Por Yolanda Hernández Medina y Mayetzy González Fraga
Hace unos días se llevaron a cabo las elecciones en Estados Unidos, las cuales mantuvieron en alerta por unas horas al mundo para saber quién sería la nueva o el nuevo presidente de Estados Unidos. Y a pesar de tener 34 cargos de falsificación de registros comerciales, demandas como difamación, fraude civil y constantes discursos en contra de la migración y amenazas proteccionistas a socios comerciales como México, Donald Trump regresó a la Casa Blanca.
Aparte de los discursos políticos es importante mencionar que gran parte de esa victoria se debió al trabajo en conjunto con diversos actores que cada vez han tenido relevancia para las relaciones internacionales, es el caso de Elon Musk, dueño de empresas como Tesla y Space Exploration Technologies, que en gran parte colaboró en la campaña del presidente; asimismo, es importante destacar que Trump desde hace unos años tenía gran actividad en redes sociales, por lo que esta vez no fue la excepción, pero con un nuevo compañero, y diversa propaganda que fue surgiendo como las fotografías del atentado que sufrió hace unos meses lo que lo hicieron proyectarse como un héroe.
Las Elecciones de Estados Unidos se pueden observar desde el constructivismo de las Relaciones Internacionales que comprende las percepciones humanas, las ideas, las identidades y la influencia, que precisamente se utilizó como el soft power (poder blando) para poder ganar a través del prestigio y persuasión sobre las personas. Se ha buscado mantener la ideología estadounidense con la conocida frase “Make America Great Again”, devolver a las personas el “sueño americano” y el nacionalismo de reconocerse como parte de un país hegemón y así poder mantener su estatus, a pesar de las críticas que ha tenido.
Por lo que, es relevante considerar a la publicidad en Social Media, pero, primero hay que destacar que la publicidad y la propaganda han estado presentes desde hace muchos años, no es algo nuevo, sin embargo, en estos tiempos en donde el uso de la tecnología es cada vez más fuerte, es una herramienta con un impacto masivo que tanto Trump como Elon Musk supieron aprovechar para potenciar la simpatía con sus connacionales, llevando temas como el atentado contra Trump a una tendencia global en una de las plataformas más influyentes del mundo digital y de la que, cabe resaltar, Musk también es dueño, y que cuya tendencia resultó ser una oportunidad para llegar a sus seguidores o crearse nuevos y que Trump utilizó durante su campaña.
Si bien “X” es una plataforma que tiene un impacto significativo en la percepción pública y en las dinámicas políticas, económicas y culturales entre los países por el hecho de tener un alcance global, no podemos ignorar lo que representa Musk como dueño de la plataforma, ya que pudo utilizarlo para cambiar las narrativas políticas a través de sus publicaciones y lograr dar una mayor visibilidad para Trump y sus aliados.
La publicidad global es una ciencia de la comunicación que llega a influir en los comportamientos sociales alrededor del mundo a través de medios masivos como el internet y las redes sociales, que no solo beneficia e impulsa a las marcas, sino que también puede ser vista como un poder blando que ayuda a los países a proyectar su cultura, valores y estilo de vida hacia el mundo y ahora, también es una fuerte herramienta política para influir en decisiones tan importantes como las elecciones presidenciales de EEUU.
Con lo anterior se puede observar que la cooperación entre actores internacionales relevantes, que no precisamente son los Estados, para un país como es un empresario de alto renombre y un personaje muy conocido y controversial como Trump que influyen a nivel internacional, puede ser tan fuerte que incluso pueda desestimar a varios artistas y actores de gran popularidad que, usando la cultura como parte del soft power, buscaban influenciar en sus seguidores para salir a votar o mostraron su apoyo a un partido para generar seguidores, no logró el objetivo, porque en en este caso la propaganda y la cooperación tuvieron mayor influencia en los votantes.
Esto hace cuestionarse y analizar qué tan fuerte puede ser el poder blando en la política y no precisamente el constante uso del hard power para conseguir un objetivo, sino que a través de la influencia y la ideología, así como la proyección positiva en internet y en redes sociales con gran alcance mundial puede pasar de tener una imagen negativa a un aumento de popularidad para ser el “elegido”.
Habría que analizar en los próximos años qué sucederá y qué traerá al mundo.
YOLANDA HERNÁNDEZ MEDINA es Maestra en Derecho UNAM, Licenciada en Derecho y Relaciones Internacionales UNAM; profesora en la Licenciatura en Negocios Internacionales del IPN.
MAYETZY GONZÁLEZ FRAGA es estudiante de la Licenciatura en Negocios Internacionales del Instituto Politécnico Nacional.