/ martes 14 de mayo de 2019

Propuestas para la construcción de paz

Diócesis de Cuernavaca

Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor

Antoine de Saint-Exupéry

Ante al aterrador y amenazador ambiente de violencia que azota a nuestro pueblo de Dios, los esfuerzos de toda la sociedad civil incluyendo el de todas las iglesias, debemos emprender propuestas para reconstruir el tejido social que ha debilitado nuestra paz social. Ya no basta, tan sólo en alzar nuestra voz o en salir a las calles a demandar a nuestras autoridades que pongan un alto a la inseguridad creciente; ahora requerimos poner nuestra inteligencia al servicio de la construcción de una civilización del amor.

Nuestro dolor ya no puede ser retenido en la impotencia de vernos como espectadores de la tragedia, la realidad sufriente de nuestro pueblo nos exige, sin lugar a dudas, una actitud corresponsable de la necesidad que enfrentamos. Estamos ciertos de la oración constante de nuestra iglesia a favor de la paz, pero ahora como institución tendremos que ir planteando propuestas concretas para la paz, hemos de redoblar esfuerzo en nuestros proyectos que ya de por sí realiza nuestra pastoral social, pero nuestra realidad nos obliga a reelaborar programas de intervención y prevención de las violencias, y en un diálogo maduro y plural, poder llegar a acuerdos conjuntos con el estado. Debemos pasar de la exigencia a la propuesta colaborativa con demás instituciones.

Conscientes de la necesidad de paz, desde nuestra mística cristiana hemos de elaborar propuestas concretas para proponerlas como este acto de buena fe de sumarnos a la pacificación nacional, no queremos sólo demandar nuestros derechos sino invitar a nuestros fieles a ejercer sus derechos de ciudadanía participativa ahora más que nunca. Convocamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestra iglesia y de todas la iglesias que podamos plantear propuestas que permitan reorientar el rumbo de nuestro estado respecto a las violencias acontecidas, no de ahora sino de hace ya bastantes décadas, en las que no se ha podido consolidar programas eficaces de intervención y prevención.

El terror nos debe unir y fortalecer, tiene que ser un aguijón espiritual para despertar las consciencias de todos, darnos cuenta de la necesidad del otro como comunidad, como fuerza de un pueblo unido ante la hecatombe de las violencias. No podemos atemorizarnos, es un éxodo complicado, que requiere de una iglesia profética. De la destrucción del terremoto fuimos capaces de levantarnos, también de este siniestro social hemos de salir adelante reconstruyendo nuevas estructuras sociales, es un tiempo de cambios, pero ante todo de cambios de mentalidad, la realidad nos demanda también a nosotros a reelaborarnos de manera distinta para responder con perspicacia a los retos de hoy.

Esto es paradójicamente un momento propicio para proponer reformas a nuestros programas de seguridad, de educación, de salud, de bienestar social, en fin, que desde esta urgente resolución de las violencias podamos ejercer un poder ciudadano que impulse transformaciones sociales a favor de la paz social. Esto implica la creatividad en propuestas concretas para una correcta incidencia social. Que el príncipe de la paz sea nuestra fortaleza y nuestra sabiduría para poder actuar a la altura de las circunstancias.

Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor

Antoine de Saint-Exupéry

Ante al aterrador y amenazador ambiente de violencia que azota a nuestro pueblo de Dios, los esfuerzos de toda la sociedad civil incluyendo el de todas las iglesias, debemos emprender propuestas para reconstruir el tejido social que ha debilitado nuestra paz social. Ya no basta, tan sólo en alzar nuestra voz o en salir a las calles a demandar a nuestras autoridades que pongan un alto a la inseguridad creciente; ahora requerimos poner nuestra inteligencia al servicio de la construcción de una civilización del amor.

Nuestro dolor ya no puede ser retenido en la impotencia de vernos como espectadores de la tragedia, la realidad sufriente de nuestro pueblo nos exige, sin lugar a dudas, una actitud corresponsable de la necesidad que enfrentamos. Estamos ciertos de la oración constante de nuestra iglesia a favor de la paz, pero ahora como institución tendremos que ir planteando propuestas concretas para la paz, hemos de redoblar esfuerzo en nuestros proyectos que ya de por sí realiza nuestra pastoral social, pero nuestra realidad nos obliga a reelaborar programas de intervención y prevención de las violencias, y en un diálogo maduro y plural, poder llegar a acuerdos conjuntos con el estado. Debemos pasar de la exigencia a la propuesta colaborativa con demás instituciones.

Conscientes de la necesidad de paz, desde nuestra mística cristiana hemos de elaborar propuestas concretas para proponerlas como este acto de buena fe de sumarnos a la pacificación nacional, no queremos sólo demandar nuestros derechos sino invitar a nuestros fieles a ejercer sus derechos de ciudadanía participativa ahora más que nunca. Convocamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad de nuestra iglesia y de todas la iglesias que podamos plantear propuestas que permitan reorientar el rumbo de nuestro estado respecto a las violencias acontecidas, no de ahora sino de hace ya bastantes décadas, en las que no se ha podido consolidar programas eficaces de intervención y prevención.

El terror nos debe unir y fortalecer, tiene que ser un aguijón espiritual para despertar las consciencias de todos, darnos cuenta de la necesidad del otro como comunidad, como fuerza de un pueblo unido ante la hecatombe de las violencias. No podemos atemorizarnos, es un éxodo complicado, que requiere de una iglesia profética. De la destrucción del terremoto fuimos capaces de levantarnos, también de este siniestro social hemos de salir adelante reconstruyendo nuevas estructuras sociales, es un tiempo de cambios, pero ante todo de cambios de mentalidad, la realidad nos demanda también a nosotros a reelaborarnos de manera distinta para responder con perspicacia a los retos de hoy.

Esto es paradójicamente un momento propicio para proponer reformas a nuestros programas de seguridad, de educación, de salud, de bienestar social, en fin, que desde esta urgente resolución de las violencias podamos ejercer un poder ciudadano que impulse transformaciones sociales a favor de la paz social. Esto implica la creatividad en propuestas concretas para una correcta incidencia social. Que el príncipe de la paz sea nuestra fortaleza y nuestra sabiduría para poder actuar a la altura de las circunstancias.

Local

Amplían registro para la Pensión del Bienestar de Personas con Discapacidad

Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad en Morelos. Conoce los requisitos, fechas y módulos de atención disponibles. ¡Tienes hasta el 30 de noviembre!

Seguridad

Morelos investiga vínculos entre servidores públicos y crimen organizado

El encargado de seguridad en Morelos, Miguel Ángel Urrutia, asegura que se investigarán posibles vínculos de ediles y funcionarios con el crimen organizado

Local

Tráfico en Cuernavaca: Obras y accidentes generan tráfico intenso

Conoce el estado del tráfico en Cuernavaca: accidentes y obras en Plan de Ayala, Emiliano Zapata y más complican la movilidad

Local

Jueza niega detener a presuntos agresores de María Luisa Villanueva

Una jueza del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) negó la orden de aprehensión contra seis exagentes señalados de torturar a María Luisa Villanueva

Deportes

Clases de natación gratis en la Casa de Cultura Lázaro Cárdenas

Consulta horarios, ubicación y cómo inscribirte. ¡Abierto a mayores de 6 años!

Finanzas

Hay más de 109 mil unidades económicas registradas en Morelos

México cuenta con más de 6 millones de establecimientos, liderados por comercio y servicios