/ miércoles 26 de junio de 2024

El nuevo gabinete presidencial recupera la confianza del mercado

Apenas conocido el gran triunfo de la izquierda en las elecciones del 2 de junio –donde la población entregó a las fuerzas progresistas la mayoría calificada del Congreso—se desató una ola internacional de especulación contra el peso que generó notables pérdidas para la moneda mexicana, la cual llegó a cotizarse hasta en 19 pesos por dólar.

Entre los hogares de la clase media-alta corría la versión tropicalizada del fantasma del comunismo, que rondaba por los barrios elegantes con sus pavorosas consignas (“te van a quitar tu casa y tu coche”) de mucho impacto, alimentada por el “inminente peligro” de la desaparición de la SCJN y la caída de Norma Piña, quien en ese momento de nerviosismo y fantasía figuraba como la única funcionaria “civilizada” que aún mantenía cierto poder para mantener a raya a los “conspiradores castro-chavistas”, que pretendían desmantelar el aparato judicial y permitir los atracos de la plebe contra los “hogares decentes”.

Los prianistas primero crearon el fantasma y luego se espantaron con el cuento. Los especuladores de nivel mundial –no necesariamente mexicanos-- proseguían su ataque contra el peso, en un momento que trajo a la memoria algunas escenas del “efecto tequila” del gobierno de Zedillo, hace 30 años, en medio de una ola de pánico. En ese tiempo, el gobierno de Bill Clinton contuvo el desplome del peso mexicano con un préstamo de 50 mil millones de dólares, con cargo a la factura de Pemex.

Con el fin de serenar los ánimos, la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum informó que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, permanecería en el cargo durante su gestión. Más adelante, el Banco de México –con sus arcas repletas con más de 210 mil millones de dólares—informó que, en caso de ser necesario, intervendría en el mercado para recuperar la estabilidad. Esto significaba que el órgano central de control financiero del país pondría a disposición del público –como lo ha hecho en ocasiones anteriores—miles de millones de dólares para mantener la estabilidad cambiaria.

Pero la medida que dio la estocada a la ola de especulación fue el anuncio del nuevo gabinete presidencial, donde aparecen varias figuras que han sido reconocidas en diversos niveles como funcionarios profesionales, serios y expertos en el manejo de los asuntos a su encargo. El más notorio de ellos, Marcelo Ebrard, fue nombrado secretario de economía del futuro gobierno, y por lo mismo responsable mexicano de las renegociaciones del T-MEC a partir del próximo 2016.

El nombramiento del doctor Juan Ramón de la Fuente como nuevo canciller mexicano significa no solo la continuidad de la policía exterior mexicana, sino una jugada compleja en el tablero nacional. El nuevo canciller ha sido embajador de México en la ONU, y también rector de la UNAM. El nuevo secretario conserva amplias relaciones con la comunidad universitaria, lo que hace posible un acercamiento con ese sector, muy distante de las políticas aplicadas por el gobierno de AMLO.

Otro de los nombramientos importantes es el de Rosaura Ruiz Gutiérrez al frente de una nueva secretaría, relacionada con la ciencia y la investigación científica. Hay que tomar en cuenta que el Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) aplicó políticas restrictivas en relación con sectores del área de investigación. Los científicos siempre tuvieron una relación tensa con el gobierno de AMLO. Es posible que, en la nueva etapa, se incorporen a la transformación del país amplios sectores de esta comunidad, de por sí muy cercana al desempeño profesional de la propia presidenta Claudia Sheinbaum.

La actual secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, pasará a dirigir la secretaría del Medio Ambiente (Semarnat) en el próximo gobierno. Bárcena es ampliamente conocida en el mundo de la cultura y la diplomacia. Durante varios años fue directiva de la Comisión Económica de la ONU para la América Latina (CEPAL) donde realizó una reconocida labor relacionada con el análisis riguroso de la pobreza en la región, así como de las causas de la misma, en especial la explotación de la mano de obra y los recursos naturales por las empresas trasnacionales. Con este nuevo encargo, Bárcena regresa a sus orígenes, porque al inicio de su carrera estuvo relacionada con temas del medio ambiente.

Julio Berdegué Sacristán ha sido un funcionario relacionado con la producción de alimentos y la agricultura. En el próximo gabinete será responsable de la secretaría de Agricultura. Su carrera incluye la participación en la FAO (Organismo de la ONU para la agricultura y la alimentación) y en estudios del mercado nacional. Siempre ha sido partidario del principio de que “Sin maíz no hay país”, por lo que continuará con la política de oponerse al consumo humano de maíz transgénico (por cierto, uno de los temas centrales de discrepancia con EU en el T-MEC).

Finalmente, Ernestina Godoy, quien actualmente es senadora electa por la Ciudad de México, ocupará la Consejería Jurídica del gobierno federal en el próximo sexenio. “Tina” Godoy es una abogada feminista de izquierda de amplia experiencia. Al principio de su carrera fue fundadora de la ANAD (Asociación Nacional de Abogados Democráticos) que participó en la defensa jurídica de líderes y movimientos de la izquierda.

En el sexenio anterior se desempeñó como Fiscal General de la Ciudad de México, donde obtuvo resonantes triunfos al vincular, arrestar y meter en prisión a varios miembros del denominado “Cártel Inmobiliario”, cuyo representante más destacado es Santiago Taboada –exalcalde de “Benito Juárez”-- quien fuera aspirante a la Jefatura de gobierno de la capital, derrotado en las recientes elecciones por Clara Brugada.

Cuando “Tina” Godoy aspiró a su reelección como fiscal de la CdMx fue vencida en el Congreso capitalino, porque no pudo conseguir el apoyo de la mayoría calificada del mismo. Tanto el PRI como el PAN le negaron sus votos en el congreso capitalino, porque no aceptó dejar en libertad a ciertos líderes corruptos de ambos partidos.

En resumen: el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum ha privilegiado la capacidad sobre la lealtad: estará integrado por funcionarios de amplia experiencia y comprobada probidad, capaces de enfrentar y resolver los más arduos problemas de la vida económica y política del país. Su sólida formación intelectual, calidad profesional y experiencia ha brindado confianza a los más amplios sectores de la población, incluyendo los grupos financieros internacionales. La ola especulativa contra el peso mexicano se detuvo. Este día amaneció el dólar a menos de 18 pesos. Y sigue bajando.

Apenas conocido el gran triunfo de la izquierda en las elecciones del 2 de junio –donde la población entregó a las fuerzas progresistas la mayoría calificada del Congreso—se desató una ola internacional de especulación contra el peso que generó notables pérdidas para la moneda mexicana, la cual llegó a cotizarse hasta en 19 pesos por dólar.

Entre los hogares de la clase media-alta corría la versión tropicalizada del fantasma del comunismo, que rondaba por los barrios elegantes con sus pavorosas consignas (“te van a quitar tu casa y tu coche”) de mucho impacto, alimentada por el “inminente peligro” de la desaparición de la SCJN y la caída de Norma Piña, quien en ese momento de nerviosismo y fantasía figuraba como la única funcionaria “civilizada” que aún mantenía cierto poder para mantener a raya a los “conspiradores castro-chavistas”, que pretendían desmantelar el aparato judicial y permitir los atracos de la plebe contra los “hogares decentes”.

Los prianistas primero crearon el fantasma y luego se espantaron con el cuento. Los especuladores de nivel mundial –no necesariamente mexicanos-- proseguían su ataque contra el peso, en un momento que trajo a la memoria algunas escenas del “efecto tequila” del gobierno de Zedillo, hace 30 años, en medio de una ola de pánico. En ese tiempo, el gobierno de Bill Clinton contuvo el desplome del peso mexicano con un préstamo de 50 mil millones de dólares, con cargo a la factura de Pemex.

Con el fin de serenar los ánimos, la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum informó que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, permanecería en el cargo durante su gestión. Más adelante, el Banco de México –con sus arcas repletas con más de 210 mil millones de dólares—informó que, en caso de ser necesario, intervendría en el mercado para recuperar la estabilidad. Esto significaba que el órgano central de control financiero del país pondría a disposición del público –como lo ha hecho en ocasiones anteriores—miles de millones de dólares para mantener la estabilidad cambiaria.

Pero la medida que dio la estocada a la ola de especulación fue el anuncio del nuevo gabinete presidencial, donde aparecen varias figuras que han sido reconocidas en diversos niveles como funcionarios profesionales, serios y expertos en el manejo de los asuntos a su encargo. El más notorio de ellos, Marcelo Ebrard, fue nombrado secretario de economía del futuro gobierno, y por lo mismo responsable mexicano de las renegociaciones del T-MEC a partir del próximo 2016.

El nombramiento del doctor Juan Ramón de la Fuente como nuevo canciller mexicano significa no solo la continuidad de la policía exterior mexicana, sino una jugada compleja en el tablero nacional. El nuevo canciller ha sido embajador de México en la ONU, y también rector de la UNAM. El nuevo secretario conserva amplias relaciones con la comunidad universitaria, lo que hace posible un acercamiento con ese sector, muy distante de las políticas aplicadas por el gobierno de AMLO.

Otro de los nombramientos importantes es el de Rosaura Ruiz Gutiérrez al frente de una nueva secretaría, relacionada con la ciencia y la investigación científica. Hay que tomar en cuenta que el Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) aplicó políticas restrictivas en relación con sectores del área de investigación. Los científicos siempre tuvieron una relación tensa con el gobierno de AMLO. Es posible que, en la nueva etapa, se incorporen a la transformación del país amplios sectores de esta comunidad, de por sí muy cercana al desempeño profesional de la propia presidenta Claudia Sheinbaum.

La actual secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, pasará a dirigir la secretaría del Medio Ambiente (Semarnat) en el próximo gobierno. Bárcena es ampliamente conocida en el mundo de la cultura y la diplomacia. Durante varios años fue directiva de la Comisión Económica de la ONU para la América Latina (CEPAL) donde realizó una reconocida labor relacionada con el análisis riguroso de la pobreza en la región, así como de las causas de la misma, en especial la explotación de la mano de obra y los recursos naturales por las empresas trasnacionales. Con este nuevo encargo, Bárcena regresa a sus orígenes, porque al inicio de su carrera estuvo relacionada con temas del medio ambiente.

Julio Berdegué Sacristán ha sido un funcionario relacionado con la producción de alimentos y la agricultura. En el próximo gabinete será responsable de la secretaría de Agricultura. Su carrera incluye la participación en la FAO (Organismo de la ONU para la agricultura y la alimentación) y en estudios del mercado nacional. Siempre ha sido partidario del principio de que “Sin maíz no hay país”, por lo que continuará con la política de oponerse al consumo humano de maíz transgénico (por cierto, uno de los temas centrales de discrepancia con EU en el T-MEC).

Finalmente, Ernestina Godoy, quien actualmente es senadora electa por la Ciudad de México, ocupará la Consejería Jurídica del gobierno federal en el próximo sexenio. “Tina” Godoy es una abogada feminista de izquierda de amplia experiencia. Al principio de su carrera fue fundadora de la ANAD (Asociación Nacional de Abogados Democráticos) que participó en la defensa jurídica de líderes y movimientos de la izquierda.

En el sexenio anterior se desempeñó como Fiscal General de la Ciudad de México, donde obtuvo resonantes triunfos al vincular, arrestar y meter en prisión a varios miembros del denominado “Cártel Inmobiliario”, cuyo representante más destacado es Santiago Taboada –exalcalde de “Benito Juárez”-- quien fuera aspirante a la Jefatura de gobierno de la capital, derrotado en las recientes elecciones por Clara Brugada.

Cuando “Tina” Godoy aspiró a su reelección como fiscal de la CdMx fue vencida en el Congreso capitalino, porque no pudo conseguir el apoyo de la mayoría calificada del mismo. Tanto el PRI como el PAN le negaron sus votos en el congreso capitalino, porque no aceptó dejar en libertad a ciertos líderes corruptos de ambos partidos.

En resumen: el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum ha privilegiado la capacidad sobre la lealtad: estará integrado por funcionarios de amplia experiencia y comprobada probidad, capaces de enfrentar y resolver los más arduos problemas de la vida económica y política del país. Su sólida formación intelectual, calidad profesional y experiencia ha brindado confianza a los más amplios sectores de la población, incluyendo los grupos financieros internacionales. La ola especulativa contra el peso mexicano se detuvo. Este día amaneció el dólar a menos de 18 pesos. Y sigue bajando.