/ martes 27 de agosto de 2024

Política mundial / Nada por celebrar, mucho por hacer

Ayer inició el ciclo escolar en México y alumnos de todos los niveles educativos se dieron cita para iniciar los trabajos académicos en sus aulas y centros escolares. De hecho, el gobierno mexicano ha anunciado que hay alrededor de 24 millones de estudiantes de educación básica en el país que ingresan a las aulas para continuar sus estudios, sin embargo, me surgen dudas ya que, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), hay 11.7 millones de mexicanos mayores de 15 años que no tienen estudios.

Pero, por si no fuera suficiente, el propio IMCO señala que hay casi 17 millones que apenas tienen primaria, 31 millones que tienen estudios de secundaria, casi 22 millones que han culminado sus estudios de bachillerato y poco más de 14 millones que han terminado una licenciatura. Empero, para quien escribe estas líneas, lo más triste viene cuando existen apenas 1.6 millones de mexicanos que tienen un posgrado, es decir, un 1.2% de nuestra población.

Claro que estas cifras pueden sonar alarmantes en cualquier nación, pero en México, que se supone es referente a nivel regional y que, incluso, destaca por pertenecer a organismos internacionales y formar parte del multilateralismo, la realidad indica que estamos muy lejos de los estándares que marcan los grandes referentes en materia de Desarrollo Humano y educación, como lo son algunas naciones asiáticas, Estados Unidos o los países nórdicos en Europa.

El problema no tiene tanto que ver con lo que otras naciones hacen con respecto a sus métricas, objetivos y estándares internacionales, sino con lo que nuestro gobierno pueda hacer con una generación de ciudadanos que no se encuentran dispuestos a mejorar en su trayectoria académica, pero que tampoco tienen oportunidades claras de desarrollo en sus escuelas y que se ven forzados a olvidar sus estudios porque el gobierno no asegura comida, vestido y estudios en igualdad de condiciones para todos.

Y usted, querido lector, se podría estar preguntando cuál es la importancia de conocer estos datos. Pues, la verdad, es que es muy importante debido a que los modelos educativos forman parte del posicionamiento de nuestra nación con respecto a lo que representamos ante el mundo; aunque todo depende del cristal con que se mire. Me explico.

Los medios de comunicación tradicionales y contrarios a la política de nuestro gobierno enunciarán una serie de elementos que harán titubear a todos ya que, dentro de los parámetros internacionales, México se encuentra en una posición pésima. Sin embargo, si nos comparamos con todos aquellos países que se encuentran fuera del alcance de los organismos internacionales, entonces sí que somos una potencia.

Entonces, ¿existe una relación entre los datos de nuestra falta de preparación académica y lo que reflejamos al mundo como nación? Claro porque, a pesar de que existe un grupo de pensadores que aseguran que no debemos comparamos con naciones que tienen diferentes condiciones y contextos con respecto a México, la verdad es que, si no nos comparamos en materia educativa, si que lo hacemos en materia comercial y política porque nuestra referencia siempre ha sido, desde que abandonamos los acuerdos con Europa allá por el siglo XIX, los Estados Unidos.

Luego entonces, cuando hablamos de desarrollo, tenemos que verificar que cumplamos con los estándares de quienes llevan la batuta en temas internacionales y que se fundamentan en la capacidad de análisis y reflexión que brindan las instituciones educativas. Es decir, necesitamos una mejor mano de obra, una que se encuentre calificada y apta para cubrir las necesidades del mercado, pero también de los empleadores que pertenecen al mercado occidental y que se encuentran por todos lados: Asia, América y Europa.

El gobierno, bajo mi propio criterio, necesita fortalecer el desarrollo de todos aquellos que vemos en la educación un pilar importante para el desarrollo humano. El gobierno, también debe entender y asumir su rol como director de orquesta en un mundo donde México es fundamental para el porvenir de las regiones y de un continente que cada vez más recarga en tierras aztecas los proyectos de nación.

Es por ello que el análisis de esta semana tiene que ver con el reto mayúsculo de nuestro gobierno para poder impulsar a nuestros estudiantes y que las cifras que he presentado al inicio puedan ser abatidas satisfactoriamente en un corto plazo. Mientras, a celebrar trabajando este inicio de ciclo escolar en todos los niveles educativos que no hay nada por celebrar, pero si mucho por hacer.

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor, investigador y analista en temas internacionales y educativos. Asociado COMEXI. Sígalo en x: @fabrecam

Ayer inició el ciclo escolar en México y alumnos de todos los niveles educativos se dieron cita para iniciar los trabajos académicos en sus aulas y centros escolares. De hecho, el gobierno mexicano ha anunciado que hay alrededor de 24 millones de estudiantes de educación básica en el país que ingresan a las aulas para continuar sus estudios, sin embargo, me surgen dudas ya que, de acuerdo a datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), hay 11.7 millones de mexicanos mayores de 15 años que no tienen estudios.

Pero, por si no fuera suficiente, el propio IMCO señala que hay casi 17 millones que apenas tienen primaria, 31 millones que tienen estudios de secundaria, casi 22 millones que han culminado sus estudios de bachillerato y poco más de 14 millones que han terminado una licenciatura. Empero, para quien escribe estas líneas, lo más triste viene cuando existen apenas 1.6 millones de mexicanos que tienen un posgrado, es decir, un 1.2% de nuestra población.

Claro que estas cifras pueden sonar alarmantes en cualquier nación, pero en México, que se supone es referente a nivel regional y que, incluso, destaca por pertenecer a organismos internacionales y formar parte del multilateralismo, la realidad indica que estamos muy lejos de los estándares que marcan los grandes referentes en materia de Desarrollo Humano y educación, como lo son algunas naciones asiáticas, Estados Unidos o los países nórdicos en Europa.

El problema no tiene tanto que ver con lo que otras naciones hacen con respecto a sus métricas, objetivos y estándares internacionales, sino con lo que nuestro gobierno pueda hacer con una generación de ciudadanos que no se encuentran dispuestos a mejorar en su trayectoria académica, pero que tampoco tienen oportunidades claras de desarrollo en sus escuelas y que se ven forzados a olvidar sus estudios porque el gobierno no asegura comida, vestido y estudios en igualdad de condiciones para todos.

Y usted, querido lector, se podría estar preguntando cuál es la importancia de conocer estos datos. Pues, la verdad, es que es muy importante debido a que los modelos educativos forman parte del posicionamiento de nuestra nación con respecto a lo que representamos ante el mundo; aunque todo depende del cristal con que se mire. Me explico.

Los medios de comunicación tradicionales y contrarios a la política de nuestro gobierno enunciarán una serie de elementos que harán titubear a todos ya que, dentro de los parámetros internacionales, México se encuentra en una posición pésima. Sin embargo, si nos comparamos con todos aquellos países que se encuentran fuera del alcance de los organismos internacionales, entonces sí que somos una potencia.

Entonces, ¿existe una relación entre los datos de nuestra falta de preparación académica y lo que reflejamos al mundo como nación? Claro porque, a pesar de que existe un grupo de pensadores que aseguran que no debemos comparamos con naciones que tienen diferentes condiciones y contextos con respecto a México, la verdad es que, si no nos comparamos en materia educativa, si que lo hacemos en materia comercial y política porque nuestra referencia siempre ha sido, desde que abandonamos los acuerdos con Europa allá por el siglo XIX, los Estados Unidos.

Luego entonces, cuando hablamos de desarrollo, tenemos que verificar que cumplamos con los estándares de quienes llevan la batuta en temas internacionales y que se fundamentan en la capacidad de análisis y reflexión que brindan las instituciones educativas. Es decir, necesitamos una mejor mano de obra, una que se encuentre calificada y apta para cubrir las necesidades del mercado, pero también de los empleadores que pertenecen al mercado occidental y que se encuentran por todos lados: Asia, América y Europa.

El gobierno, bajo mi propio criterio, necesita fortalecer el desarrollo de todos aquellos que vemos en la educación un pilar importante para el desarrollo humano. El gobierno, también debe entender y asumir su rol como director de orquesta en un mundo donde México es fundamental para el porvenir de las regiones y de un continente que cada vez más recarga en tierras aztecas los proyectos de nación.

Es por ello que el análisis de esta semana tiene que ver con el reto mayúsculo de nuestro gobierno para poder impulsar a nuestros estudiantes y que las cifras que he presentado al inicio puedan ser abatidas satisfactoriamente en un corto plazo. Mientras, a celebrar trabajando este inicio de ciclo escolar en todos los niveles educativos que no hay nada por celebrar, pero si mucho por hacer.

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor, investigador y analista en temas internacionales y educativos. Asociado COMEXI. Sígalo en x: @fabrecam