derechos de los ciudadanos y aseguren el uso ético de la IA (CENIA, 2023).
La inestabilidad política y económica que caracteriza a algunos países de América Latina también puede ser un obstáculo para el desarrollo de la inteligencia artificial. La falta de continuidad en las políticas públicas, la corrupción y la incertidumbre económica pueden disuadir la inversión en tecnología e innovación. Además, la falta de colaboración entre los sectores público y privado puede limitar el avance de proyectos de IA a gran escala.
MARIA DEL MAR OVIEDO FACUNDO es Profesional en Administración de Negocios Internacionales por la Universidad de Boyacá, Colombia y Maestra en Integración Económica por la Universidad de Sonora, México. Sus áreas de estudio son en la economía adentrándose en globalización, integración, desarrollo regional, innovación y disrupciones tecnológicas. Actualmente es estudiante de Doctorado en Desarrollo Regional del CIAD en México. Sígala en @MariadelMarOvi2.