Por Cuitláhuac Oviedo Puente
La sociedad civil, cuya definición es cambiante y dinámico conforme va pasando el tiempo, y se va adaptando a los diferentes contextos históricos y las relaciones que se tienen entre la sociedad y el Estado, pero se puede definir como el conjunto de organizaciones y personas que defienden intereses comunes de la sociedad y son los que median entre los ciudadanos y el Estado. Por consiguiente, se puede decir que la sociedad civil busca la defensa y perfeccionamiento de la democracia.
La democracia es la elección de los representantes de la sociedad para que ocupen cargos públicos y busquen resolver problemas que se presentan en la comunidad. Lo anterior lo ha mencionado Rousseau en el “Contrato Social” “… todos ceden su libertad a cambio de su utilidad…”, lo que significa que todos cedemos esa libertad para buscar el bien común. Se menciona que ese acto que hace el ciudadano es el acto de soberanía, el cual se lleva a cabo en el momento de emitir el voto, el voto para seleccionar a aquella persona o aquella agrupación que tome las decisiones buscando siempre lo mejor para la sociedad.
Para ello se crearon los partidos políticos, los cuales tienen su origen en la época de la revolución industrial, es decir, derivado del rompimiento del modelo económico feudal y empoderamiento de la clase burguesa, fue necesario la creación de nuevos modos de organización política dentro de las nuevas sociedades industriales. Los partidos políticos surgen de movimientos sociales, como la lucha de las masas y por el sufragio efectivo, que se formalizan en organizaciones que se encuentran dentro de la esfera política y tienen la intención de llegar al poder por medio de la competencia política y las elecciones.
Los partidos políticos tienen como objetivo el proponer programas e ideologías a los ciudadanos, buscan aglutinar y dirigir intereses sociales para fines políticos, así como movilizar, socializar y concientizar a los ciudadanos para alcanzar sus objetivos.
Los partidos políticos tienen responsabilidades ante la sociedad, una de ellas es la educación sobre la democracia a la sociedad, así como transmitir pautas de comportamiento y valores; los derechos humanos, la tolerancia y el derecho al disenso, sin embargo, en la actualidad esa función socializadora de los partidos no se lleva a cabo, derivado de que los medios de comunicación ajenos a los partidos han crecido dejando a un lado los canales de comunicación partidistas. Estos medios de comunicación, como las redes sociales, se están convirtiendo en los canales de difusión de la opinión pública, rebasando así la función de los partidos políticos. Lo anterior provoca una desvinculación de los partidos políticos con las necesidades de la ciudadanía.
Otro de los problemas de los afrontan los partidos políticos, es que anteriormente escogían a los miembros de estas organizaciones políticas con el propósito de impulsar sus carreras políticas, sin embargo, actualmente no se cuentan con procedimientos democráticos internos, lo que provoca que los dirigentes tomen decisiones por encima de los intereses y deseos de las bases, comportándose como grupos cerrados, controlados por camarillas, las cuales buscan obtener y controlar el financiamiento público sin ningún principio o identidad ideológica. Lo anterior provoca que los políticos que no encuentran posición en un partido buscan y son aceptados en otro. Así mismo, derivado que en México no se cuenta con un servicio civil de carrera en el gobierno federal o el mejoramiento del servicio profesional de carrera, los partidos que llegan al poder cubren los puestos con el clientelismo y compadrazgo, afectando así la operatividad de la administración pública, viendo así al Estado como un botín a capturar por los ganadores de las elecciones.
Lo anterior ayuda a concluir que los partidos políticos utilizan a la democracia para alcanzar sus propios intereses y cuando llegan al poder buscan eternizarse en él cubriendo así su ambición, divorciándose de la sociedad.
Como se puede observar, los partidos políticos se enfrentan a una situación que puede provocar su desaparición en forma gradual, a lo largo de este siglo, siendo reemplazados por nuevas estructuras políticas sociales que sean más adecuadas a la realidad económica, social y política actual. Lo anterior puede poner en peligro a la democracia, ya que, si no existen organizaciones como los partidos políticos que organicen y estructuren el proceso democrático, éste dejará de existir.
Los partidos políticos tendrán que renovarse para no desaparecer, y algunas medidas podrán ser la renovación constante de sus élites dirigentes, así como mantener frente a la sociedad una gran transparencia de los estatutos políticos, sus elecciones internas y la cantidad y uso de los recursos, así como hablar del origen de este.
En otras palabras, si se quiere que la democracia continúe en este país, es necesario que los partidos políticos cambien, se actualicen y evolucionen por el bien de México.
CUITLÁHUAC OVIEDO PUENTE es profesor-investigador en el área de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás del Instituto Politécnico Nacional, así como catedrático de la UNITEC. Sígalo en @coviedo51