/ jueves 18 de julio de 2024

El epítome del MAGA

Donald Trump es el siguiente presidente de los Estados Unidos de América. No tengo duda alguna. No solamente compite contra un candidato testarudo, viejo, con la carga de cuatro años de un gobierno difícil y sin equipo que lo respalde. También intentaron quebrarlo, meterlo a la cárcel y desprestigiarlo con campañas carísimas durante esos mismos cuatro años. Si eso no fue suficiente, la semana pasada intentaron matarlo.

No sé si haya sido planeado. No me sorprendería, así como lo hicieron con Kennedy o incluso en México con Colosio. Si algo nos ha enseñado la historia es que, si quieren matar a un hombre poderoso, se puede. Si quieren fabricar un intento de asesinato, también se puede. El milagro no es que Trump sobreviviera, el milagro es que un ciudadano cualquiera con un rifle haya podido colarse al techo desde donde el Servicio Secreto coordinaba al equipo de seguridad y hacer su tiro con calma. El disparo que mató a Kennedy era infinitamente más complejo y dio al blanco. Aquí un ligero movimiento de cabeza lo salvó. Quien diría.

No le deseo la muerte a nadie. Eso es políticamente incorrecto y moralmente deploraba. Simplemente soy crudo al momento de relatar lo que sucedió. Soy crudo porque este mundo me ha hecho así. Me molesta la hipocresía de quien se vuelca a los sentimientos con este atentado contra Trump, pero es indiferente con lo que está pasándole a civiles en Ucrania, Rusia, Palestina o Israel. Me molesta la hipocresía de quienes tratan de reclutarnos a uno de los bandos en esas guerras por poder y territorio, pero son indiferentes a las crueles muertes en países como el nuestro a manos de la pobreza. Me molesta los que usan el ejemplo de esas personas tratando de buscar mejores vidas, para cerrar fronteras y ser indiferentes al sufrimiento de millones de moribundos desplazados por cambio climático, guerra, pobreza, o simplemente la mala suerte de nacer en un lugar que no tiene buen código postal.

Estoy viendo la convención de los Republicanos en EUA, en donde uno por uno han pasado figuras políticas de los gringos a hablar de lo magnifico, magnánimo, majestuoso que es Donald Trump, y lo desgraciado que es Joe Biden. Personas inteligentes que escogen ignorar una realidad cruda para pintar un sueño americano que dicen se puede lograr por arte de magia, con un movimiento de muñeca que vote por Trump. Le achacan a Biden problemas complejos culpa de causas multifactoriales ancestrales y dicen Trump lo resolverá. Es el modus operandi del discurso político en todo el mundo y toda la historia.

Aborrezco a Donald Trump, pero tengo que reconocerle el talento para erosionar el espectro político americano. Se ve mucho más atractivo que Biden, Joe ya muy lejos de esos choques de puño casuales con Obama que lo hacían verse cool.

Hombres como Trump y AMLO están siendo dominantes en un mundo controlado por la comunicación. Las redes sociales han hecho todavía más fácil de lo que era con la Televisión controlar a las masas. Lo que está pasando hoy alrededor de Trump es impresionante, y atrás de ello hay despachos y agencias cobrando cantidades enormes de dinero. Esa imagen de él levantando el puño en señal de victoria, ¡gritando “Fight!” con el Servicio Secreto cubriéndolo y la bandera de USA de fondo vale millones. Vale una elección y, de hecho, es la cereza en el pastel de esta. Se está esparciendo por el mundo como si fuera la foto de los soldados con la bandera en Iwo Jima pero diez veces más rápido. Resume lo que ha sido el movimiento de “Make America Great Again”, lo refresca y lo impulsa hacia el futuro. Que equivocados estábamos los que pensábamos en el 2020 que el reinado de Trump había terminado.

Así como los comics crean a superhéroes para generaciones. En las campañas como esta de la que hablamos, se crean políticos para generaciones. Trump, por más que duela decirlo, ya es la figura de una etapa de la historia de USA, así como Obama lo fue hace una década, y si los demócratas no se inventan un retador, esto va a ser un monopolio político largo.

Donald Trump es el siguiente presidente de los Estados Unidos de América. No tengo duda alguna. No solamente compite contra un candidato testarudo, viejo, con la carga de cuatro años de un gobierno difícil y sin equipo que lo respalde. También intentaron quebrarlo, meterlo a la cárcel y desprestigiarlo con campañas carísimas durante esos mismos cuatro años. Si eso no fue suficiente, la semana pasada intentaron matarlo.

No sé si haya sido planeado. No me sorprendería, así como lo hicieron con Kennedy o incluso en México con Colosio. Si algo nos ha enseñado la historia es que, si quieren matar a un hombre poderoso, se puede. Si quieren fabricar un intento de asesinato, también se puede. El milagro no es que Trump sobreviviera, el milagro es que un ciudadano cualquiera con un rifle haya podido colarse al techo desde donde el Servicio Secreto coordinaba al equipo de seguridad y hacer su tiro con calma. El disparo que mató a Kennedy era infinitamente más complejo y dio al blanco. Aquí un ligero movimiento de cabeza lo salvó. Quien diría.

No le deseo la muerte a nadie. Eso es políticamente incorrecto y moralmente deploraba. Simplemente soy crudo al momento de relatar lo que sucedió. Soy crudo porque este mundo me ha hecho así. Me molesta la hipocresía de quien se vuelca a los sentimientos con este atentado contra Trump, pero es indiferente con lo que está pasándole a civiles en Ucrania, Rusia, Palestina o Israel. Me molesta la hipocresía de quienes tratan de reclutarnos a uno de los bandos en esas guerras por poder y territorio, pero son indiferentes a las crueles muertes en países como el nuestro a manos de la pobreza. Me molesta los que usan el ejemplo de esas personas tratando de buscar mejores vidas, para cerrar fronteras y ser indiferentes al sufrimiento de millones de moribundos desplazados por cambio climático, guerra, pobreza, o simplemente la mala suerte de nacer en un lugar que no tiene buen código postal.

Estoy viendo la convención de los Republicanos en EUA, en donde uno por uno han pasado figuras políticas de los gringos a hablar de lo magnifico, magnánimo, majestuoso que es Donald Trump, y lo desgraciado que es Joe Biden. Personas inteligentes que escogen ignorar una realidad cruda para pintar un sueño americano que dicen se puede lograr por arte de magia, con un movimiento de muñeca que vote por Trump. Le achacan a Biden problemas complejos culpa de causas multifactoriales ancestrales y dicen Trump lo resolverá. Es el modus operandi del discurso político en todo el mundo y toda la historia.

Aborrezco a Donald Trump, pero tengo que reconocerle el talento para erosionar el espectro político americano. Se ve mucho más atractivo que Biden, Joe ya muy lejos de esos choques de puño casuales con Obama que lo hacían verse cool.

Hombres como Trump y AMLO están siendo dominantes en un mundo controlado por la comunicación. Las redes sociales han hecho todavía más fácil de lo que era con la Televisión controlar a las masas. Lo que está pasando hoy alrededor de Trump es impresionante, y atrás de ello hay despachos y agencias cobrando cantidades enormes de dinero. Esa imagen de él levantando el puño en señal de victoria, ¡gritando “Fight!” con el Servicio Secreto cubriéndolo y la bandera de USA de fondo vale millones. Vale una elección y, de hecho, es la cereza en el pastel de esta. Se está esparciendo por el mundo como si fuera la foto de los soldados con la bandera en Iwo Jima pero diez veces más rápido. Resume lo que ha sido el movimiento de “Make America Great Again”, lo refresca y lo impulsa hacia el futuro. Que equivocados estábamos los que pensábamos en el 2020 que el reinado de Trump había terminado.

Así como los comics crean a superhéroes para generaciones. En las campañas como esta de la que hablamos, se crean políticos para generaciones. Trump, por más que duela decirlo, ya es la figura de una etapa de la historia de USA, así como Obama lo fue hace una década, y si los demócratas no se inventan un retador, esto va a ser un monopolio político largo.