/ martes 21 de mayo de 2024

Las Judas Iscariote de la política morelense

José Juan Conejo Pichardo

En el peculiar estilo de la política mexicana, ser "chapulín" se refiere al cambio de partido por parte de diputados o miembros de partidos políticos, generalmente por desacuerdos con líderes parlamentarios o dirigentes.

Actualmente se está viviendo en la política de Morelos el nacimiento de Judas Iscariote de la política, ejemplificado por tres suspirantes a candidatas a diputadas del partido Movimiento Ciudadano (MC), quienes anunciaron que promoverán el “voto útil” a favor de la candidata de la coalición “Dignidad y Seguridad por Morelos Vamos Todos”, Lucy Meza.

En una rueda de prensa reciente, las candidatas a diputadas federales por el segundo distrito, Aleida Navarrete, y del quinto distrito, María Guadalupe Ortega, junto con la candidata a diputada local, Fernanda de la Peña, anunciaron su decisión de no abandonar sus postulaciones, pero sí de promover el voto a favor de la candidata de la oposición. Afirmaron que con esta decisión no traicionan la ideología del partido naranja, sino que promueven el voto al mejor proyecto partidista para Morelos.

¿Traición y deslealtad?, analicemos este tema. La traición dentro de la política mexicana es histórica. Personajes como Antonio López de Santa Anna cambiaba de postura según su conveniencia, ya fuera por desencanto con cierta ideología o porque los partidos lo buscaban.

Recordemos al trio de candidatas que es lealtad; es el sentimiento que nos lleva a cumplir, respetar, proteger y defender los pactos que establecemos. Es una virtud que exige normas de honor y gratitud. Las personas leales son sinceras y honestas consigo mismas y con los demás, capaces de ofrecer soporte con respeto, gratitud y fraternidad. La lealtad significa aceptar las diferencias en bien general con cooperación y fraternidad.

Recordemos la historia de Judas Iscariote, famoso por su falta de lealtad. Por treinta monedas de plata entregó a Jesús de Nazareth, fingiendo lealtad con un beso. Maquiavelo decía que la traición y la deslealtad son actos que no se justifican.

Aquellos que se convierten en Judas Iscariote manipulan las leyes para sus propios fines, haciendo lo legal legaloide, aprovechando los vacios legales, engañando al electorado y dejando un rastro de promesas incumplidas y lealtades rotas. ¿Cómo confiar en alguien que cambia de bandera con tanta facilidad?, ¿se puede creer en aquellos cuyos principios parecen ser tan fluidos?.

Este comportamiento genera desconfianza en los votantes y alimenta el descontento. Pedir el voto para una candidata de otro partido, siendo tú candidato de un partido distinto, oscurece aún más el panorama político de Morelos. Acciones como estas no contribuyen a mejorar un sistema político ya decadente.

Sin lugar a duda, son personas interesadas en sus propios beneficios que en el bienestar del pueblo. ¿Cómo confiar en alguien que sirve a intereses de otro partido y dirigente?. Jesús dijo: "Nadie puede servir a dos señores". La infidelidad, sea en política o en la vida personal es inmoral y justifica la desconfianza.

Más allá del juicio personal, es crucial reflexionar sobre el costo político y mediático de estos cambios. ¿Qué significa esto para los electores?, ¿Qué impacto tiene que una candidata que ganó por una mayoría de votos se lleve esos votos al partido contrario?, ¿Cómo afecta que una candidata, de un día para otro y sin motivación aparente, le coquetee a intereses de otro partido?

José Juan Conejo Pichardo

En el peculiar estilo de la política mexicana, ser "chapulín" se refiere al cambio de partido por parte de diputados o miembros de partidos políticos, generalmente por desacuerdos con líderes parlamentarios o dirigentes.

Actualmente se está viviendo en la política de Morelos el nacimiento de Judas Iscariote de la política, ejemplificado por tres suspirantes a candidatas a diputadas del partido Movimiento Ciudadano (MC), quienes anunciaron que promoverán el “voto útil” a favor de la candidata de la coalición “Dignidad y Seguridad por Morelos Vamos Todos”, Lucy Meza.

En una rueda de prensa reciente, las candidatas a diputadas federales por el segundo distrito, Aleida Navarrete, y del quinto distrito, María Guadalupe Ortega, junto con la candidata a diputada local, Fernanda de la Peña, anunciaron su decisión de no abandonar sus postulaciones, pero sí de promover el voto a favor de la candidata de la oposición. Afirmaron que con esta decisión no traicionan la ideología del partido naranja, sino que promueven el voto al mejor proyecto partidista para Morelos.

¿Traición y deslealtad?, analicemos este tema. La traición dentro de la política mexicana es histórica. Personajes como Antonio López de Santa Anna cambiaba de postura según su conveniencia, ya fuera por desencanto con cierta ideología o porque los partidos lo buscaban.

Recordemos al trio de candidatas que es lealtad; es el sentimiento que nos lleva a cumplir, respetar, proteger y defender los pactos que establecemos. Es una virtud que exige normas de honor y gratitud. Las personas leales son sinceras y honestas consigo mismas y con los demás, capaces de ofrecer soporte con respeto, gratitud y fraternidad. La lealtad significa aceptar las diferencias en bien general con cooperación y fraternidad.

Recordemos la historia de Judas Iscariote, famoso por su falta de lealtad. Por treinta monedas de plata entregó a Jesús de Nazareth, fingiendo lealtad con un beso. Maquiavelo decía que la traición y la deslealtad son actos que no se justifican.

Aquellos que se convierten en Judas Iscariote manipulan las leyes para sus propios fines, haciendo lo legal legaloide, aprovechando los vacios legales, engañando al electorado y dejando un rastro de promesas incumplidas y lealtades rotas. ¿Cómo confiar en alguien que cambia de bandera con tanta facilidad?, ¿se puede creer en aquellos cuyos principios parecen ser tan fluidos?.

Este comportamiento genera desconfianza en los votantes y alimenta el descontento. Pedir el voto para una candidata de otro partido, siendo tú candidato de un partido distinto, oscurece aún más el panorama político de Morelos. Acciones como estas no contribuyen a mejorar un sistema político ya decadente.

Sin lugar a duda, son personas interesadas en sus propios beneficios que en el bienestar del pueblo. ¿Cómo confiar en alguien que sirve a intereses de otro partido y dirigente?. Jesús dijo: "Nadie puede servir a dos señores". La infidelidad, sea en política o en la vida personal es inmoral y justifica la desconfianza.

Más allá del juicio personal, es crucial reflexionar sobre el costo político y mediático de estos cambios. ¿Qué significa esto para los electores?, ¿Qué impacto tiene que una candidata que ganó por una mayoría de votos se lleve esos votos al partido contrario?, ¿Cómo afecta que una candidata, de un día para otro y sin motivación aparente, le coquetee a intereses de otro partido?