El Consejo de Cronistas de Cuernavaca, A.C., celebró su 11° aniversario con una ceremonia en el Auditorio Juan Dubernard del Museo Cuauhnáhuac en el Palacio de Cortés, donde entregaron reconocimientos a personalidades destacadas.
Para iniciar, el cronista Valentín López González Aranda contó la historia del Consejo de Cronistas de Cuernavaca A.C., y sus fundadores; asimismo, hizo hincapié en la importancia que ha tenido esta asociación a lo largo de once años, pues ha sido fundamental para mantener viva la historia de la Ciudad de la Eterna Primavera, a través de sus relatos y memorias.
Fue en febrero de 2009 con el apoyo del presidente municipal de Cuernavaca, Jesús Giles, el síndico Roque González y la entonces secretaria de Cultura del municipio y hoy del estado Margarita González Saravia, que reunieron a quienes escribíamos temas sobre la ciudad para formar el consejo de cronistas de Cuernavaca y en 2010 nos conformamos como asociación civil. El camino no ha sido fácil, y hemos tenido que luchar ante la indiferencia de las autoridades para que reconozcan la importante labor que realizamos, que es la recopilación, custodia y difusión de la memoria histórica y cultural de nuestro municipio, relató Valentín López González Aranda.
Durante la ceremonia, Octavio Sedano, presidente del consejo, entregó reconocimientos especiales a Víctor Hugo Valencia Valera, director del INAH Morelos e integrante del Consejo Editorial de El Sol de Cuernavaca y El Sol de Cuautla; María de Lourdes Bejarano, directora general del Instituto de Cultura de Cuernavaca y Tito Quiroz, músico y director de la Academia de Música Benning; destacando la excelente labor que realizan en beneficio de la identidad cultural, así como el apoyo brindado al consejo de cronistas.
Asimismo, Víctor Hugo Valencia, Tito Quiroz y María de Lourdes Bejarano, dirigieron emotivas palabras para felicitar y reconocer la importancia del trabajo realizado por el Consejo de Cronistas de Cuernavaca A.C., haciendo referencia a que el cronista es una figura institucional tiene una importancia trascendental.