Este domingo podremos salir a votar más de un millón 400 mil morelenses y los llamados a hacerlo en paz y civilidad parecen exagerados en tanto, a pesar de su carácter complejo, los nativos y residentes en la tierra de Zapata somos mayormente pacíficos y hemos dado ejemplos de madurez política y de convivencia en pluralidad, a pesar de los deseos de algunos políticos de polarizar a la ciudadanía. Parecen exagerados, los llamados, pero no lo son. Porque a final de cuentas la paz y la democracia se construyen en comunidad y no es difícil que, en ambientes de encono como los que crean las campañas políticas en general, se den fricciones entre los ciudadanos.
El cálculo del índice de participación en la jornada electoral fluctúa entre el 62 por ciento, en las consideraciones catastróficas, hasta el 70 por ciento en las más optimistas. Con esa afluencia a las urnas es muy probable que los ciudadanos puedan encontrarse con muchos de sus vecinos en las casillas, esos bellos espacios donde, aparte de tomarse las decisiones clave de la democracia mexicana, se reconstruya la comunidad.
La participación dependerá, en mucho, del efecto que haya tenido la información que los árbitros electorales llevaron a los electores. Si la cantidad impresionante de emisiones de los institutos Nacional Electoral y el Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, ha servido para generar en los electores la confianza de que su voto importa y es respetado, la afluencia puede ser amplia.
En los hechos, tenemos buenas señales de que todos los votos serán contados, de que los ciudadanos vigilan la elección, de que los partidos políticos y candidatos independientes acreditaron sólo en Morelos 63 mil representantes de casilla para verificar el funcionamiento adecuado de las más de 2 mil 400 casillas cuyas mesas directivas estarán integradas por casi 20 mil ciudadanos capacitados para seguir la normativa electoral y lograr con ello una elección ejemplar.
Las cadenas de certeza construidas en torno al proceso electoral, a cada momento de la elección, han sido probadas en simulacros que permitieron acreditar la fortaleza de cada uno de los eslabones. No hay motivo aparente para dudar, para temer, para descalificar de antemano el proceso ni sus resultados.
En efecto, lo que falta eres tú elector, que con tu decisión inteligente, razonada en estos últimos días de reflexión, habrás de darle rumbo al futuro del estado con tu voto que se sumará al de miles de morelenses más que, como tú, apuestan a esta forma de organización para tomar las decisiones que nos corresponden a todos, que delinean nuestro futuro común. Cierto que no pasa nada si dejas de ir a votar, pero si votas puede pasar mucho, puedes ser escuchado y contribuir a la consolidación de ese sistema al que apostamos los mexicanos hace mucho tiempo, y que nos ha permitido la transmisión pacífica del poder; esa democracia que construimos todos juntos.
El llamado a votar debiera ser por lo que más quieras, como propone una de las frases del Impepac, por tu futuro y el de tus familiares, tus vecinos, tu comunidad, por ti mismo. Porque lo que decidimos es nuestra comunidad y no el modus vivendi de los políticos. Este domingo, lo que importa eres tú, falta sólo que lo hagas valer. Vota.
Twitter: @martinellito
Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx