/ lunes 5 de diciembre de 2022

Reivindicando a plutón | Un país de maíz

México es un país de maíz. Cada mexicano consume en promedio 90 kilos de tortilla al año además de una enorme variedad de otros alimentos preparados con maíz nixtamalizado como tamales, sopes y quesadillas. También se consume masivamente maíz en otros alimentos como pozole, cereales para desayuno, frituras, palomitas y pan.

El maíz no solo es parte de nuestra gastronomía, es parte de nuestra cultura. Por eso, todos los gobiernos, desde los olmecas hasta la fecha, han tenido especial cuidado en que el abasto de esta alimento sea suficiente para sus gobernados. El gobierno actual no es la excepción en esa preocupación aunque su estrategia podría no ser la correcta.

Primero los datos. De acuerdo con el Consejo Consultor de Mercados Agrícolas, en México el rendimiento promedio para el cultivo de maíz es de 3.8 ton/ha, el mismo dato que para Morelos. Estados con altos niveles de tecnificación como Sinaloa alcanzan rendimientos de 11 ton/ha, pero en el otro extremo tenemos estados con producción tradicional como Oaxaca con solamente 2 ton/ha.

Aquí es conveniente distinguir entre maíz blanco que se destina en su totalidad a consumo humano y maíz amarillo, cuyo principal destino es la alimentación animal, como insumo para la industria, y solamente el 3% para consumo humano.

Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural SADER indican que México es autosuficiente en la producción de maíz blanco, de hecho, exportamos alrededor de un millón de toneladas al año. Es en maíz amarillo donde se presenta un déficit por 18 millones de toneladas necesarios para cubrir la demanda total de 45 millones de toneladas al año.

Nuestro principal proveedor es Estados Unidos y su producto es derivado de la utilización de variedades transgénicas. Un transgénico es un subgrupo de los Organismos Genéticamente Modificados OGM, que mediante técnicas de genética molecular ha sufrido alteraciones sobre diseño de su material genético de forma que se acelera el proceso de evolución natural hacia características deseadas.

Existen actualmente múltiples ejemplos de OGM: células humanas que producen vacunas, antivenenos o insulina en cultivo, también bacterias, levaduras y hongos que producen moléculas pequeñas indispensables para la industria como aromas, colorantes, azúcares, alcoholes, bioplásticos y vitaminas. En el caso de plantas para cultivo, se han modificado características como el color, rendimiento, consistencia, durabilidad en anaquel, resistencia a insectos o contenido de nutrientes.

Como caso de éxito tenemos el arroz dorado, una variedad modificada genéticamente que se cultiva masivamente en Asia desde el año 2000 y que contiene niveles más altos de vitamina A, con lo que se reduce el riesgo de ceguera para más de 250 millones de personas. En África, el desarrollo se orientó hacia la yuca y el plátano, sus alimentos más consumidos, y para Ámerica hacia la papa y el maíz, sobre el cual se está trabajando en una variedad que no solamente contenga Vitamina A sino también Vitamina C y ácido fólico, un compuesto necesario para el correcto desarrollo del feto.

El Gobierno de México emitió recientemente un decreto prohibiendo la importación de maíz transgénico la cual no solamente afectará la balanza comercial con Estados Unidos, abriendo un frente más al conflicto con ese país, sino que generará una merma importante a la economía nacional.

México depende del maíz americano para la producción de 40 millones de toneladas anuales de alimento balanceado para animales, así como para otras industrias como la refresquera, la de alimentos procesados para humanos, la de caramelos, la de plásticos biodegradables, la panadera, y un largo etcétera. La escasez de insumos tendrá un impacto en el precio de la tortilla, el pollo, la carne de res y cerdo y otros productos procesados, detonando la inflación y profundizando la pobreza alimentaria.

No hay ninguna evidencia científica que el consumo humano de OGM afecte la salud, tampoco ha quedado demostrado de forma contundente que afecta la diversidad natural de maíz. La reciente conversación del presidente con el secretario de Agricultura de Estados Unidos tuvo como acuerdo que la COFEPRIS junto con la FDA determinen si existe riesgo en el consumo humano de este producto. Partido que, podemos adelantar, quedará 1-0 a favor de Estados Unidos.

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