La Ley de Aguas Nacionales establece que el objeto del IMTA es realizar investigación, desarrollar, adaptar y transferir tecnología,
Prestar servicios tecnológicos y preparar recursos humanos calificados para el manejo, conservación y rehabilitación del agua y su entorno, a fin de contribuir al desarrollo sustentable.
Hace unos días cuestioné en esta columna el anuncio oficial de la desaparición del IMTA, o mas bien, el anuncio de su incorporación a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
En respuesta a mi columna, recibí muchos comentarios apoyando mi posición, pero también recibí muchos otros preguntando quiénes son o qué hacen los investigadores del IMTA. Por eso he decidido dedicar algunas líneas a aclarar ese punto.
Primero que nada quiero resaltar que el IMTA es el principal semillero de recursos humanos calificados para la gestión del agua en todas sus vertientes. Ofrece programas de Maestría y Doctorado en Ingeniería Hidráulica y Ambiental desde 1987, como una extensión de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, además de un Programa propio de Maestrías y Doctorados IMTA con reconocimiento de calidad y becas. Orgullosamente, yo soy uno de los cientos de estudiantes que hemos egresado de esa institución. Y aclaro, para esos que están en contra de la preparación académica y de la lucha por salir adelante, sin esa beca quizá nunca me hubiera sido posible continuar con mis estudios, y también quizá nunca hubiera podido trabajar en el sector hidráulico nacional, estatal y local. También aclaro, nada se te regala, solo logran entrar los que acreditan tener las capacidades suficientes, y solo logran graduarse aquellos que están dispuestos a destinar muchas horas al estudio y a la investigación. No tiene que ver con ser fifís ni conservadores, muchos, como yo, gente humilde con hambre de superación, y con aspiraciones para salir de la ignorancia y de la pobreza.
Hoy el IMTA cuenta con 262 especialistas altamente capacitados en la atención de la problemática prioritaria del sector agua desde diversos ámbitos del conocimiento (ingenierías, ciencias exactas, naturales, sociales y humanidades). La mayoría cuenta con más de 25 años de experiencia y prácticamente todos con al menos un posgrado.
El IMTA cuenta con los mejores laboratorios de hidráulica y de calidad del agua del país y de América Latina, como el Laboratorio de Hidráulica Enzo Levi, considerado el más grande en Latinoamérica y sus Laboratorios de Calidad del Agua, acreditados ante la EMA (la Entidad Mexicana de Acreditación). En esos laboratorios se modelan presas, vertedores, canales de riego, medidores; se prueban alternativas de solución a problemas prácticos de potabilización, tratamiento de aguas residuales, prevención contra inundaciones, socavación, estructuras hidráulicas. Y los ahorros que se logran al probar en un modelo, antes de construir la infraestructura, permiten ahorros de miles de millones de pesos.
También el IMTA cuenta con con un extenso acervo documental y de software en materia hídrica en el Centro de Conocimiento del Agua (CENCA). Ahí pueden encontrar información de todos los subsectores del agua, y con un enfoque integral y multidisciplinario, pues sus recursos humanos e infraestructura cubren un amplio espectro de especialidades en infraestructura hidráulica, de agua potable, drenaje, saneamiento, riego, calidad del agua y ecología, seguridad hídrica y gobernanza del agua.
El IMTA desarrolla, adapta y transfiere tecnología, sus avances son difundidos a través de diversas publicaciones científicas, como la revista especializada, indizada y arbitrada Tecnología y ciencias del agua (TyCA), ampliamente reconocida como una de las mejores publicada en español en el mundo.
El ahorro presupuestal por desaparecer al IMTA sería de apenas el 0.5% del presupuesto destinado al sector medio ambiente en nuestro país, pero el costo de hacerlo será mucho mayor.
Facebook: JuanCarlosValenciaAGUA