En el reciente informe presidencial vino a agitar un ya de por si turbulento escenario político, propios y extraños, aliados y detractores han reaccionado a lo planteado por el titular del ejecutivo federal, temas tan importantes como la seguridad, la economía, la educación, corrupción y el combate a la desigualdad son de imposible convergencia en la óptica de las distintas corrientes ideológicas existentes en nuestro país, cada quien hablará mirando todo desde el color de su propio cristal, el vaso medio lleno y medio vacío.
El Presidente no abandona su línea discursiva, recurre frecuentemente a marcar distancia con sus antecesores, a decir que él es diferente y que las cosas ya no son como solían ser, para mucha gente incluso para varios periodistas esto ya cae en el hartazgo y la monotonía, sin embargo no se visualiza un cambio en el guión ni ahora ni después. Eso es el origen, la causa de su candidatura sempiterna y de la obtención de la silla, López Obrador seguirá insistiendo en que no es igual y la oposición trabajará en demostrar que si lo es como única estrategia con miras a las próximas elecciones.
Lo más complicado fue el momento para el amasijo político, ideológico y de intereses que se llama “Va por México” definitivamente es hoy, con el Edomex como examen de admisión hacia las elecciones federales, la alianza intenta establecer una cohesión tan complicada como vital, ¿cuántos “muertos” se deben tener en el closet para no poderse desmarcar del líder del tricolor? Ni siquiera el PRI mantiene respaldo para Alejandro Moreno como el PAN y el PRD y eso puede significar una gran factura para ambos partidos, es obvio que el PAN necesita del PRI para ganar la entidad con más votantes en territorio nacional pero ¿eso necesariamente debe incluir a Alito?
Aquel “si nos tocan a uno nos tocan a todos” de Moreno Cárdenas resulta más un pacto de complicidad que de solidaridad, que sea el propio dirigente priista la cara que se ponga en incontables spots hablando de honestidad o incluso de apoyo a periodistas con insólito cinismo resulta unainvoluntariamente cómica estrategia que debe tener muy satisfecho al inquilino de Palacio Nacional quien debe sentir un aprecio oculto hacia “Alito” por tanta ayuda recibida en la difícil y ardua tarea de sepultar al PRI.
Todo lo anterior cubre la antesala para la presentación de las “corcholatas” panistas, Amlo marca la agenda nacional y eso incluye a la oposición, Marko Cortés no ha podido reservar sus barajas ante la cascada de acontecimientos en la carrera hacia la sucesión: Ricardo Anaya, Francisco García Cabeza de Vaca (que si para entonces se encuentran en libertad pudieran ser opción) Maru Campos, Lily Téllez, Mauricio Kuri entre otras “corcholatas” que en una encuesta publicada por Reforma se ubican por debajo en preferencias del comediante y ambientalista Eugenio Derbez.
Hoy el panorama no es claro, las necesidades si, urge una oposición sólida hacia la carrera presidencial, López Obrador esta obstinado en demostrar un respeto a la libertad de expresión y la separación de poderes pero suhostigamiento mediático tanto al Congreso como a la Suprema Corte muestra efectivamente esa separación pero también exhibe la añoranza por un pasado que él mismo critica, el espíritu dictatorial existe y es alimentado por los yerros y la falta de estatura moral de sus adversarios.
La coalición opositora debe volver un poco la vista atrás, revisar para determinar que los mismos rostros no darán resultados distintos, Alejandro Moreno y sus audios, Felipe “el oscuro”, Santiago Creel “el padre del desafuero” y Jesús Zambrano padrino de los Abarca en Iguala parecen sufrir la falta de ideas y de humildad para abrir las puertas a nuevos rostros y buenos proyectos.
Las corcholatas oxidadas que “Va por México” intenta poner en la apuesta no representan un buen presagio, es alarmante para el bloque opositor tener mayor esperanza de éxito en el coqueteo con Ricardo Monreal (excelente operador político) que en alguien salido de sus propias filas.