/ lunes 1 de julio de 2024

Será Biden vs Trump

Por Ana Leroy

Les comentaba la última vez que nos vimos en este espacio que el votante estadounidense ya decidió por quién va a votar. ¿Qué? Como lo escuchan. Sí, el votante promedio sabe desde hace un año por quién va a votar.

Más allá de la edad del presidente demócrata Joe Biden y de los cargos criminales que enfrenta el expresidente Donald Trump, los votantes quieren asegurarse de que sus bolsillos y sus derechos (a la libertad, a poseer armas, a decidir la interrupción del embarazo, etc.) sean salvaguardados.

En el debate del 27 de junio pudimos escuchar las posiciones de los candidatos (que ya conocemos) sobre estos dos temas: economía, derechos reproductores y política exterior.

Si algo proclama la democracia estadounidense es el derecho a la libertad de elección, incluidas las malas elecciones (risa nerviosa). En eso, México ya se parece a su vecino del Norte. También tenemos democracia y en las últimas dos décadas hemos hecho muy malas elecciones (risa doblemente nerviosa). Pero ese es tema para otro artículo.

El debate Biden vs. Trump no cambió las preferencias del electorado. 1000 planas.

La desinformación y amarillismo de los medios estadounidenses– incluso aquellos de “gran renombre” - es brutal. Después del debate presidencial, nos quieren hacer creer que la participación de Biden fue catastrófica y el partido demócrata está en la peor crisis de su historia.

La junta editorial del New York Times y del Wall Street Journal piden a gritos al Presidente Biden que se baje de la contienda y la revista Time alerta al PÁNICO con una portada de color rojo.

En realidad, estamos en una situación de crisis o bien, ¿los medios quieren cambiar la opinión pública para evitar un posible triunfo de Trump? Órale. Otra coincidencia con México (tema para mi siguiente artículo): los medios tienen también sus gallos.

Ni hablar de la postura de los medios con respecto a Donald Trump. Las redes sociales, twitter en particular, se lanzaron en contra del octogenario Presidente en favor Trump sin importar los cargos criminales en su contra y el zafarrancho insurreccionista que armó el 6 de enero de 2021.

Personajes con una agenda política propia como Elon Musk alabaron el debate donde CNN como medio “moderador” tuvo poco reparo en corregir las imprecisiones y mentiras que Donald Trump vociferó en cadena nacional. En pocas palabras CNN desinformó y con eso, se suma a la lista larga de medios estadounidenses que día a día desinforman.

No sé qué fue peor. Escuchar las respuestas llenas de mentiras de Trump o ver a CNN hacerse de la vista gorda en lugar de increpar al expresidente para corregirlo. Tache para CNN. Cero fact-checking. En moderación de debates, mis respetos para México, estuvimos mejor.

Sigamos con los candidatos que tenemos hoy en la contienda. No me quiero desviar del tema.

Trump fue esquivo en el debate. Irredento y grosero. Ya lo conocemos. Lo más grave fue la respuesta que dio cuando se le preguntó si iba a aceptar los resultados de la elección si estos no le favorecen. Trump no dijo que sí y dejó a entrever que eso iba a depender de cómo se dé la elección y si “esta es legal y justa”.

¡Ah, caray! Eso suena más bien a que Trump reconocerá los resultados solamente si gana, aunque sea por un pequeño margen. ¡Lo grave aquí es que esto ya pasó! Trump ya desestimó la elección de 2020 y no reconoció su derrota cuando movilizó a sus seguidores a tomar el Capitolio.

Biden en realidad no estuvo mal. Estuvo como se esperaba que iba a estar! Y lo que parece que a nadie le importa es que, de los dos candidatos, es el único que dice la verdad, tiene una amplia trayectoria y experiencia en hacer política, además del respaldo de una administración pública muy sólida. Biden respeta el marco legal y no se quiere poner por encima de la ley. Pero parece que eso no es una cualidad que le importe a los votantes en Estados Unidos (silencio incómodo).

Eso no quiere decir que Biden esté haciendo todo bien. No me malinterpreten. Hay temas de política exterior e interna donde la administración de Biden está en la lona, empezando por su postura ante la invasión israelí en Gaza. Deplorable.

Comparar a Biden con el vigor joven de Clinton o el carisma y charm de Obama es absurdo.

Pasado el oso del debate (nadie ganó eh?), Biden tiene triple reto: su contrincante, la prensa, y ahora su mismo partido. Ni hablar de los votantes, que la mitad – de acuerdo con las últimas encuestas – ya están con Trump. Les he comentado abiertamente que tengo amigos cercanos, sí, pensantes, y estudiados, de todas las edades, que van a votar por Trump. No se sorprendan.

Estamos a ocho semanas de la Convención Demócrata en donde se nominará al candidato demócrata que va a contender contra Trump. Hay rumores de que los demócratas podrían bajar a Biden de la contienda, pero es poco probable. ¡Más bien parece que los medios y prensa lo quieren bajar!

Un nuevo candidato(a), por más carismático(a) que sea, tardaría mucho en arrancar y convencer al electorado de no votar por Trump. Y menos cuando el electorado ya decidió su voto.

¿Qué sería más honorable para los demócratas? ¿Perder con un novato y echarse la culpa entre ellos de que hubiera sido mejor dejar a Biden? ¿O apostarle con todo a Biden ahora? Yo lo dejaba en el carro de la contienda y metía toda la carne al asador. No vale la pena ahora apostarle a un nuevo candidato.

El título de este artículo no lleva – a propósito- signo de interrogación. Espero no tener que ponerle signo en unos meses. Muchas gracias por leerme.

ANA LEROY es consultora senior en comercio internacional y disputas México-EUA. Es profesora de asignatura en la Licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, la pueden seguir como @AnaMoralesLero1

Por Ana Leroy

Les comentaba la última vez que nos vimos en este espacio que el votante estadounidense ya decidió por quién va a votar. ¿Qué? Como lo escuchan. Sí, el votante promedio sabe desde hace un año por quién va a votar.

Más allá de la edad del presidente demócrata Joe Biden y de los cargos criminales que enfrenta el expresidente Donald Trump, los votantes quieren asegurarse de que sus bolsillos y sus derechos (a la libertad, a poseer armas, a decidir la interrupción del embarazo, etc.) sean salvaguardados.

En el debate del 27 de junio pudimos escuchar las posiciones de los candidatos (que ya conocemos) sobre estos dos temas: economía, derechos reproductores y política exterior.

Si algo proclama la democracia estadounidense es el derecho a la libertad de elección, incluidas las malas elecciones (risa nerviosa). En eso, México ya se parece a su vecino del Norte. También tenemos democracia y en las últimas dos décadas hemos hecho muy malas elecciones (risa doblemente nerviosa). Pero ese es tema para otro artículo.

El debate Biden vs. Trump no cambió las preferencias del electorado. 1000 planas.

La desinformación y amarillismo de los medios estadounidenses– incluso aquellos de “gran renombre” - es brutal. Después del debate presidencial, nos quieren hacer creer que la participación de Biden fue catastrófica y el partido demócrata está en la peor crisis de su historia.

La junta editorial del New York Times y del Wall Street Journal piden a gritos al Presidente Biden que se baje de la contienda y la revista Time alerta al PÁNICO con una portada de color rojo.

En realidad, estamos en una situación de crisis o bien, ¿los medios quieren cambiar la opinión pública para evitar un posible triunfo de Trump? Órale. Otra coincidencia con México (tema para mi siguiente artículo): los medios tienen también sus gallos.

Ni hablar de la postura de los medios con respecto a Donald Trump. Las redes sociales, twitter en particular, se lanzaron en contra del octogenario Presidente en favor Trump sin importar los cargos criminales en su contra y el zafarrancho insurreccionista que armó el 6 de enero de 2021.

Personajes con una agenda política propia como Elon Musk alabaron el debate donde CNN como medio “moderador” tuvo poco reparo en corregir las imprecisiones y mentiras que Donald Trump vociferó en cadena nacional. En pocas palabras CNN desinformó y con eso, se suma a la lista larga de medios estadounidenses que día a día desinforman.

No sé qué fue peor. Escuchar las respuestas llenas de mentiras de Trump o ver a CNN hacerse de la vista gorda en lugar de increpar al expresidente para corregirlo. Tache para CNN. Cero fact-checking. En moderación de debates, mis respetos para México, estuvimos mejor.

Sigamos con los candidatos que tenemos hoy en la contienda. No me quiero desviar del tema.

Trump fue esquivo en el debate. Irredento y grosero. Ya lo conocemos. Lo más grave fue la respuesta que dio cuando se le preguntó si iba a aceptar los resultados de la elección si estos no le favorecen. Trump no dijo que sí y dejó a entrever que eso iba a depender de cómo se dé la elección y si “esta es legal y justa”.

¡Ah, caray! Eso suena más bien a que Trump reconocerá los resultados solamente si gana, aunque sea por un pequeño margen. ¡Lo grave aquí es que esto ya pasó! Trump ya desestimó la elección de 2020 y no reconoció su derrota cuando movilizó a sus seguidores a tomar el Capitolio.

Biden en realidad no estuvo mal. Estuvo como se esperaba que iba a estar! Y lo que parece que a nadie le importa es que, de los dos candidatos, es el único que dice la verdad, tiene una amplia trayectoria y experiencia en hacer política, además del respaldo de una administración pública muy sólida. Biden respeta el marco legal y no se quiere poner por encima de la ley. Pero parece que eso no es una cualidad que le importe a los votantes en Estados Unidos (silencio incómodo).

Eso no quiere decir que Biden esté haciendo todo bien. No me malinterpreten. Hay temas de política exterior e interna donde la administración de Biden está en la lona, empezando por su postura ante la invasión israelí en Gaza. Deplorable.

Comparar a Biden con el vigor joven de Clinton o el carisma y charm de Obama es absurdo.

Pasado el oso del debate (nadie ganó eh?), Biden tiene triple reto: su contrincante, la prensa, y ahora su mismo partido. Ni hablar de los votantes, que la mitad – de acuerdo con las últimas encuestas – ya están con Trump. Les he comentado abiertamente que tengo amigos cercanos, sí, pensantes, y estudiados, de todas las edades, que van a votar por Trump. No se sorprendan.

Estamos a ocho semanas de la Convención Demócrata en donde se nominará al candidato demócrata que va a contender contra Trump. Hay rumores de que los demócratas podrían bajar a Biden de la contienda, pero es poco probable. ¡Más bien parece que los medios y prensa lo quieren bajar!

Un nuevo candidato(a), por más carismático(a) que sea, tardaría mucho en arrancar y convencer al electorado de no votar por Trump. Y menos cuando el electorado ya decidió su voto.

¿Qué sería más honorable para los demócratas? ¿Perder con un novato y echarse la culpa entre ellos de que hubiera sido mejor dejar a Biden? ¿O apostarle con todo a Biden ahora? Yo lo dejaba en el carro de la contienda y metía toda la carne al asador. No vale la pena ahora apostarle a un nuevo candidato.

El título de este artículo no lleva – a propósito- signo de interrogación. Espero no tener que ponerle signo en unos meses. Muchas gracias por leerme.

ANA LEROY es consultora senior en comercio internacional y disputas México-EUA. Es profesora de asignatura en la Licenciatura de Negocios Globales de la Universidad Iberoamericana, la pueden seguir como @AnaMoralesLero1