El tiempo nos dio la razón. Desde el año pasado, reiteré mi exigencia que se investigara a Gerardo Ruiz Esparza, ex titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por actos de corrupción que se evidenciaron con la construcción del Paso Exprés de Cuernavaca, de tan mala calidad, que provocó un hundimiento, un socavón donde perdieron la vida dos personas.
Por las omisiones en las que incurrieron, tanto Ruiz Esparza, como el ahora ex delegado de la SCT, José Luis Alarcón Ezeta, en junio de 2017, presenté una denuncia ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR), la que se complementó con un Punto de Acuerdo que promoví cuando fui diputada federal.
Pero veamos. Este señor no sólo está señalado como uno de los funcionarios más corruptos de la administración federal pasada, sino la que encabezó también Enrique Peña Nieto como gobernador del estado de México, donde firmas como Grupo Higa, OHL, ALDESA y Odebrecht, están ligadas por la corrupción al ex presidente de la república y a Ruiz Esparza.
Lo que señalo aquí es producto de un cúmulo de acusaciones en su contra y que están documentadas en diversos trabajos periodísticos que ahora, de una u otra manera, se estarían confirmando con las declaraciones del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Santiago Nieto, quien detalló en días pasados que “se está estado trabajando con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes respecto a casos de corrupción de la anterior administración con OHL”.
El 1 de junio de 2018, la denuncia que presenté fue en base a las acusaciones de vecinos de aquella zona que durante varios meses observaron fallas, por lo que precisé que la querella que presentaba podría ser constitutiva de delitos por ejercicio ilícito del servicio público, uso indebido de atribuciones y lo que pudiera derivar.
El Paso Exprés de Cuernavaca es uno de los muchos símbolos de la corrupción del gobierno de Enrique Peña Nieto, quien tuvo en Ruiz Esparza al funcionario emblemático que se dedicó hacer el trabajo sucio que seguramente le permitió a él enriquecerse, a su jefe y, seguramente, a muchos más.
Llama la atención lo dicho por de Santiago Nieto quien destacó que, con la Secretaría de la Función Pública, han detectado no sólo irregularidades en la administración del ex titular de la SCT, sino que, incluso, están trabajando en “una vertiente importante que tiene que ver con el narcotráfico”.
En octubre del 2018, cuando compareció ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado, el entonces funcionario peñista evadió los cuestionamientos sobre las múltiples obras con sobrecostos o sin terminar durante su gestión como titular de la SCT, por ejemplo, el Tren México-Toluca, el tren México-Querétaro que fue cancelado. Aquel día se desentendió de las acusaciones de corrupción en su contra.
En particular cuando se le preguntó sobre recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre su responsabilidad en el accidente del socavón del Paso Exprés, Ruiz Esparza no tuvo vergüenza en afirmar que el socavón se produjo “por culpa de la basura” pero, producto de una auditoría, se detectaron “irregularidades en los procedimientos de licitación y adjudicación, trabajos ejecutados sin comprobación documental, incumplimiento del programa de obra convenido, pagos en exceso, inadecuada planeación y programación de la obra y una supervisión inadecuada de la construcción y calidad de los materiales”.
El portal “Sinembargo” documentó, tan solo, cinco denuncias en su contra que se presentaron ante la FGR: “Compra a sobre precio de 20 millones de dólares del Sistema de Barrera Móvil con cargo al circuito Exterior Mexiquense en 2009 a una empresa relacionada con el compadre de Enrique Peña Nieto.
El envío a la subsidiaria de OHL-México de 1,4 millones de euros a Suiza para financiar una campaña electoral en España (noviembre 2018); así también la autorización de la ampliación a 30 años de la concesión de la carretera Amozoc-Perote en favor de OHL, pese a los retrasos que había en la obra. Lo mismo que la utopista Atizapán-Atlacomulco que a pesar de no estar terminada se le pagó por adelantado, sí, a OHL.
Igual está señalado de haber financiado la campaña del actual gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo, a través del envío de 3 mil 600 millones de pesos de la SCT al gobierno que en ese momento encabezaba el actual Senador, Eruviel Ávila.
Como afirma dicho portal, “el denominador común” de Ruiz Esparza es el de la corrupción. En aquella comparecencia, evidentemente, negó todo tipo de acusación en su contra, pero no contaba que estaba involucrado en audios con directivos de OHL en los que “les daba información confidencial para favorecer a esta firma”, su grupo consentido. De esto presentó la denuncia correspondiente ante la FGR el Senador independiente Emilio Álvarez Icaza.
En Morelos la obra del Paso Exprés costó más de 2 mil 200 millones de pesos. A esta, como todas las obras en donde estuvo metida la mano de Gerardo Ruiz Esparza, se le debe de dar seguimiento, investigar a fondo. La 4T no podrá ser lo que nos hemos propuesto, si se deja sin responsabilidad alguna, sin purgar condena a quienes se quedaron con los recursos de la nación, los dineros de las y los mexicanos.
La población de Morelos como seguramente en todo el país, estamos seguros se habrá de hacerse justicia, no sólo por aquel socavón, sino por el cúmulo de señalamientos por corrupción en contra de quien, sin lugar a duda, representa el símbolo de la corrupción en México.