Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, acudió a la última reunión del Movimiento de Regeneración Nacional, y ahí advirtió que va a extrañar a quienes continuaran con la construcción de esa organización política, a partir del primero de diciembre, cuando será el presidente legal y legítimo de los 120 millones de habitantes del país, porque así lo decidieron más de 30 millones de votos que apoyaron a “Juntos Haremos Historia”, integrada además por el PT y el PES; visita Morelos para agradecer el apoyo de los casi 700 mil electores que integraron el 66 por ciento de los sufragios emitidos en su favor y se compromete a impulsar el desarrollo y la elevación en la calidad de vida de los casi dos millones de habitantes de la entidad.
Las elecciones concurrentes generaron un problema: la centralización de las candidaturas en torno a la presidencial. En Morelos se registró a un militante del Partido Encuentro Social, Cuauhtémoc Blanco, por acuerdo entre las dirigencias nacionales de la coalición, pero no fueron consultadas las bases militantes de ninguna de las tres organizaciones. Por ese acuerdo se entregó el triunfo al PES y, en su toma de protesta, el mandatario estatal reconoció el apoyo de sus correligionarios y agradeció la colaboración de las otras fuerzas.
La reunión de agradecimiento a quienes votaron por esa amorfa propuesta, será el último acto político en el que se reúnan López Obrador (electo) y Cuauhtémoc Blanco (en funciones).
Las próximas serán de carácter administrativo y serán acuerdos entre el presidente y el gobernador; ambos legítimamente estarán impedidos para tratar temas de partidos, proselitismo y militancia, aunque pertenecen a organizaciones diferentes, y en la elección de 2021 cada uno deberá garantizar en su ámbito de competencia la realización pacífica del proceso electoral, en el que no podrán construir alianzas porque el PES perdió su registro nacional y, hoy, ilegalmente, tiene bancada en el Congreso de la Unión.
La distancia entre los partidos de la coalición en Morelos la describió la diputada por Morena, Alejandra Flores, al dar a conocer la opinión de su bancada en el congreso sobre los nombramientos del gabinete, fue contundente, nada que viole la legalidad; la opinión de la legisladora del PT, Tania Valentina, similar a la de la priista Rosalina Mazarí, de apoyar el proyecto del gobernador, confirma que los representantes populares continuarán la tradición legislativa de olvidar la opinión de los habitantes de sus distritos y, en el caso de los plurinominales, de sus partidos, y participarán en el Congreso a título personal, ajenos a los objetivos de sus organizaciones, hasta que se inicie el proceso de selección de candidatos para la siguiente contienda.
Jorge Carrillo, Sergio Estrada, Marco Antonio Adame y Graco Ramírez enfrentaron problemas sociales por gobernar sin construir una relación respetuosa con el partido que los llevó al poder; Lauro Ortega y Antonio Riva Palacio López gobernaron con, por y para sus partidos.
Morelos inicia un proceso donde la mayoría de los votos que recibió el gobernador fueron a través de Morena, y la suma del PT y PES no aporta más del 10 por ciento del total cada uno.
Cuauhtémoc decidió permanecer en el partido que menor simpatía despertó y la actitud de los representantes populares locales y federales está vinculada a las instrucciones que reciben de las organizaciones en que militan. Terminaron las consultas a la sociedad.
Las decisiones democráticas atienden consensos. El Presidente pregunta a todos que opinan de la construcción de aeropuerto más grande para el país; por decisión propia, el interino jefe de Gobierno de la Ciudad de México retiró placas conmemorativas, porque recordaban a Gustavo Díaz Ordaz y porque según él se cerró el ciclo del autoritarismo.
Morelos tiene una oportunidad única para consolidar su independencia política.
La gobernabilidad deseable son acuerdos entre los diferentes poderes, incluido el poder ciudadano.