/ martes 3 de diciembre de 2024

Poliescenarios / La realidad que México tuvo que aceptar con Trump (y lo que falta)

Por Ana Leroy

Es 20 de enero de 2026.

Hoy me toca en este espacio ser oráculo.

Aquí un “corto” de la realidad que está por alcanzar al gobierno de Claudia Sheinbaum un año después de la toma de posesión del segundo mandato de Donald Trump programada para el 20 de enero de 2025.

Deportaciones de Migrantes Ilegales

El Instituto Nacional de Migración (INM) está rebasado. En la garita de San Ysidro, al igual que en otros cruces fronterizos del lado mexicano, se ha exacerbado la carencia de espacios para alojar a los migrantes ilegales que el gobierno de Trump ya ha expulsado hacia México: Más de un cuarto de millón de personas han sido devueltas a suelo mexicano en un año con escasas o nulas posibilidades de volver a pisar suelo estadounidense de forma legal.

El INM con ayuda del ejército mexicano a través del Plan DN-III ha logrado establecer ayuda humanitaria a la población expulsada – una gran mayoría son menores de edad - de forma muy improvisada pero el gobierno mexicano no tiene todavía – como tampoco lo tuvo durante el sexenio pasado - un plan concreto y a largo plazo para la devolución de estos migrantes a sus lugares de origen o asimilación legal a territorio mexicano.

La situación es delicada porque México se encuentra en duras negociaciones con el gobierno estadounidense para evitar la devolución de otro cuarto de millón de personas. México no puede hacer nada más que negociar el número de migrantes devueltos en forma escalonada y por etapas.

Seguridad, Fentanilo y Crimen Organizado

Las justificaciones argumentativas en materia de seguridad ofrecidas en las mañaneras (el partido gobernante va por su 8avo año de mañaneras) siguen sin dar resultados.

Los cuerpos policiales, militares y de seguridad siguen rebasados por el crimen organizado. Los tres ejes trazados por Claudia Sheinbaum en su estrategia de seguridad al principio del sexenio: (i) fortalecimiento de la inteligencia (ii) análisis de datos e identificación de patrones; y (iii) comprensión de zonas de mayor incidencia no se tradujeron en acciones concretas. La estrategia de seguridad es un fracaso a la vista de todos, incluido el lente del vecino del norte, excepto para el gobierno de Sheinbaum.

El patrullaje de la guardia nacional y el ejército en territorio nacional no fue medida disuasoria para los cárteles de la droga y el gobierno no implementó ninguna estrategia efectiva para reducir la violencia o pacificar las “zonas calientes” en territorio nacional. La crisis de seguridad es real, heredada (por la inacción del sexenio anterior) y se acentúa.

El gobierno estadounidense ha designado ya a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas para ampliar su margen de acción contra éstos y está ofreciendo ayuda directa al gobierno de México para perseguirlos y desmantelar laboratorios que fabrican sustancias precursoras del fentanilo con la ayuda de fuerzas especiales. El gobierno mexicano se rehúsa y no da su brazo a torcer. La intromisión de elementos de seguridad estadounidenses para combatir el narco en territorio mexicano no es todavía una realidad aceptable para el gobierno de Sheinbaum pues sería equivalente a admitir que el gobierno mexicano perdió la guerra contra el narcotráfico.

Guerra arancelaria

En materia arancelaria, desde el 20 de enero 2025, Trump impuso a México aranceles que van del 20 al 25 por ciento a una larga lista de productos mexicanos que son esenciales en la cadena de valor automotriz, siderúrgica, eléctrica, maquinaria, aeroespacial y agropecuaria. Los aranceles se hicieron realidad para México con todo y tratado de libre comercio (T-MEC).

De lado mexicano, los exportadores mexicanos están furiosos y presionan a la Secretaría de Economía para que el gobierno mexicano tome acción en materia de seguridad y pueda ofrecer lo que sea como moneda de cambio para la eliminación o reducción de los aranceles. El sector exportador, motor exclusivo de la economía mexicana está por apagarse, a un año de la entrada en vigor de los aranceles.

El gobierno de México escaló la guerra comercial con su propia lista de aranceles punitivos en contra de las importaciones estadounidenses y activó mecanismos de solución de controversias bajo el capítulo 31 del T-MEC y en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por violación a varios principios, incluido el trato de nación más favorecida (NMF).

El daño a las exportaciones mexicanas es mayúsculo – 85% iban a Estados Unidos libres de arancel- y el impacto en la economía mexicana, con crecimiento casi nulo, ha sido desastroso.

De lado estadounidense, los importadores están furiosos y llevan un año negociando exenciones arancelarias y la implementación postergada de los aranceles con el gobierno de Trump para amortiguar el impacto en la cadena de valor estadounidense y el incremento en los precios que ya afectan a los consumidores en EUA.

Las pérdidas son millonarias en ambos lados de la frontera – nadie gana con una guerra arancelaria y mucho menos los consumidores - pero México ha perdido mucho más porque otros socios comerciales clave “han entrado al quite”: Canadá, Vietnam, Alemania, Japón y Corea han empezado a llenar el “vacío” que han dejado las exportaciones mexicanas en el mercado estadounidense: México ya no es el primer socio comercial de Estados Unidos y pierde participación en forma acelerada.

La guerra comercial México-Estados Unidos y la incertidumbre en torno al marco regulatorio y judicial en México han ocasionado una depreciación del peso mexicano y ahora el dólar estadounidense ronda los $23.99 pesos. Algunos exportadores mexicanos empiezan a celebrar el tipo de cambio, que por años estuvo debajo de los 20 pesos.

Es 20 de enero de 2026. La realidad alcanzó al gobierno mexicano.

Y la revisión al T-MEC del 2026 todavía ni si quiera ha empezado. Esto apenas comienza.

ANA LEROY es consultora senior en comercio internacional y disputas México-EUA. Es profesora de asignatura en la Licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, la pueden seguir como @AnaMoralesLero1

Por Ana Leroy

Es 20 de enero de 2026.

Hoy me toca en este espacio ser oráculo.

Aquí un “corto” de la realidad que está por alcanzar al gobierno de Claudia Sheinbaum un año después de la toma de posesión del segundo mandato de Donald Trump programada para el 20 de enero de 2025.

Deportaciones de Migrantes Ilegales

El Instituto Nacional de Migración (INM) está rebasado. En la garita de San Ysidro, al igual que en otros cruces fronterizos del lado mexicano, se ha exacerbado la carencia de espacios para alojar a los migrantes ilegales que el gobierno de Trump ya ha expulsado hacia México: Más de un cuarto de millón de personas han sido devueltas a suelo mexicano en un año con escasas o nulas posibilidades de volver a pisar suelo estadounidense de forma legal.

El INM con ayuda del ejército mexicano a través del Plan DN-III ha logrado establecer ayuda humanitaria a la población expulsada – una gran mayoría son menores de edad - de forma muy improvisada pero el gobierno mexicano no tiene todavía – como tampoco lo tuvo durante el sexenio pasado - un plan concreto y a largo plazo para la devolución de estos migrantes a sus lugares de origen o asimilación legal a territorio mexicano.

La situación es delicada porque México se encuentra en duras negociaciones con el gobierno estadounidense para evitar la devolución de otro cuarto de millón de personas. México no puede hacer nada más que negociar el número de migrantes devueltos en forma escalonada y por etapas.

Seguridad, Fentanilo y Crimen Organizado

Las justificaciones argumentativas en materia de seguridad ofrecidas en las mañaneras (el partido gobernante va por su 8avo año de mañaneras) siguen sin dar resultados.

Los cuerpos policiales, militares y de seguridad siguen rebasados por el crimen organizado. Los tres ejes trazados por Claudia Sheinbaum en su estrategia de seguridad al principio del sexenio: (i) fortalecimiento de la inteligencia (ii) análisis de datos e identificación de patrones; y (iii) comprensión de zonas de mayor incidencia no se tradujeron en acciones concretas. La estrategia de seguridad es un fracaso a la vista de todos, incluido el lente del vecino del norte, excepto para el gobierno de Sheinbaum.

El patrullaje de la guardia nacional y el ejército en territorio nacional no fue medida disuasoria para los cárteles de la droga y el gobierno no implementó ninguna estrategia efectiva para reducir la violencia o pacificar las “zonas calientes” en territorio nacional. La crisis de seguridad es real, heredada (por la inacción del sexenio anterior) y se acentúa.

El gobierno estadounidense ha designado ya a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas para ampliar su margen de acción contra éstos y está ofreciendo ayuda directa al gobierno de México para perseguirlos y desmantelar laboratorios que fabrican sustancias precursoras del fentanilo con la ayuda de fuerzas especiales. El gobierno mexicano se rehúsa y no da su brazo a torcer. La intromisión de elementos de seguridad estadounidenses para combatir el narco en territorio mexicano no es todavía una realidad aceptable para el gobierno de Sheinbaum pues sería equivalente a admitir que el gobierno mexicano perdió la guerra contra el narcotráfico.

Guerra arancelaria

En materia arancelaria, desde el 20 de enero 2025, Trump impuso a México aranceles que van del 20 al 25 por ciento a una larga lista de productos mexicanos que son esenciales en la cadena de valor automotriz, siderúrgica, eléctrica, maquinaria, aeroespacial y agropecuaria. Los aranceles se hicieron realidad para México con todo y tratado de libre comercio (T-MEC).

De lado mexicano, los exportadores mexicanos están furiosos y presionan a la Secretaría de Economía para que el gobierno mexicano tome acción en materia de seguridad y pueda ofrecer lo que sea como moneda de cambio para la eliminación o reducción de los aranceles. El sector exportador, motor exclusivo de la economía mexicana está por apagarse, a un año de la entrada en vigor de los aranceles.

El gobierno de México escaló la guerra comercial con su propia lista de aranceles punitivos en contra de las importaciones estadounidenses y activó mecanismos de solución de controversias bajo el capítulo 31 del T-MEC y en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por violación a varios principios, incluido el trato de nación más favorecida (NMF).

El daño a las exportaciones mexicanas es mayúsculo – 85% iban a Estados Unidos libres de arancel- y el impacto en la economía mexicana, con crecimiento casi nulo, ha sido desastroso.

De lado estadounidense, los importadores están furiosos y llevan un año negociando exenciones arancelarias y la implementación postergada de los aranceles con el gobierno de Trump para amortiguar el impacto en la cadena de valor estadounidense y el incremento en los precios que ya afectan a los consumidores en EUA.

Las pérdidas son millonarias en ambos lados de la frontera – nadie gana con una guerra arancelaria y mucho menos los consumidores - pero México ha perdido mucho más porque otros socios comerciales clave “han entrado al quite”: Canadá, Vietnam, Alemania, Japón y Corea han empezado a llenar el “vacío” que han dejado las exportaciones mexicanas en el mercado estadounidense: México ya no es el primer socio comercial de Estados Unidos y pierde participación en forma acelerada.

La guerra comercial México-Estados Unidos y la incertidumbre en torno al marco regulatorio y judicial en México han ocasionado una depreciación del peso mexicano y ahora el dólar estadounidense ronda los $23.99 pesos. Algunos exportadores mexicanos empiezan a celebrar el tipo de cambio, que por años estuvo debajo de los 20 pesos.

Es 20 de enero de 2026. La realidad alcanzó al gobierno mexicano.

Y la revisión al T-MEC del 2026 todavía ni si quiera ha empezado. Esto apenas comienza.

ANA LEROY es consultora senior en comercio internacional y disputas México-EUA. Es profesora de asignatura en la Licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, la pueden seguir como @AnaMoralesLero1