Si, como dice el presidente López Obrador, la termoeléctrica de Huexca empieza a operar en diciembre, podría frenarse por fin la pérdida que, a razón de 4 mil millones de pesos anuales, sufre el Estado mexicano por la imposibilidad de generar una gran cantidad de energía a un costo mucho menor que el actual. Morelos se convertiría, no en una gran potencia energética pero dejaría de importar energía y podría generar para cubrir incluso las necesidades de otras entidades.
Antes de pronunciarse a favor del proyecto de la termoeléctrica, el precandidato Andrés Manuel López Obrador arengó a los grupos que se oponían al proyecto advirtiendo que se tendría que cancelar si él llegaba al poder, Ya como presidente, seguramente López Obrador se dio un tiempo para revisar los números: los cinco años ya de freno al proyecto por parte de grupos de ejidatarios que consideran les afectará, han costado 20 mil millones de pesos más o menos de gastos extra en la generación de energía además se han dejado de generar centenares de empleos en el estado,
Probablemente innecesario, el anticipado anuncio de inicio de operaciones de la termoeléctrica, a casi tres meses de que ello ocurra, alertó nuevamente a los opositores el proyecto que amenazan con radicalizarse en las semanas siguientes para lograr su objetivo final, la cancelación definitiva de uno de los proyectos más prometedores para el desarrollo de Morelos. Hasta ahora, los estudios de impacto y mitigación ambiental resultan favorables a la operación de la planta. En resumen “la Central de Ciclo Combinado Huexca requiere agua para su funcionamiento, en el estudio de factibilidad se decidió no utilizar agua del río Cuautla sino agua residual tratada de la planta de tratamiento de la ciudad. Eso evitaría una afectación a los agricultores y por eso se construyó un acueducto de 13 kilómetros de longitud, del cual no se ha logrado concluir con los últimos 300 metros”, asegura Juan Carlos Valencia, uno de los más connotados expertos en agua del país. La afectación será mínima, entonces y podría ser aún menor con la construcción de más drenajes y con la construcción de obra hidráulica en Cuautla y su río que serían posibles con el aporte de más de 30 millones de pesos al año hará la termoeléctrica al sistema operador de agua de Cuautla y a la asociación de usuarios del Río Cuautla. Sin embargo, la oposición sigue porque aparentemente en Morelos hay grupos que ganan mucho poniendo obstáculos al desarrollo.
En los próximos meses la crisis económica que las medidas para frenar al Covid-19, combinadas con las políticas de austeridad mal entendida del gobierno federal, pondrán a todo Morelos en situación de quiebra generalizada. La entrada en operación de la termoeléctrica de Huexca, el inicio de operaciones del proyecto minero en Tetlama, el inicio de la construcción del Ferrosur, y la concreción de proyectos de infraestructura como el fortalecimiento del aeropuerto Mariano Matamoros, centrales de autobuses, distribuidores viales y otras, se vuelven indispensables para paliar los daños a la economía local: son decisiones lógicas.
@martinellito
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